jueves, 1 de diciembre de 2022

Sábado 03 de Diciembre de 2022

 

 “NUESTRAS LÁGRIMAS CONMUEVEN A


 DIOS”

 

PRIMERA LECTURA

ISAÍAS 30,19-21.23-26

 

“Se apiadará a la voz de tu gemido”

Así dice el Señor, el Santo de Israel: "Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, no tendrás que llorar, porque se apiadará a la voz de tu gemido: apenas te oiga, te responderá. Aunque el Señor te dé el pan medido y el agua tasada, ya no se esconderá tu Maestro, tus ojos verán a tu Maestro. Si te desvías a la derecha o a la izquierda, tus oídos oirán una palabra a la espalda: "Éste es el camino, camina por él." Te dará lluvia para la semilla que siembras en el campo, y el grano de la cosecha del campo será rico y sustancioso; aquel día, tus ganados pastarán en anchas praderas; los bueyes y asnos que trabajan en el campo comerán forraje fermentado, aventado con bieldo y horquilla. En todo monte elevado, en toda colina alta, habrá ríos y cauces de agua el día de la gran matanza, cuando caigan las torres. La luz de la Cándida será como la luz del Ardiente, y la luz del Ardiente será siete veces mayor, cuando el Señor vende la herida de su pueblo y cure la llaga de su golpe." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

Si hay una noticia consoladora es aquella que hoy nos regala el profeta: Dios ya no se esconde. Se deja sentir y atiende las súplicas. Dulce noticia, porque si hay algo torturante es el silencio de Dios. La luz crece de tal modo que la luna se equipara al sol mientras el sol adquiere el brillo perfecto.

El profeta nos asegura que nuestro Dios es un Dios cercano, que nos escucha y que nos conoce por nuestro nombre, si andamos desorientados, oiremos muy cerca su voz que nos dice: “Este es el camino, caminad por el”. El mismo Dios que acoge las súplicas deja escuchar su voz y muestra el camino correcto. Esto debe ser destacado, porque a veces nos gusta que el Señor se haga presente para atender nuestra voz pero luego no nos interesa que esté cerca para que atendamos su voz y no estamos dispuestos a obececerle.

El profeta también nos dice que si estamos, heridos, o nuestros corazones están destrozados, Él vendará nuestras heridas y reconstruirá lo que estaba destruido. El profeta tiene permiso para soñar. Habla de un pueblo destrozado política y religiosamente. A los pobres y a los afligidos dirige su palabra de ánimo, para anunciarles que Dios no lo olvida, que se apiada de ellos, porque es rico en misericordia

  

SALMO RESPONSORIAL: 146

R./ Dichosos los que esperan en el Señor.

 

Alabad al Señor, que la música es buena;

nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.

El Señor reconstruye Jerusalén,

reúne a los deportados de Israel. R.

 

Él sana los corazones destrozados,

venda sus heridas.

Cuenta el número de las estrellas,

a cada una la llama por su nombre. R.

 

Nuestro Señor es grande y poderoso,

su sabiduría no tiene medida.

El Señor sostiene a los humildes,

humilla hasta el polvo a los malvados. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este Salmo es un canto de acción de gracias a Dios por la reconstrucción de Jerusalén y el regreso de los desterrados, y la providencia con que gobierna el universo. La restauración de Jerusalén es anticipo y símbolo de la redención obrada por Dios en Cristo. El sigue presente en medio de su pueblo y le ofrece diariamente pruebas de su amor.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 9,35-10,1.6-8

 

“Al ver a las gentes, se compadecía de ellas”

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies." Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. A estos doce los envió con estas instrucciones: "Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Con el evangelio de hoy comienza Mateo la sección denominada “instrucción a los doce para la misión”. El texto es al mismo tiempo introducción a la misión, discurso de instrucción y descripción de la penosa situación de maltrato y abandono en que se encuentra el pueblo de Israel. El diagnóstico de Jesús es claro, hay problemas con las ovejas y también con la falta de pastores. Jesús no hace la petición al Padre, recomienda a los discípulos que lo hagan. La intención de Jesús es que los discípulos tomen conciencia de que la responsabilidad por los nuevos misioneros recae sobre ellos. Por ahora, Jesús intensifica el proceso de formación de sus discípulos, señalando cuatro criterios para los misioneros de ayer y de hoy: luchar contra los males del mundo (espíritus inmundos, enfermedades, dolencias, etc.), dar preferencia a los excluidos (ovejas descarriadas), anunciar el evangelio con un enfoque “reinocéntrico” (considerar la Utopía del Reino de Dios como el centro, el absoluto) y aprender a dar con generosidad solidaria lo que hemos recibido como un regalo de Dios. El adviento debe ser un tiempo de motivación para reforzar nuestra formación y nuestro compromiso misionero. ¿Qué estamos haciendo frente a un mundo que camina como ovejas sin pastor?

 

ORACIÓN

Padre de Bondad, gracias por esta nueva bendición de este día; por ver en los necesitados a los principales destinatarios de tu mensaje y de tu amor. Ayúdanos a que nosotros seamos capaces de obrar siempre con tus mismos sentimientos misericordiosos con los demás. Amén.

 

“Cuando llores en silencio, recuerda que Dios cuenta cada una de tus lágrimas”

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