domingo, 1 de enero de 2023

Martes 24 de Enero de 2023

 

“¿CUÁL ES LA VOLUNTAD DE DIOS EN NUESTRA VIDA?”

 

PRIMERA LECTURA

HEBREOS 10,1-10

 

“Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad”

 

Hermanos: La Ley, que presenta sólo una sombra de los bienes definitivos y no la imagen auténtica de la realidad, siempre, con los mismos sacrificios, año tras año, no puede nunca hacer perfectos a los que se acercan a ofrecerlos. Si no fuera así, habrían dejado de ofrecerse, porque los ministros del culto, purificados una vez, no tendrían ya ningún pecado sobre su conciencia. Pero en estos mismos sacrificios se recuerdan los pecados año tras año. Porque es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.  Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: "Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad." Primero dice: "No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias", que se ofrecen según la ley. Después añade: "Aquí estoy yo para hacer tu voluntad." Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre. Palabra del Señor

 

REFLEXIÓN

Si nos preguntaran qué ofreció Cristo en su sacrificio del calvario, lo más probable es que digamos: su sangre o su vida, y esto desde luego es cierto; pero puede hacernos olvidar la dimensión interior de su oblación. El sacrificio del Señor es ante todo el sacrificio interior de su voluntad. Nosotros hemos sido salvados por un acto grandioso  de obediencia amorosa o de amor obediente, como se quiera decir.  Cristo nos ha redimido con su obediencia y nos invita a transitar la vía de la obediencia. Fue frecuente entre los Santos Padres la afirmación de que la obediencia del Nuevo Adán nos ha rescatado de la desobediencia del primer Adán. En realidad, la grandeza de la obediencia y del sacrificio de la voluntad era ya conocida en el Antiguo Testamento: " ¿Se complace el Señor tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del Señor? He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de los carneros" (1 Sam 15,22).

 

SALMO RESPONSORIAL: 39

“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.”

 

Yo esperaba con ansia al Señor;

él se inclinó y escuchó mi grito;

me puso en la boca un cántico nuevo,

un himno a nuestro Dios. R.

 

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,

y, en cambio, me abriste el oído;

no pides sacrificio expiatorio,

entonces yo digo: "Aquí estoy". R.

 

He proclamado tu salvación

ante la gran asamblea;

no he cerrado los labios:

 Señor, tú lo sabes. R.

 

No me he guardado en el pecho tu defensa,

he contado tu fidelidad y tu salvación,

no he negado tu misericordia y tu lealtad

ante la gran asamblea. R.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MARCOS 3,31-35

 

“El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre”

 

En aquel tiempo,  llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo: "Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan." Les contestó: "¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?" Y, paseando la mirada por el corro, dijo: "Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre." Palabra del Señor

 

REFLEXIÓN

 

Jesús usaba imágenes y situaciones de la vida cotidiana para explicar las características del reino de Dios. En una ocasión en que lo encontraron sentado enseñando, aprovechó la visita de su familia para enseñar sobre el Reino. Con una mirada suspicaz y una sonrisa en la boca, en vez de responder ante la noticia, Jesús lanzó una pregunta a quienes lo escuchaban: «¿Quién es mi madre y mis hermanos?» Sin duda algunas personas lo tomaron por loco al realizar una pregunta en todo sentido descabellada. Pero él, maestro amante de la ironía y la sorpresa, buscaba provocar a sus oyentes. Su respuesta serviría una vez más para afirmar su proyecto como profeta de Dios: mi familia, hermanos, hermanas, y madre, son todas las personas que construyen el Reino de amor, de paz y de justicia. El ministerio de Jesús como medio de construcción del Reino proclamó la liberación y la justicia, acogió y restauró a las personas marginadas, dio dignidad a las oprimidas y denunció la explotación. ¿Nos consideraría Jesús sus hermanos, hermanas y madres? 

ORACIÓN

Señor queremos dejarnos guiar de tal manera que conozcamos de manera clara cuál es el propósito que tienes con nosotros, guíanos y ayúdanos a ser discípulos obedientes y fieles y podamos decir que “aquí estamos para hacer tu voluntad”, y como María decir  hágase en nosotros según tu Palabra. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Luz Marina Triana en su cumpleaños. Amén.  

 

 

“Tenemos la posibilidad de ofrecer nuestra vida de amor y de servicio a Dios y al prójimo como verdadero sacrificio y alabanza”

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