“INVITADOS A ENTRAR AL REINO Y ABRIR SUS PUERTAS A MUCHOS”
PRIMERA LECTURA
2TESALONICENSES 1, 1-5. 11B-12
“El Señor sea glorificado en vosotros, y vosotros en
él”
Pablo, Silvano y Timoteo a los tesalonicenses que forman la Iglesia de
Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Os deseamos la gracia y la paz de
Dios Padre y del Señor Jesucristo. Es deber nuestro dar continuas gracias a
Dios por vosotros, hermanos; y es justo, pues vuestra fe crece vigorosamente, y
vuestro amor, de cada uno por todos y de todos por cada uno, sigue aumentando.
Esto hace que nos mostremos orgullosos de vosotros ante las Iglesias de
Dios, viendo que vuestra fe permanece constante en medio de todas las
persecuciones y luchas que sostenéis. Así se pone a la vista la justa sentencia
de Dios, que pretende concederos su reino, por el cual bien que padecéis.
Nuestro Dios os considere dignos de vuestra vocación, para que con su
fuerza os permita cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; para que así
Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la
gracia de Dios y del Señor Jesucristo. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En un taller
bíblico, había una campesina humilde que había perdido a su esposo y a su hijo
en la guerra. En su única intervención ella, con una fe y una paz
sorprendentes, insistía en que el dolor y el sufrimiento no debían secar
nuestra ilusión por la vida y menos aún el amor por la humanidad. La segunda
Carta a Tesalonicenses nos recuerda dicha experiencia. El autor admira a la
comunidad al ver «la constancia y la
fe con que soportan las persecuciones y aflicciones», reconociendo que
esto los hace dignos de llamarse cristianos. En vez de dejarse llevar por la
amargura, la desazón y la frustración, «la
fe de ustedes va creciendo y el amor que cada uno tiene por los otros es cada
vez mayor», señalando que, a pesar de las pruebas de la vida, el amor es
posible. ¡Oremos a Dios para que nuestro amor y fe crezcan día tras día, no
dejándonos marchitar por nuestras aflicciones!
SALMO RESPONSORIAL: 95
R. / Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R.
Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.
Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.
OREMOS CON EL SALMO
La proclamación de la realeza del Señor es asociada en este himno a dos
acontecimientos decisivos de su obra salvadora: la creación y el juicio (v.
10). La primera establece en la naturaleza el orden querido por Dios el
segundo restablece en la historia el orden quebrantado por la injusticia. Por
eso, no sólo los hombres sino todos los seres creados son invitados
a celebrar jubilosamente la llegada del Señor, que viene a instaurar
definitivamente su justicia.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 23, 13-22
¡Ay de vosotros, guías ciegos!
En aquel tiempo habló Jesús diciendo: "¡Ay de vosotros, letrados y
fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los cielos! Ni
entráis vosotros, no dejáis entrar a los que quieren. ¡Ay de vosotros, letrados
y fariseos hipócritas, que devoráis los bienes de las viudas con pretexto de
largas oraciones! Vuestra sentencia será por eso más severa. ¡Ay de vosotros,
letrados y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un
prosélito, y cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que
vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: "Jurar por el templo
no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga"! ¡Necios y ciegos! ¿Qué
es más, el oro o el templo que consagra el oro? O también: "Jurar por el
altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga".
¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura
por el altar, jura también por todo lo que está sobre él; quien jura por el
templo, jura también por el que habita en él; y quien jura por el cielo, jura
por el trono de Dios y también por el que está sentado en él".
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Como lo vimos previamente en la primera lectura y si la comparamos con
el evangelio, hay dos actitudes religiosas diversas y, a la vez,
contrapuestas: La de los cristianos de Tesalónica, aprobada por Pablo y sus
compañeros de misión, por un lado, y la de los maestros de la Ley y los
fariseos, reprobada por Jesús, por otro. Los pasajes pertenecen a situaciones y
épocas diversas pero la confrontación va a la raíz del hecho religioso y se
transforma en un espejo que refleja los gestos de nuestra propia vida
cristiana. La fe que nos atraviesa es siempre un don gratuito que proviene de
Dios; un fruto de la Gracia que Él nos ofrece. Nada tienen que ver nuestros
méritos personales para poder recibirla, y ni siquiera para lograr mantenernos
firmes en ella, aunque requiera de todo nuestro esfuerzo. En el seguimiento de
Jesús, todo es gracia y puro don de Dios. Él hace crecer el amor fraterno en la
comunidad y sostiene a los discípulos para que perseveren en medio de las
dificultades. ¡Qué distinto y equivocado el camino de quienes se ponen a sí
mismos en el centro de sus propias búsquedas religiosas! ¡No hallarán a Dios,
sino a sí mismos! ¿A qué nos llama las palabras de Jesús en este pasaje del
Evangelio?
ORACIÓN
Señor, observamos diferentes tipos de personas y maneras de
seguirte y servirte, por un lado los que en comunidad fraterna, donde
eres es el centro de la existencia, enseñan, acompañan y ayudan a transformar
vidas, y por otro los que habiéndose consagrado a tu servicio hacen todo lo
contrario al mandamiento del amor. Por favor ayúdanos a ver cómo estamos,
porque te amamos y deseamos en ti amarnos y amar al prójimo, pero nos cuesta
vernos a nosotros(as) mismos(as).Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Francisco Henao en su cumpleaños.l Amén
“Sólo vemos y escuchamos a Dios
mediante la fe y el amor”
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