San Juan apóstol y evangelista
“TESTIGOS FIELES Y CREÍBLES”
PRIMERA LECTURA
1JUAN 1,1-4
“Os anunciamos lo que hemos visto y oído”
Queridos hermanos: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído,
lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon
nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros
la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba
con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos,
para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con
su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La solemnidad del fragmento que leemos hoy en la primera lectura es
impresionante. Hay una resonancia de autoridad, de seguridad. Se puede
distinguir dos partes: La primera es como una apertura de un escrito peculiar y
único en el Nuevo Testamento. Es una parte que hay que leer poco a poco para
saborear el contenido experimentado y vivido. Después entramos en otra parte
más directa, más interpelante que nos juzga y nos penetra: si decimos, si
confesamos, si caminamos…. El autor ha dejado ya la introducción y nos
habla con la misma solemnidad, con la misma autoridad, pero nos pide cuentas,
y, en el fondo, lo hace a la luz del mensaje que nos transmite, a la luz del
criterio fundamental de la fe cristiana: la experiencia del logos de la vida.
Hay que prestar atención a la serie de verbos de experiencia que marcan
el punto de referencia del testimonio del autor: hemos oído, hemos visto con
nuestros ojos, hemos observado, lo que nuestras manos han palpado, lo que hemos
visto y hemos oído os lo anunciamos. Pero es importante destacar que lo que
anuncia y de lo que da testimonio el autor no es el Verbo visto, palpado y
contemplado en el Verbo de la vida: Que Dios es luz. Lo que el autor ha visto
palpado, contemplado es que Dios se ha manifestado. El objeto del testimonio
del autor va más allá de lo que ven los ojos y palpan las manos.
SALMO RESPONSORIAL:
96
R/ Alegraos, justos, con el Señor.
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean
justicia y derecho sostienen su trono. R.
Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia
y todos los pueblos contemplan su gloria. R.
Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es un himno de alabanza a la realeza de Dios, quien
manifiesta su grandeza en los fenómenos naturales y en los juicios de la
historia. Se anuncia la venida de la luz para los justos. Es la luz anunciada
es Cristo, que al venir a este mundo ilumina a toda la humanidad.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 20,2-8
“El otro discípulo corría más que Pedro y llegó primero al sepulcro”
El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde
estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo:
"Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han
puesto." Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos
corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y
llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no
entró... Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las
vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el
suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también
el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El evangelio nos presenta al que era muy amigo de Jesús (en otras
versiones, el que Jesús más quería) como uno de los primeros testigos de la
Resurrección al lado de María Magdalena y de Pedro. Estos discípulos, que
estuvieron con Jesús, que escucharon sus palabras y fueron testigos de sus
obras, no habían comprendido que según las escrituras Jesús debía resucitar de
entre los muertos; y ahora el discípulo que era muy amigo de Jesús ve y cree:
Jesús ha resucitado, su proyecto de vida, de justicia ha triunfado sobre la
muerte. El evangelio de hoy nos invita a realizar nuestro discipulado en
comunidad, a ser testigos de la llegada de quien vence la muerte. Llegar a
entender que Jesús había resucitado no fue de la noche a la mañana, sino que
pasaron varios años para lograr comprender el misterio de Dios. Hoy, la fe que
se nos ha sido trasmitida por tradición nos invita a creer en ese Jesús que
nace en medio de nosotros como el Hijo de Dios que busca la construcción del
reino de vida, que vence toda clase de muerte, que está en nuestras familias,
en las comunidades para darnos vida y vida en abundancia.
ORACIÓN
Cuando nos sabemos amados por ti, sin ningún interés, sino por tu don
misericordioso, no nos queda más que dejarnos amar y corresponder
con nuestra fe, transformación de vida, trato a los demás y
evangelización. Ayúdanos, por favor a continuar anunciando tu proyecto de vida
con corazón dispuesto y generoso a la acción de Dios.
Amén
“Llevemos un mensaje de paz y esperanza
al mundo carente de amor”
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