“INVITADOS A FORMAR PARTE DE LA FAMILIA DE DIOS”
PRIMERA LECTURA
HEBREOS 9,2-3.11-14
“Con su propia sangre, ha entrado en el
santuario una vez para siempre”
Hermanos:
De hecho se construyó un tabernáculo, el primero, donde estaban el candelabro,
la mesa y los panes presentados -éste se llama "el santo"-, y detrás
de la segunda cortina el tabernáculo llamado "el santísimo". Pero
Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Su tabernáculo
es más grande y más perfecto: no hecho por manos de hombre, es decir, no de
este mundo creado. No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya
propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la
liberación eterna. Si la sangre de machos cabríos y de toros y el rociar con
las cenizas de una becerra tienen el poder de consagrar a los profanos,
devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la sangre de Cristo, que, en
virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha,
podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto
del Dios vivo. Palabra del Señor
REFLEXIÓN
La Carta a los Hebreos llega a un punto
culminante el día de hoy: es la entrada de Cristo en el Santuario. Este
sacerdote nuestro no oficia en templos de la tierra sino en el cielo. Lo suyo
no es una figura hecha por mano humana, no es un símbolo de que Dios nos
perdona, sino realidad. Es la culminación de todo y más de lo que podíamos
desear o imaginar en esta tierra. El autor de esta Carta destaca la
superioridad del sacrificio de Cristo de varios modos: su sangre es superior a
la de los animales; su inmolación no se repite; él obra no según una ley
temporal, la de Moisés, sino según el Espíritu Eterno; es víctima más perfecta;
es sacerdote de su propia ofrenda.
Lo importante en este tema y lo que
hace que se insista tanto en que el sacrificio del Señor es perfecto radica en
que esa es la fuente de nuestra absoluta confianza en el perdón que recibimos y
en la gracia que nos hace capaces de obrar de otro modo, apartándonos de las
"obras muertas". Lo que nos ha traído Cristo Jesús es "definitivo";
su fruto es "eterno".
SALMO RESPONSORIAL: 46
R./ Dios asciende entre aclamaciones; el
Señor, al son de trompetas.
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra. R.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad. R.
Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado. R.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 3,20-21
“Su familia decía que no estaba en sus
cabales”
En aquel
tiempo, Jesús fue a casa con sus discípulos y se juntó de nuevo tanta gente que
no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque
decían que no estaba en sus cabales. Palabra del Señor
REFLEXIÓN:
Jesús
regresa de la montaña a la casa, de la cercanía con Dios al encuentro con la
humanidad. Es en el hogar, en la intimidad de la persona y de la comunidad,
donde Jesús se hace presente, en donde él actúa y hace efectiva su misión como
Hijo de Dios. La casa posee un significado especial para el evangelista Marcos.
Es el lugar de reunión, donde Jesús instruye a los suyos, donde se enseña, se
predica y se vive el evangelio. La casa se convierte entonces en un lugar de
referencia para la comunidad de creyentes, pues de allí surge una nueva manera
de relacionarse, una nueva manera de ser hombre y mujer, una nueva manera de
concebir el mundo y a Dios. En esta “casa” el trabajo no da tiempo para comer,
hay muchas personas buscando a Jesús, buscando un cambio de vida. Jesús y sus
discípulos realizan, por medio del servicio y la solidaridad, un trabajo que no
es propiamente de locos; es un trabajo sensato en beneficio del Reino. Las
comunidades cristianas deben ser para la sociedad lugares en los que se teje un
mundo nuevo, fundado en el servicio y el amor y no en el poder y la
injusticia.
ORACIÓN
Señor, has
de nuestra primera casa, nuestro corazón, un lugar en el que habites tú
y de nuestro hogar, que es nuestra primera comunidad, un lugar donde se
vivan tus principios, donde otros encuentren una respuesta diferente,
donde encuentren la respuesta viva de tu amor. Amén.
“Pidamos la gracia de hacer la voluntad
de Dios y acogerlo con fe para lograr ser partícipes de su Reino”
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