PRIMERA LECTURA
MALAQUÍAS 3,1-4.23-24
REFLEXIÓN
Me gusta mucho esta primera lectura. Sobre todo porque habla de los
profetas, que a veces algunos los han entendido y confundido como brujos, adivinos,
o aves de mal agüero. Los profetas no únicamente anuncian catástrofes y
tragedias, como estamos a veces acostumbrados a pensar. Los profetas si es
cierto que denuncian toda injusticia y atropello que vaya en contra del Reino
de Dios, pero ante todo anuncian tiempos de esperanza, proclaman la utopía e
indican los pasos necesarios para alcanzarla. En este texto Malaquías (que
significa mi mensajero) nos habla de un regreso del Señor a su pueblo; un
mensajero consolidará esta nueva alianza pactada desde antiguo y constantemente
violada o infringida por la infidelidad de Israel. La presencia del mensajero
de esta alianza significa que el Señor de la vida, acompañará desde su
santuario a todo el pueblo que está atento a su voz y a su presencia. Para que
esto sea posible es necesario dar varios pasos o movimientos previos: el
primero de ellos es liberar a su pueblo de los pecados. Pero no de cualquier
pecado sino del pecado más grave de todos; la violencia por la injusticia y la
opresión que se había instalado en el corazón de la nación. La conducta
corrupta de los gobernantes y poderosos y la decidía del pueblo eran los más
claros síntomas de que se había infringido la alianza. Ante esta situación el
profeta debe actuar para purificar con su acción radical la falta de carácter y
temple de la nación. Dispuesto de este modo el pueblo y sus dirigentes, la
nación podía encaminarse a renovar la alianza con Dios, por medio de un
compromiso que consiste en el respeto del derecho y en la observancia de la
justicia y misericordia.
SALMO RESPONSORIAL: 24
R./Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es un canto a la bondad y al amor de Dios y petición humilde
de orientación y enseñanza. El cristiano sabe que el amor de Dios se hizo
presente de manera nueva e insuperable en la persona de Jesús. Él es quien debe
guiarlo y enseñarle la verdad que conduce a la vida.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 1,57-66
“El nacimiento de Juan Bautista”
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se
enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran
misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y
lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: "¡No!
Se va a llamar Juan." Le replicaron: "Ninguno de tus parientes se
llama así." Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se
llamase. Él pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre." Todos
se quedaron extrañados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar
bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por
toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo:
"¿Qué va a ser este niño?" Porque la mano del Señor estaba con
él. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Siempre hemos
comentado el «Sí» de María, dentro de la Historia de la Salvación, y la
importancia de ese Sí para que la encarnación aconteciera. Pocas veces, más
bien casi nunca, se ha dicho palabra alguna sobre el No que pronunció Isabel,
tan importante en la Historia Salvífica como el Sí de María. Las maternidades
de estas dos mujeres estuvieron marcadas por las palabras que pronunciaron. El
SÍ de María, que es expresión de su apertura al don del Espíritu y el NO de
Isabel (¡No!, se llamará Juan), que rompió con la tradición del siempre fue
así, para ser fiel a la voluntad de Dios. De hecho, Juan significa “el que es
fiel”
Dejémonos
inspirar por la valentía de estas dos mujeres de fe, María e Isabel. Que ellas
acompañen la experiencia de Navidad de este año y que nos transmitan su coraje,
para saber decir sí o no, según la inspiración del Espíritu, y ser así capaces
de generar vida nueva, hasta llegar a ser cristianos que ardamos en el amor.
ORACIÓN
Señor continúa
dándonos profetas y pastores sabios, que siempre nos guíen al encuentro
salvador con tu Hijo. Infúndenos hoy el deseo de una conversión sincera, para que
Cristo el Señor siga tomando forma en nosotros. Te damos gracias por todos los
profetas y pastores que tú has colocado y sigues colocando en nuestro caminar,
bendíceles grandemente. Amén.
“Pidámosle a Jesús en esta Navidad
que cuando Él nazca, nosotros también nazcamos a una nueva vida”
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