sábado, 1 de enero de 2022

ENERO 2022

 

“AGRADECIENDO, EVALUANDO,

 PLANEANDO Y ENSANCHANDO 

NUESTRAS METAS PARA EL NUEVO AÑO”

 

Iniciar un nuevo año siempre será una aventura. Nunca sabemos que nos va a traer el nuevo año. Pero estamos seguros de que lucharemos con esperanza  y alegría, sabiduría, fuerza y solidaridad para que todas las experiencias que vayamos a vivir nos hagan crecer y nos empujen a ser un poco más felices. No tengamos miedo al futuro, que con la ayuda de Dios, con su bendición siempre saldremos adelante. Estoy seguro y así lo declaro que tú y tu familia serán felices en este año, será una gran experiencia de vida y de cosas bonitas. No tengas miedo, Dios está de tu lado.

Dejamos atrás un año no fácil, cargado de muchos recuerdos; en medio de todos los balances que me imagino has hecho, desde el final del año anterior, sin olvidar quizá una trilogía o trípode que siempre nos va a acercar a la bendición: AGRADECER, EVALUAR Y PROGRAMAR la vida para el nuevo tiempo que estamos iniciando. Quisiera invitarte a reflexionar en este comienzo de año y quizás como una visión o propuesta a lo largo de estos doce meses sobre un texto del profeta Isaías 54, 2-3, donde se nos invita a : ”Ensancha el espacio de tu tienda, despliega sin miedo tus lonas, alarga tus cuerdas, clava bien tus estacas; porque te extenderás a derecha e izquierda, tu descendencia heredará naciones y poblara ciudades, el desierto se convertirá en un bosque”. De esta manera te invito que iniciemos el nuevo año creyendo con firmeza que el Señor es el gran arquitecto de tu vida, porque te ha diseñado un proyecto de salvación que te invito a seguir desarrollando con ánimo, fe y valentía a lo largo de este nuevo año.   El profeta motivador y consolador Isaías   nos propone algunas actitudes que te invito no solo a reflexionar sino a asumir para ensanchar el espacio de tu tienda en este año:

1.      Atrévete a desplegar sin miedo tus lonas: se trata de visualizar, tener claras las metas que quieres alcanzar, teniendo en cuenta lo que tiene ahora mismo y lo que deseas obtener, ajustado siempre a tu realidad, es decir con los pies en la tierra; no te hagas metas super expectaculares, salidas de la realidad  que son inalcanzables. Es necesario una fecha límite para intentar alcanzar esas metas que te plantees y escribir como una lista de todo lo que debes hacer para iniciar ese objetivo.

2.      Alarga tus cuerdas: Esto significa tomar decisiones precisas, frente a lo que has soñado, anhelas, te has propuesto lograr y emprender acciones que no permitan que cualquier adversidad, as, frente a lo que has soñado, anhelas, te has propuesto lograr y emprender acciones que ncualquier obstáculo o viento contrario desestabilice tus propósitos.

3.      Clava bien tus estacas: Es fundamental la insistencia la perseverancia en la consecución de las metas, no se puede iniciar un proceso y abandonarlo en el arranque o en la mitad del camino, dejando que pase la fecha límite que habías planeado; sino estas seguro(a) de persistir mejor no comiences ninguna meta, lucha por terminar lo que iniciaste, mantente fiel y firme por encima de cualquier situación por difícil que aparezca y que amenace con desanimarte y tirar todo abajo.

4.      Y por último que debería ser lo primero y más importante no se te olvide encomendar, entregar tus sueños, tus anhelos al Señor al Dios de la vida. Porque Él siempre va a tener el poder de hacer efectivos los diferentes planes cuando son sometidos a Él; Dios puede convertir el desierto en un vergel o bosque precioso, Él puede hacer que toda construcción, todo comienzo tenga un buen fin (Filipenses 1,5). Porque por la fe sabemos que Dios dispone todas las cosas siempre para el bien de los que le aman (Romanos 8,28). Y nunca olvides que cada día es una bonita oportunidad para: “Valorar, agradecer, disfrutar, compartir” esto es un año nuevo que me mueva o provoque en mí, deseos constantes de atreverme a ser feliz y hacer felices a los demás.

