EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 21, 4b-9
REFLEXIÓN
La primera lectura de hoy nos recuerda esta escena extraña, en la cual el
pueblo después de rebelarse muchas veces contra Dios, tiene que experimentar
una especie de derrota; serpientes venenosas acechan a los israelitas y no
pocos mueren, son atacados por estas serpientes, que por supuesto los muerden y
así varios de ellos fallecen; entonces el pueblo cae en cuenta de que se ha
rebelado contra Dios y busca a Moisés; y Moisés recibe de Dios, cuando
intercede por el pueblo, una instrucción muy peculiar, hacer una serpiente de
bronce, para que todo el que levantara la mirada hacia la serpiente de bronce
quedaría curado. Este modo de obrar de Dios y Moisés indudablemente nos
parece extraño, aunque tiene cierta lógica, porque la serpiente es aquel animal
que tiene como gran arma obrar de modo astuto y escondido, la serpiente de
bronce en realidad está sacando a luz lo que está oculto, lo que está
escondido, de forma simbólica esta serpiente tiene como acción de desenmascarar
el mal. A través de ese gesto el mal queda a la luz, el mal tiene que
presentarse tal cual es. Bendita entonces la Cruz de Cristo, que para nosotros ya
no es signo de derrota sino que es signo de victoria, como lo fue también para
los israelitas. Mucho más perfecta es la victoria en Jesús, por supuesto,
porque se trata ahora de la victoria sobre todo aquello que tenía poder de
maldad en nuestras vidas.
SALMO RESPONSORIAL: 77
R./ No olvidéis las acciones del Señor.
inclinad el oído a las palabras de mi boca:
que voy a abrir mi boca a las sentencias,
para que broten los enigmas del pasado. R.
Cuando los hacía morir, lo buscaban,
y madrugaban para volverse hacia Dios;
se acordaban de que Dios era su roca,
el Dios Altísimo su redentor. R.
Lo adulaban con sus bocas,
pero sus lenguas mentían:
su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza. R.
Él, en cambio, sentía lástima,
perdonaba la culpa y no los destruía:
una y otra vez reprimió su cólera,
y no despertaba todo su furor. R.
OREMOS CON EL SALMO
El salmista quiere que el pueblo reflexione sobre las lecciones de la
historia antigua y en especial sobre las infidelidades del pueblo para con
Dios, y termina inculcando la responsabilidad que supone la elección de David y
de Jerusalén.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 3, 13-17
“El Hijo del hombre tiene que ser levantado”
"Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen el él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Como dice el texto de hoy: "Dios amó tanto al mundo, que entregó a su
Hijo único, para que tuviéramos vida" Y por eso, la Cruz parece un
absurdo a todo el mundo, menos a los que pasamos por el dolor, por la soledad,
por la tentación, por el pecado.
Si uno lo mira desde la frialdad de un escritorio y dice: "¿Qué es lo
lógico?" Pues, lo lógico es lo que dice el mundo: subir, subir, más poder,
más dinero, más prestigio, más fama, más aplausos, si uno lo piensa con esa
lógica, eso es lo que hay que hacer. Pero, si pertenecemos a toda esa
población que sabe reconocer que tiene dificultades, tentaciones, problemas y
pecados, si alguna vez nos hemos sentido que no va más, que casi lo único que
te queda es la muerte, o la locura, o la desesperación. Si alguna vez hemos
pasado por eso, entenderemos este lenguaje: "El Dios que yo necesito, no
es el Dios que me dice: '¡Reúne tus fuerzas! ¡Concéntrate!'" ¡No! Es
el Dios que nos dice: "Estoy dispuesto a amarte también en ese hoyo,
también en ese abismo adonde tú mismo te has metido. Ahí estoy dispuesto a
amarte y ayudarte hasta el final". Ese es el Dios que necesitábamos. Y por
eso, ese es el amor que vence. Por eso, lo que hoy celebramos de la Cruz, no es
tanto el dolor, sino tanto y tanto amor.
Por otra parte miremos a
un Jesús que en la cruz fue despreciado y evitado, como dijo Isaías. Pero sin embargo, en
el horizonte de este escenario de sufrimiento y de muerte, brilló para la
humanidad la esperanza: A causa de los trabajos de su alma, “mi Siervo
justificará a muchos”, dice Isaías. Por eso la cruz, en la noche del dolor y
del abandono, es antorcha que mantiene viva la espera del nuevo día de la
resurrección. Miremos con fe hacia la cruz de Cristo, mientras por medio de
ella podemos proclamar al mundo el amor
misericordioso del Padre por cada hombre.
Hoy es el día de la misericordia y del amor, el día en el que se ha
llevado a cabo la redención del mundo, porque el pecado y la muerte han sido
derrotados por la muerte salvadora de Jesús. Oremos al Señor, Divino Rey
crucificado, que el misterio de tu muerte gloriosa triunfe en el mundo. Haz que
no perdamos el valor y la audacia de la esperanza ante los dramas de la
humanidad y ante cada situación injusta que conduele y aqueja a la humanidad,
que ha sido redimida con tu sangre preciosa. Al contrario, haz que con renovada
fuerza proclamemos: Tu cruz es victoria y salvación, porque con tu sangre y tu
pasión nos has redimido, nos has salvado, y los ha hecho con el mundo entero.
ORACIÓN
Buen Jesús al dar tu vida por nosotros podemos entender que te despojaste
para llevar a buen término la voluntad del Padre, Por eso danos la luz tuya
para que podamos entender lo que significa la cruz en nuestras vidas, que podamos asumirla, acogerte y caminar
contigo deponiendo nuestra condición humana que tan difícilmente logra
despojarse y obedecer, hacer la voluntad del Padre para con nosotros, como tú
lo hiciste. Amén.
“Descubramos la cruz del Señor porque allí está su amor
redentor, allí nos amó hasta el extremo; y descubramos nuestra cruz, asociada
al misterio de Cristo y que nuestro sufrimiento no está lejos de su amor”
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