jueves, 1 de junio de 2023

Domingo 11 de Junio de 2023

 

Festividad del Cuerpo de Cristo

 

“ÉL ES EL PAN DE VIDA”

  

PRIMERA LECTURA

DEUTERONOMIO 8,2-3.14b-16a

 

“Te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres”

 

Moisés habló al pueblo, diciendo: "Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto; para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones: si guardas sus preceptos o no. Él te afligió haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres, para enseñarte que no sólo vive el hombre de pan, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios. No te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres." Palabra de Dios.

 

 

REFLEXIÓN

 

El Deuteronomio pone en boca de Moisés tres grandes y solemnes discursos ante el pueblo, antes de entrar en la tierra prometida. Algunos han catalogado el Deuteronomio como el "testamento de Moisés", refiriéndose a sus últimas palabras, llenas de unción y de una honda espiritualidad. Moisés hace memoria del pasado, para dar sentido al hoy de cada generación. La primera palabra de nuestro texto es "recuerda". Recordar, hacer memoria, conectar con el pasado glorioso, es parte de la historia de fe, o de la salvación. Dios no sólo ha irrumpido en un momento dado en la historia de este pueblo, sino que ha estado presente en todos los momentos alegres y tristes. Nunca le ha abandonado. Más aún las pruebas sufridas en el desierto, fueron necesarias para madurar, para confiar, para vivir exclusivamente de Yahvé, sin apoyos humanos. El desierto es símbolo de la fe pura. El hambre, necesidad básica y urgente se convirtió en prueba para medir la fe-confianza en el Dios que sacia plenamente. Más tarde en una sociedad próspera y consumista el pueblo se olvidó de Yahve. Fue entonces cuando estos discursos de Moisés adquirieron plena actualidad. Se les recuerda que: "no sólo de pan vive el ser humano sino de cuanto sale de la boca de Dios". Desde esta perspectiva el ayuno adquiere su sentido profundo. Recuérdese que Mateo retomará este verso para enfrentar las tentaciones de Jesús. En la fiesta de hoy proclamamos a Jesús, Pan de vida, ante las hambres de nuestros desiertos. El es el verdadero maná que Dios da a la humanidad. Todos los demás panes (el dinero, el sexo, el consumismo, la fama, el poder...) no logran saciar plenamente las ansias de hambre del corazón humano, más aún dejan un hambre mayor... Viene entonces Jesús con su palabra y sus gestos, con su propuesta de Reino y Alianza y hace posible un mundo lleno de posibilidades en donde todo se comparte y nadie pasa necesidad.

 

SALMO RESPONSORIAL: 147

R. / Glorifica al Señor, Jerusalén.

 

Glorifica al Señor, Jerusalén;

alaba a tu Dios, Sión:

que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,

y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R.

 

Ha puesto paz en tus fronteras,

te sacia con flor de harina.

Él envía su mensaje a la tierra,

y su palabra corre veloz. R.

 

Anuncia su palabra a Jacob,

sus decretos y mandatos a Israel;

con ninguna nación obro así,

ni les dio a conocer sus mandatos. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este salmo es una invitación a la creación entera a unirse a la alabanza que el pueblo dirige a Dios. El carácter universal de la alabanza se hace más real con la predicación del evangelio a todas las criaturas.

 

 

SEGUNDA LECTURA

1CORINTIOS 10,16-17

 

 

“El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo”

 

Hermanos: El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan.  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

Pablo orienta a una comunidad de los peligros de división. Aprovecha el contexto comunitario de la Eucaristía para hacer algunas aplicaciones prácticas a este respecto. La palabra clave es: el Cáliz, el Pan... ¿no nos "une" a todos, en la sangre, en el cuerpo de Cristo?  El tema es: La unión de todos en el cuerpo y la sangre de Cristo. De este modo revela el grave compromiso de unidad (común - unión) entre todos. Beber el Cáliz, comer el Pan...expresan el hondo sentido de una fe comprometida por la unidad, la fraternidad, el amor, la solidaridad, la entrega, a los hermanos en Cristo. Si esto no está claro, nuestras Eucaristías están vacías de sentido, o son un mero rito religioso intimista, muy lejos de lo que lo que Pablo quiso inculcar a su comunidad. Acto seguido el Apóstol de los gentiles remacha el tema con la comparación "el Pan es uno... nosotros somos muchos"... para concluir que al comulgar "formamos un solo cuerpo". La unidad en la universalidad, es un tema de gran actualidad. Pero también "el cuerpo" expresa la dimensión sacramental de la Iglesia que en la diversidad de razas y culturas visibiliza al Cristo total.

 

LECTURA DEL  EVANGELIO

JUAN 6,51-58

 

“Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida”

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo." Disputaban los judíos entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?" Entonces Jesús les dijo: "Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre." Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

El capítulo 6 del evangelio según San Juan está consagrado al llamado "discurso eucarístico". Los versos del 51-59 revelan una unidad en la expresión: "vivirá para siempre", con la que comienza y termina nuestro texto. Jesús mediante una fórmula de auto revelación se declara: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo". Los judíos no entendían. Sucede lo mismo en nuestros días. Sin fe es imposible entender este gran misterio. Aunque lo explique el mismo Jesús, sin fe es imposible captar el sentido que encierran estas palabras y su alcance en la vida. Partiendo entonces de la fe, podemos afirmar con propiedad que Jesús es el Pan de Vida. Es decir, es aquel que ha venido, no de este mundo limitado e insaciable, sino de arriba, de Dios, para saciar definitivamente las hambrunas enraizadas en el corazón humano. Las profundas insatisfacciones, que son muchas, el cansancio de la vida, el sin sentido, los anhelos del corazón... encuentran en este Pan de vida un remedio saludable. La terrible soledad se transforma en habitación de comunión de vida. El creyente ya no vive para sí, es un consagrado, lleno de una presencia transformadora que le eterniza y da pleno sentido a su existencia.

 

Un dato interesante de este Evangelio es la relación que hace de esta comida (única y sin precedentes), con el sacrificio de Jesús: se trata de comer su cuerpo, beber su sangre. Al comulgar el cuerpo y la sangre de Cristo el creyente no solo recibe, se identifica, se une a... sino que es capacitado para dar, ofrecer, entregar una vida digna... a semejanza de aquel a quien recibe, Jesús.

 

ORACIÓN

Señor, estamos unidos a Ti gracias a la sangre que derramaste, pero no lo hiciste solo porque se cumpliera una promesa, sino por tu anhelo de que haya esa justicia social que produce verdadera paz. Si las sociedades te tuviéramos como el centro de la existencia, seguro que no pasaríamos necesidades y todos estaríamos a gusto alimentados con el pan material y con el espiritual que nos provees. Amén.

 

“Hagamos de nuestra vida un pan compartido en servicio a nuestros semejantes”

 

 

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