Oro por ti, los tuyos tus proyectos, tus sueños tus metas para este nuevo año, los colocamos en las manos del buen Dios, le pedimos que Él sea siempre el que tome el control y la dirección de nuestra vida, si quizás antes de pedir por mis metas hoy le pedimos por las metas, planes que Él tiene para cada uno de nosotros, sabiendo que siempre son de bienestar, y que superan los nuestros.

Un bendecido y feliz nuevo año 2022 en Cristo Jesús.          

Roberto Zamudio

 

PROMESA BÍBLICA DEL MES

”Ensancha el espacio de tu tienda, despliega sin miedo tus lonas, alarga tus cuerdas, clava bien tus estacas y te extenderás a derecha e izquierda,  tu descendencia heredará naciones y poblara ciudades, y tu desierto se convertirá en un bosque”. Isaías 54, 2-3

 ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

El primer sentimiento, pensamiento y palabra comenzando este nuevo año es: “GRACIAS BENDITO ALABADO Y ADORADO SEAS POR SIEMPRE, PADRE DIOS”. Gracias por el renovar tú venida en mi vida, en la Navidad que acabo de celebrar. Gracias por este nuevo año 2022 que estoy iniciando, que de antemano quiero que sea para ti, y desde tu nombre y presencia para nuestros hermanos como bendición. Reconozco que te necesito más que ayer, más que el año anterior, por eso Buen Dios no te canses de seguir viniendo y naciendo a través en las diferentes circunstancias a mi vida y la de los que me rodean. Ayúdame a seguir creciendo en fe, en esperanza, en misericordia, perdón y solidaridad con nuestros hermanos. Sopla sobre mi vida de  tu Espíritu, para que sin dudarlo como nos invitas con tu Palabra en Isaías, empiece a ensanchar mi tienda,  desplegar  sin miedo mis lonas, alarga las cuerdas, clavar las  estacas, pero siempre guiado por ti y poniendo todo en tus manos.

Que pueda con la fortaleza de tu Espíritu, derribar todos los obstáculos, renuévame  cada vez más, con la luz, sabiduría y visión de tu Espíritu Santo. Llévame a hacer cada mes y cada día de este año una oportunidad de encuentro contigo, con tu creación, con nuestros hermanos y con nosotros mismos. Ayúdame a seguir avanzando en el proceso de cambio y transformación. Que pueda hacer del encuentro diario contigo una oportunidad para experimentar buenas noticias, y ser instrumento o motivo de una “Buena Noticia para los demás”. En tu Buen Nombre Señor Jesús, Dios de la vida, quiero iniciar este nuevo día y este nuevo año, seguro(a) que tu bendición siempre va a estar conmigo. Amén  

  

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

 

Amado Dios, de igual manera como inicié el día en la mañana, ahora al llegar la noche me dispongo a ir al descanso no sin antes: Reconocer, valorar, agradecer y bendecir todas las muestras y signos de tu bondad que a lo largo de este día me han acompañado. Gracias por todo lo vivido, aprendido y compartido a lo largo de este día. He experimentado tu amor en cada oportunidad y circunstancia que hoy he tenido que enfrentar. Gracias por regalarme nuevas fuerzas, cuando mi cuerpo por el trabajo físico se sintió desfallecer, gracias por tu Espíritu de vida que me animó para seguir adelante cuando tuve que enfrentar momentos difíciles en este día. Inúndame a esta hora de la guía y animación de tu Espíritu Santo para que a través de Él pueda prepararme para un buen descanso; ayúdame a controlar y dominar esa nuestra naturaleza humana que tanto se equivoca en los momentos de relacionarme y convivir con mi prójimo. Me abandono a esta hora en ti, en tus manos tiernas de Madre y Padre,  someto mi sueño y el reposo que me provees para recuperar  fuerzas y así estar preparado para el día de mañana que con ilusión y esperanza quiero desde ya empezar a vivir. Gracias y Bendito seas por siempre. Amén   

Sábado 01 de Enero de 2022

 Fiesta de Santa María Madre de Dios, Año Nuevo y Día Mundial de la Paz.

