domingo, 1 de enero de 2023

Sábado 14 de Enero de 2023

 

“LEVANTARSE Y SEGUIR CAMINANDO CON ÉL”

 

PRIMERA LECTURA

HEBREOS 4,12-16

 

“Acerquémonos con seguridad al trono de la gracia”

 

Hermanos: La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas. Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente. Palabra del Señor

 

REFLEXIÓN

Si  tratamos de beber de la Palabra de Dios como una fuente inagotable de amor que transforma, que es capaz de hacer nuevas todas las cosas, de amor que resalta lo importante y que magnifica las actitudes que pueden liberarnos y sanarnos, entonces  podemos tener claro que Dios actúa a través de esta Palabra maravillosa que es viva y eficaz. Por otra parte, el texto de la Carta a los Hebreos en el día de hoy es capaz de cambiarnos el cielo. Antes, cielo significaba sólo perfección, y como sentíamos que no podíamos alcanzar esa perfección, el cielo era inalcanzable, y el Dios del cielo nos infundía tal temor que de seguro hubiéramos tenido que repetir con los israelitas en el desierto: "que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos" (Éx 20,19). El solo conocimiento de la santidad de Dios se convierte en solo conocimiento del pecado nuestro. Un conocimiento así engendra distancia, temor, casi desesperanza.

Mas ahora resulta que nuestro Sumo Sacerdote, Jesucristo, es eminente y ha atravesado los cielos, pero a la vez es compasivo porque ha sido probado en todo como nosotros. El que nos abre camino hacia el cielo es el que se abrió camino desde el cielo. Por humildad y a impulsos de amor vino a nosotros; con piedad y a fuerza del mismo amor quiere llevarnos hacia él.

 

SALMO RESPONSORIAL: 18

R./ Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

 

La ley del Señor es perfecta

y es descanso del alma;

el precepto del Señor es fiel

e instruye al ignorante. R.

 

Los mandatos del Señor son rectos

y alegran el corazón;

la norma del Señor es límpida

y da luz a los ojos. R.

 

La voluntad del Señor es pura

y eternamente estable;

los mandamientos del Señor son verdaderos

y enteramente justos. R.

 

Que te agraden las palabras de mi boca,

y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,

Señor, roca mía, redentor mío. R.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MARCOS 2,13-17

 

“No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”

 

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme." Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos. Algunos escribas fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, les dijeron a los discípulos: "¡De modo que come con publicanos y pecadores!" Jesús lo oyó y les dijo: "No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores." Palabra del Señor

 

REFLEXIÓN

Uno de los rasgos más característicos de Jesús, con el que anticipa el reinado de Dios, es su hábito de comer con los pobres y pecadores; con este gesto Jesús manifiesta que los destinatarios predilectos de su misión salvadora y liberadora son los pobres, los marginados, los “mal vistos” de la sociedad. Entre este grupo encontramos a Leví, funcionario público contratado por el Imperio Romano para cobrar impuestos a sus mismos paisanos; este trabajo lo convierte en una persona marginada, tanto social como religiosamente, y por lo tanto en pecador e impuro. Jesús lo llama, e, invitado a su mesa, lo hace partícipe de su misión, pues para eso ha venido. Con el llamado que hace Jesús a este recaudador de impuestos se rompen las barreras de la ley y se abre un horizonte universal de salvación, expresado en la figura del banquete, en el que todos estamos invitados a compartir; sin embargo, para ser verdadero partícipe de esta comida se necesita una actitud abierta al cambio de vida, dejar atrás nuestros deseos de poder y de autosuficiencia, el creernos “justos”, y seguir libremente el camino de la conversión, asumiendo los valores del reino como una manera nueva de existir.

 

ORACIÓN

Gracias Señor por el llamado que nos has hecho para participar en tu misión, como lo hiciste con Mateo. Guárdanos de no tener una actitud como la de los fariseos que se escandalizan y critican cuando tú llamas a tu servicio a los débiles, enfermos y marginados como nosotros. Amén.

 

 

“Hay que desprenderse de todo lo que obstaculice la vocación y el servicio”

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