“ELEGIDOS DE DIOS”
PRIMERA LECTURA
ÉXODO 19,2-6ª
“Seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación
santa.
En aquellos días, los israelitas
llegaron al desierto del Sinaí y acamparan allí, frente al monte. Moisés subió
hacia Dios. El Señor lo llamó desde el monte, diciendo: "Así dirás a la
casa de Jacob, y esto anunciarás a los israelitas: "Ya habéis visto lo que
he hecho con los egipcios, y cómo a vosotros os he llevado sobre alas de águila
y os he traído a mí. Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi
alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque
mía es toda la tierra; seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.”
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El hombre soberbio no
cree que exista un Dios que lo llame; el hombre desesperado en su nada no cree
que Dios tenga una llamada para él. El primero preferiría que ese Dios no
existiera, para no tener competencia; el segundo desearía que ese Dios
existiera, para tener salvación.
El tema de este domingo es la elección. Al
elegirnos, Dios destruye nuestra soberbia, porque se muestra como Señor y como
aquel que va adelante señalando el camino. Al elegirnos, Dios también pulveriza
nuestra desesperación y hace nacer de modo maravilloso la esperanza. El Dios
que elige se muestra como Providencia y como aquel que acepta nuestro pasado y
nos abre su futuro. La primera lectura de hoy nos presenta al pueblo elegido.
Dios ha creado este pueblo, lo ha sacado de donde era impensable: del robusto
poder del altanero faraón, que se creía él mismo de raza divina. Dios eligiendo
crea y creando elige. La elección es como una nueva creación que pone al
elegido completamente en manos de su Creador. Con razón, pues, dice el Señor:
"si me obedecen fielmente y guardan mi alianza, ustedes serán el pueblo de
mi propiedad entre todos los pueblos."
Notemos, aunque sea
de paso, que estas palabras, aunque heredadas por nosotros los cristianos,
nunca han dejado de ser propias del pueblo de la primera alianza, cuya
descendencia según la carne y la sangre son los judíos. Cualquier maltrato al
judío por ser judío es una ofensa contra Dios.
SEGUNDA LECTURA
ROMANOS 5, 6-11
“Si fuimos
reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón seremos
salvados por su vida!”
Hermanos: Cuando
nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por
los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de
bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos ama es que
Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. ¡Con cuánta más
razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos del
castigo! Si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la
muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos
salvos por su vida! Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por
nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN
Así como los
israelitas fueron salvados cuando fueron llamados y elegidos, así también
nosotros hemos sido llamados y elegidos, y de esa manera, salvados en Cristo
Jesús. Es lo que nos recuerda el apóstol san Pablo en la segunda lectura de
hoy. Si los israelitas fueron rescatados, elegidos y salvados de las manos del
faraón, que era tenido como un todopoderoso, nosotros hemos sido rescatados,
elegidos y salvados de otro poder que no por menos visible es menos real. Al
contrario, tan grande es este poder, del que nos habla Pablo, que era dueño del
faraón y es quien en el fondo gobierna a los que creen que gobiernan, cuando
gobiernan para sí mismos. Hablamos del pecado, por supuesto. Pablo constata:
"no teníamos fuerzas para salir del pecado." Muchos podríamos
suscribir esas palabras. Pero hemos sido
llamados y elegidos. Cristo, especialmente en el misterio de la Cruz, es la
presencia apremiante del amor divino. Pablo destaca la grandeza de ese amor:
"Difícilmente habrá alguien que quiera morir por un justo. La prueba de
que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos
pecadores." Esas palabras conservan todo su valor y su fuerza hoy, como el
primer día.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 9,36-10,8
“Llamando a sus doce
discípulos, los envió”
En aquel tiempo, al
ver Jesús a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y
abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
"La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al
Señor de la mies que mande trabajadores a su mies." Y llamando a sus doce
discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda
enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero,
Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano
Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y
Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó. A estos doce los
envió Jesús con estas instrucciones: "No vayáis a tierra de gentiles, ni
entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de
Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos,
resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido
gratis, dadlo gratis.” Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Los apóstoles son
"llamados" porque hay alguien que los llamó, Jesucristo. Por eso hemos
escuchado hoy que el Señor "llamando a sus doce discípulos, les dio poder
para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y
dolencias."
Pero los apóstoles
son también "llamados" porque Dios nos está llamando a través de ellos.
Ellos son los llamados vivos del corazón compasivo de Cristo. Si Cristo eligió
apóstoles, ello no se debió sólo a una decisión táctica o práctica. Los textos
del evangelio, como están dispuestos para la liturgia de la palabra de este
domingo, enfatizan el enlace que hay entre la misericordia de Cristo, que ve la
necesidad de operarios, y la resolución de Cristo de constituir como apóstoles
suyos a estos Doce.
Descubrimos así que el llamado particular al
ministerio es algo que brota de las entrañas de piedad de Jesús. Cada vez que el Señor llama a alguien, y en particular cada vocación, ha nacido ahí: en un corazón que
inventa y crea siempre caminos nuevos para expresar su amor y para rescatar a
sus pequeños y pobres.
ORACIÓN
Señor te damos gracias por fijarte en nosotros y llamarnos, necesitamos de ti, de tu guía de tu fortaleza para que en medio de las adversidades no nos dejemos vencer, ante un mundo tan difícil, nos ponemos a tu disposición. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Giovani Tautiva en su cumpleaños y recordamos a Teresita Riaño que se encuentra en la presencia del Señor. Amén
“Para la misión
necesitamos prepararnos para llevar con gozo la Palabra de Dios, que lleve a lo
demás la experiencia de ser amados y confiar en el Señor antes que en nuestros propios recursos, dinero ni carismas.”
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