 

“BAJO TU AMPARO NOS ACOGEMOS”

 

PRIMERA LECTURA

NÚMEROS 6, 22-27

“Invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré”


 El Señor habló a Moisés: "Di a Aarón y a sus hijos: Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas: "El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz". Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré." Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

La primera lectura de hoy nos trae una bendición, pero sobre todo nos enseña a bendecir. En Números encontramos la llamada bendición aaronítica (de Aarón), porque se afirma que Dios la reveló a Moisés para que éste a su vez la enseñara a Aarón y a sus hijos, los sacerdotes de Israel, para que con ella bendijeran al pueblo. Seguramente fue usada ampliamente en el antiguo Israel. Bien nos viene una bendición de parte de Dios al comenzar el año: que su rostro amoroso brille sobre todos nosotros como prenda de paz. La paz tan anhelada por la humanidad entera, y lamentablemente tan esquiva. Pero es que no basta con que Dios nos bendiga por medio de sus sacerdotes. No basta que él nos muestre su rostro. Aquí no se trata de bendiciones mágicas sino de un llamado a empeñarnos también nosotros en la consecución y construcción de la paz: con nosotros mismos, en nuestro entorno familiar, con los cercanos y los lejanos, con la naturaleza tan maltratada por nuestras codicias; paz con Dios, Paz de Dios.

Bendigamos al Señor hoy por todo lo que hemos vivido hasta ahora, y por el nuevo año que pone ante nuestros ojos: nuevos días por delante, nuevas oportunidades, tiempo a nuestra disposición... Alabemos al Señor por la misericordia que ha tenido con nosotros hasta ahora. Y también porque nos va a permitir ser también nosotros una bendición en este nuevo año que comienza: bendición para los hermanos y bendición para Dios mismo.

 

SALMO RESPONSORIAL: 66

R./ El Señor tenga piedad y nos bendiga.

 

El Señor tenga piedad y nos bendiga,

ilumine su rostro sobre nosotros; 

conozca la tierra tus caminos,

todos los pueblos tu salvación. R.

 

Que canten de alegría las naciones,

porque riges el mundo con justicia,

riges los pueblos con rectitud

y gobiernas las naciones de la tierra. R.

 

Oh Dios, que te alaben los pueblos,

que todos los pueblos te alaben.

 Que Dios nos bendiga; que le teman

hasta los confines del orbe. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

En esta hermosa oración, compuesta para celebrar la recolección de las cosechas la comunidad agradece al Señor los frutos de la tierra. Además, le suplica que renueve constantemente sus bendiciones, a fin de que todos los pueblos reconozcan en el Dios de Israel al único Dios.

 

SEGUNDA LECTURA

GÁLATAS 4,4-7

“Envió Dios a su hijo, nacido de una mujer”


 Herrmanos: Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: "¡Abbá! (Padre)." Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. Palabra del Señor.

 


REFLEXIÓN

En Gálatas encontramos una apretada síntesis de lo que Pablo nos enseña en tantos otros pasajes de sus cartas. En primer lugar, nos dice que el tiempo que vivimos es de plenitud, porque en él Dios ha enviado a su Hijo, no de cualquier manera, sino «nacido de mujer y nacido bajo la ley», es decir, semejante en todo a nosotros y en nuestra humanidad. Pero este abajamiento del Hijo de Dios, nos ha alcanzado la más grande de las gracias: la de llegar a ser, todos nosotros los seres humanos, sin exclusión alguna, hijos de Dios, capaces de llamarlo «Abba», es decir, Padre. Nuestra condición filial fundamenta una nueva dignidad de seres humanos libres, herederos del amor de Dios. Parecerían hermosas palabras, nada más, frente a tantos sufrimientos y miserias que todavía experimentamos, pero se trata de que pongamos de nuestra parte para que la obra de Jesucristo se haga realidad. Se trata de que nos apropiemos de nuestra dignidad de hijos libres, rechazando los males personales y sociales que nos agobian, luchando juntos contra ellos. Esto implica una tarea y una misión: la de hacernos verdaderos hijos de Dios, y a nuestros hermanos que conozcan esta dignidad.

Nacido de mujer, nacido bajo la ley, nos recuerda Pablo en Gálatas 4,4. Nació en la debilidad, en la pobreza, fuera de la ciudad, en la cueva, porque no hubo para ellos lugar en la posada... Nace en la misma situación que el conjunto del pueblo, los sencillos, los humildes, los sin poder. Este nacimiento real y concreto es asumido por Dios para abrazar en el amor a todos los que la tradición había dejado fuera. Es la visita real de aquel que, por simple misericordia, nos da la gracia de poder llamar a Dios con la familiaridad de Abba -"papito"- y la posibilidad de considerar a todos los hombres y mujeres hermanos muy amados. En Jesús, nacido de María -la mujer que aceptó ser instrumento en las manos de Dios para iniciar la nueva historia- todos los seres humanos hemos sido declarados hijos y no esclavos, hemos sido declarados coherederos, por voluntad del Padre. La bendición o benevolencia de Dios para los seres humanos da un gran paso: Dios ya no bendice con palabras, ahora bendice a todos los seres humanos y aún a toda la creación, con la misma persona de su Hijo, que se hace hermano de todos. Y nadie quedara marginado de su amor.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 2, 16-21

“Y le pusieron por nombre Jesús”


En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho. Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN:

Lucas nos muestra a un Jesús sencillo, un Jesús que no nace entre los grandes y poderosos del mundo sino entre los pequeños y  humildes; como los pastores de Belén, que no son sólo figuras decorativas de nuestros pesebres sino que eran, en los tiempos de Jesús, personas mal vistas, con fama de ladrones, de ignorantes y de incapaces de cumplir la ley religiosa judía. A ellos en primer lugar llaman los «ángeles» a saludar y a adorar al Salvador recién nacido. Ellos se convierten en pregoneros de las maravillas de Dios que habían podido ver y oír por sí mismos. Algo similar pasa con María y José: no eran una pareja de nobles ni de potentados, eran apenas un humilde matrimonio de artesanos, sin poder ni prestigio alguno. Con María, la madre, que «guardaba y meditaba estos acontecimientos en su corazón», y seguramente se alegraba y daba gracias a Dios por ellos, y estaba dispuesta a testimoniarlo delante de los demás, como lo hizo delante de Isabel, entonando el Magníficat.

La «maternidad divina de María», motivo oficial de la celebración litúrgica de hoy,  pero  con la imagen conciliar que la Iglesia tiene de María,  «la madre de Jesús», una imagen desmitificada, María una mujer sencilla, dispuesta a servir, María como discípula, siempre dispuesta a seguirle y permanecer en el camino hasta el final.  Contemplemos a  María como nos la describe Lucas, María, Madre de Dios, Madre que recibe a Cristo y que a la vez ofrece a Cristo. Que Ella atraiga para nosotros, y para todos los que amamos, abundantes bendiciones, y que como ella nosotros permanezcamos por la fuerza de su amor en el  camino de Jesús y en la construcción de su Reino.

Festejemos  este Año Nuevo, como un  nuevo regalo que el Señor  hace a nuestra vida, agradezcámosle  con todo el corazón la alegría de vivir, la oportunidad maravillosa que nos da de seguir amando y seguir siendo amados, y la capacidad que nos ha dado para cambiar,  rectificar, recapacitar y continuar en su  camino.

 

ORACIÓN

Padre Bueno, te damos infinitas gracias por el año que acaba de terminar y por este año nuevo que queremos iniciar en el nombre de tu Hijo Jesucristo, en tu paz y en tu amor, declarando tu presencia bendición y victoria sobre cada uno de los días se éste nuevo año. Te ofrecemos todo lo que vamos a vivir en este año y nos ofrecemos a nosotros mismos a ti como una ofrenda de gratitud alabanza y amor. Glorifícate Señor en cada uno de nosotros y ayúdanos a vivir como verdaderos hijos tuyos en medio de este mundo. Que acojamos la vida y el proyecto de tu Hijo Jesús en nosotros, que seamos fieles como María la madre de Nazareth a la alianza que un día hicimos contigo en el bautismo, para que vivamos como hijos y no como esclavos. Oramos, damos gracias y bendecimos las vidas de Diana Carolina Franco e Irma Garzón en sus cumpleaños. Amén

 

“Coloquemos en el Dios de la vida nuestros sueños y anhelos, suplicando la gracia de vivir cada día con fe y esperanza”

Domingo 02 de enero de 2022

 Epifanía del Señor

 

“SIGAMOS LA  ESTRELLA QUE NOS LLEVA A JESÚS”

 

PRIMERA LECTURA

ISAÍAS 60, 1-6

 

“La gloria del Señor amanece sobre ti”

 

¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti; y caminarán los pueblos a tu luz; los reyes al resplandor de tu aurora. Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti: tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos, los dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

La época en que se escribe esta parte del libro del profeta Isaías (Tercer Isaías) corresponde a la restauración, es decir, al regreso a Jerusalén de los exiliados en Babilonia, regreso a la gran ciudad de Dios. Cuando este grupo de exiliados llegó a Israel encontró sus ciudades destruidas, sus campos abandonados o apropiados por otras familias, las murallas derruidas y el templo, el lugar donde Yahvé habitaba, incendiado. Esta dramática realidad los desanimó completamente, centrando sus esperanzas y sus motivaciones únicamente en la reconstrucción de sus viviendas y sus campos, dejando de lado la restauración del templo y, con ello, la confianza en la venida gloriosa de Yahvé, quien traería para Israel la salvación plena en la misma historia. Isaías anima la fe de su pueblo, los invita a poner nuevamente su fe y su corazón en la fuerza salvadora de Yahvé, quien traerá la paz y la justicia a su pueblo, por ello Jerusalén será una ciudad radiante, llena de luz, en donde la presencia de Dios como rey hará de ella una nación grande, ante cuya presencia se postrarán todos los pueblos de la tierra. El profeta manifiesta con esta gran revelación que Dios es quien dará inicio a una nueva época para Israel, una época donde reinará la luz de Dios y serán destruidas todas las fuerzas del mal, pues Dios se hace presente en Israel y ya más nadie podrá hacerle daño.

 

SALMO RESPONSORIAL: 71

R. / Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

 

Dios mío, confía tu juicio al rey,

tu justicia al hijo de reyes:

para que rija a tu pueblo con justicia,

 a tus humildes con rectitud. R.

 

Que en sus días florezca la justicia y la paz

hasta que falte la luna;

que domine de mar a mar,

del Gran Río al confín de la tierra. R.

 

Que los reyes de Tarsis y de las islas

le paguen tributos;

que los reyes de Sabá y de Arabia

le ofrezcan sus dones, que se postren

ante él todos los reyes,

y que todos los pueblos le sirvan. R.

 

Porque él librará al pobre que clamaba,

al afligido que no tenía protector;

él se apiadará del pobre y del indigente,

y salvará la vida de los pobres. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Oración por el rey de Israel, en la que se idealiza proféticamente su figura como gobernante que implanta la justicia y la paz. El éxito del rey asegura la prosperidad para todo el pueblo. Ya en el judaísmo este salmo fue interpretado mesiánicamente y lo mismo ha hecho la liturgia cristiana. Cristo es el verdadero Rey que establece la justicia y la paz, su Reino es universal.

 

SEGUNDA LECTURA

EFESIOS 3, 2-6

 

“Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos”

 

Hermanos: Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro. Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo, por el Evangelio. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

La visión profética descrita en la primera lectura, posee una comprensión muy reducida de la acción salvadora de Dios, ya que es asumida como una promesa que se cumplirá en beneficio única y exclusivamente del pueblo de Israel y no de toda la tierra. Pablo, a través de la carta a los Efesios, ampliará esa comprensión, afirmando que la salvación venida por Dios, a través de Jesús, es para “todos”, judíos y paganos. El plan de Dios, según Pablo, consiste en formar un solo pueblo, una sola comunidad creyente, un solo cuerpo, una sola Iglesia, un organismo vivo capaz de comunicar a toda la creación la vida y la salvación otorgada por Dios. La carta a los Efesios expresa que el misterio recibido por Pablo consiste en que la Buena Nueva de Cristo se hace efectiva también en los paganos, ellos son coherederos y miembros de ese mismo Cuerpo; esto significa que Dios se ha querido revelar a toda la humanidad, actúa en todos, salva a todos, reconcilia a todos sin excepción.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 2, 1-12

 

“Venimos de oriente para adorar al Rey”

 

Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: "¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo". Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: "Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel"

 

Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: "Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo". Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.

Y habiendo recibido en sueños un oráculo para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino. Palabra del Señor.

 

 REFLEXIÓN

El evangelio que leemos hoy, en la Fiesta de la «Epi-fanía», confirma este carácter universal de la salvación de Dios. Mateo expresa, por medio de este relato simbólico, el origen divino de Jesús y su tarea salvadora como Mesías, como rey de Israel, heredero del trono de David; para ello el evangelista insiste en nombrar con exactitud el lugar donde nació Jesús y en confirmar, a través del Antiguo Testamento, que con su presencia en la historia se da cumplimiento a las palabras de los profetas. Por otro lado, el rechazo de este nacimiento por parte de las autoridades políticas (Herodes) y religiosas (sumos sacerdotes y escribas) del pueblo judío y el gozo infinito de los magos, venidos de Oriente, anuncian desde ya ese carácter universal de la misión de Jesús, la apertura del evangelio a los paganos y su vinculación a la comunidad cristiana. La Epifanía del Señor es la celebración precisa para confesar nuestra fe en un Dios que se manifiesta a toda la humanidad, que se hace presente en todas las culturas, que actúa en todos, y que invita a la comunidad creyente a abrir sus puertas a las necesidades y diversidad del mundo actual. Es decir, Cristo es la epifanía de la misericordia divina para nosotros y para todos los pueblos.

Es la epifanía, la manifestación de Dios en su Hijo Jesucristo, que ha venido a nuestra tierra y que ha revelado la gloria del Padre, vemos a los " los Magos de Oriente", que nos menciona el evangelio, venidos de Oriente contemplan a Jesucristo y le dan sus regalos. Es de destacar, que más que un encuentro cualquiera, sin importancia, estos personajes descubrieron en Cristo la satisfacción más profunda de su búsqueda y de su anhelo. Porque ellos eran gente que observaba los cielos, que exploraba el horizonte en la noche buscando una luz, buscando una gracia, buscando una verdad, una sabiduría, y la encontraron en Cristo. De modo que en Cristo vinieron a satisfacerse todas sus necesidades y anhelos.

 

Pidamos al Señor, que Cristo sea nuestra epifanía, que en Él encontremos la respuesta a nuestros interrogantes más profundos, a nuestras búsquedas, a nuestra búsqueda de alegría y de paz, y que nosotros mismos seamos epifanía de Dios para todos los que nos rodean.

 ORACIÓN

 

Señor Jesús hoy te buscamos, te necesitamos, te anhelamos, queremos recibir de tu luz, alimentarnos con el Pan de Vida de tu Palabra, con la fuerza renovadora y creadora de tu Santo Espíritu que le da verdadero sentido a la vida, que Él nos impulse a buscarte cada día con insistencia; danos hambre y sed de Ti, guíanos y muévenos para salir a tu encuentro desde nuestra realidad, desde la enfermedad, limitación, falta de fe y sigue llenando nuestra vida de ánimo y esperanza. Amén


 

“Nuestra vida debe expresar en los gestos y actitudes que somos iluminados por la luz de Jesucristo

 

Lunes 03 de Enero de 2022


“SOMOS DE DIOS Y PARA DIOS”

 

PRIMERA LECTURA

1JUAN 3,22-4,6

 

“Examinad si los espíritus vienen de Dios”

 

Queridos hermanos: Cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

Queridos: no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo. Podréis conocer en esto el espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios: es del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo. Vosotros, hijos míos, sois de Dios y lo habéis vencido. Pues el que está en vosotros es más que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha, quien no es de Dios no nos escucha. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Juan nos exhorta al discernimiento. Es una moción extraordinariamente actual, por doble motivo: porque siempre necesitamos estar despiertos para no dejarnos confundir, y porque el tipo de engaños que él denuncia están hoy muy vivos, especialmente a través de esa difusa religiosidad que se denomina "Nueva Era".

Los anticristos, los grandes enemigos que denuncia Juan, son en realidad enemigos de la carne de Cristo. Hablarán de él como de un maestro (uno entre muchos); dirán que es puro, bello, majestuoso, luminoso, pero callarán el misterio que da su sentido más hondo a todos esos elogios: él es de nuestra naturaleza; ha cargado sobre sí nuestros delitos; nos conoce por dentro; ha vencido desde dentro al enemigo que nos acechaba y ahora nos ofrece no sólo su ejemplo sino su preciosa gracia, sin la cual es imposible vencer.

Es sumamente valiosa por esto la síntesis que nos ofrece este capítulo tercero de la primera carta de Juan: "éste es su mandamiento: que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a los otros" (1 Jn 3,23). Esta es la vida cristiana: creer y amar.

 

SALMO RESPONSORIAL: 2

R. / Te daré en herencia las naciones.

 

Voy a proclamar el decreto del Señor;

el me ha dicho:

"Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.

Pídemelo: te daré en herencia las naciones,

en posesión, los confines de la tierra." R.

 

Y ahora, reyes, sed sensatos;

escarmentad, los que regís la tierra:

servid al Señor con temor,

rendidle homenaje temblando. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

La dinastía davídica es para Israel manifestación de una especial providencia de Dios. El escogió a David y a sus descendientes y les prometió bienestar y perpetuidad. Después de la catástrofe nacional (año 587 a. C.), las miradas se volvieron al futuro y se concentraron en la esperanza mesiánica. El Nuevo Testamento aplica este salmo a Cristo (Hch. 4, 25-26): ve en su persona y en su obra salvadora la plena y perfecta realización de las promesas hechas a David.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 4,12-17.23-25

 

“Está cerca el reino de los cielos”

 

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: "País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló."

Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: "Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos." Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curaba. Y le seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Trasjordania. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

El ministerio profético de Jesús de Nazaret comienza después del arresto de Juan el Bautista. La tarea de Jesús es proclamar con su palabra, y con el testimonio de su vida, la llegada inminente del Reinado o soberanía de Dios en el mundo. Esta novedad, de la que habla Jesús, tiene que expresarse en dimensiones horizontales: la vida de todos los hombres y mujeres; y de igual manera en dimensiones verticales: en una buena y sana relación con Dios.

No se puede experimentar la conversión al Reino de Dios de espalda a la vida de la gente con quienes compartimos esta historia. Tal como nos lo recuerda la teología de la liberación: no podemos seguir proclamando un Reino sin Dios; tampoco un Dios sin Reino. Esto significa que la experiencia de Dios ha de reflejarse en la manera como vivimos y en el cómo estamos trabajando para transformar la historia y, toda transformación de la historia no puede prescindir de una experiencia vital y profunda del Dios liberador que nos reveló Jesús. Que durante todo este año nuestra experiencia de fe se manifieste en la vida y que en nuestra vida reflejemos el rostro del Dios bondadoso, Padre de Jesús.

 

ORACIÓN

Señor Jesús, hoy queremos que Tú seas la luz que brilla en las tinieblas de nuestros problemas, sufrimientos, enfermedades, debilidades, queremos  dejar que nuestro corazón sea el lugar sagrado en el que Tú habites. Creemos en ti, que eres nuestro Padre que nos ama y nos levanta para que vivamos en libertad. Regálanos tú Espíritu para discernir tu presencia y tu Reino en medio de nuestra realidad. Amén. 

 

“La conversión constante de mente, corazón y voluntad es condición fundamental para ser parte del Reino Dios”