Santos
Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
“MENSAJEROS DE
DIOS”
PRIMERA
LECTURA
DANIEL
7,9-10.13-14
“Miles y miles
le servían”
Durante la
visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era
blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego;
sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles
y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se
abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las
nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó
ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas
lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Se celebra hoy
la fiesta de los tres Arcángeles que nombra la Sagrada Escritura. La palabra
Arcángel proviene de dos palabras: Arc, "el principal", y
"ángel", es decir, "principales entre los ángeles". Según
la Escritura, los Ángeles son mensajeros de Dios, "poderosos ejecutores de
sus órdenes, prontos a la voz de su palabra" (Salmo 103,20), al servicio
de su plan de salvación, "enviados para servir a los que deben heredar la
salvación" (Hebreos 1,14).
Los nombres de
los arcángeles:
San Miguel. Este
nombre significa: "¿Quién como Dios?" o también: "Nadie es como
Dios”
San Gabriel. Su
nombre significa: "Dios es mi protector". Al Arcángel San Gabriel se
le confió la misión más alta que jamás se le haya confiado a criatura alguna:
anunciar la encarnación del Hijo de Dios.
San Rafael. Su
nombre significa: "Medicina de Dios". Fue el Arcángel enviado por
Dios para quitarle la ceguera a Tobías y acompañar al hijo de éste en un larguísimo
y peligroso viaje y conseguirle una santa esposa.
SALMO
RESPONSORIAL: 137
R. / Delante de
los ángeles tañeré para ti, Señor.
Te doy gracias,
Señor, de todo corazón;
delante de los
ángeles tañeré para ti,
me postraré
hacia tu santuario. R.
Daré gracias a
tu nombre:
por tu
misericordia y tu lealtad,
porque tu
promesa supera a tu fama;
cuando te
invoqué, me escuchaste,
acreciste el
valor en mi alma. R.
Que te den
gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al escuchar el
oráculo de tu boca;
canten los
caminos del Señor,
porque la gloria
del Señor es grande. R.
OREMOS
CON EL SALMO
Este
es un canto de acción de gracias a Dios y expresión de confianza en la
protección divina. La invitación a la acción de gracias es universal. También
nos menciona como el amor y la fidelidad del Señor reconforta y protege a los humildes. El Salmo concluye con una renovada expresión de confianza en el Señor.
LECTURA
DEL EVANGELIO
JUAN
1,47-51
“Veréis a los
ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”
En aquel tiempo,
vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tenéis a un
israelita de verdad, en quien no hay engaño." Natanael le contesta:
"¿De qué me conoces?" Jesús le responde: "Antes de que Felipe te
llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi." Natanael respondió:
"Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel." Jesús le
contestó: "¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has
de ver cosas mayores." Y añadió: "Yo os aseguro: veréis el cielo
abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La
palabra ‘ángel’ significa ‘mensajero’ y establecen un contacto fluido y
permanente entre el cielo, como ámbito de la presencia de Dios, y el mundo,
como espacio específicamente humano. En la Biblia aparecen siempre en los
momentos críticos de la historia del pueblo de Dios para animar a los líderes
de Israel y para comunicarles la trascendencia de su misión.
Tienen una misión concreta de “llevar mensajes”,
“proteger”, “traer curación”. En el libro de Daniel que leemos en la primera
lectura encontramos otra forma más apocalíptica de ver a los ángeles: en
adoración y adorno a la corte celestial, sirviendo al anciano y al hijo del
hombre. Ambas manifestaciones nos descubren el deseo de Dios mismo de
encontrarse con nosotros, mostrarnos su rostro y su vida. El diálogo de Jesús
con Natanael, que se inicia con un tinte vocacional, se va transformando en una
revelación a “ver cosas grandes”: “ángeles de Dios que suben y bajan”.
Hoy
debemos preguntarnos qué personas, realidades o situaciones son portadoras de
un mensaje de Dios para nosotros. No podemos esperar que “seres alados” se nos
aparezcan de improviso para indicarnos el camino de realización de la vocación
cristiana. Debemos confiar en los seres de al lado, en todas las personas que
comparten con nosotros esta búsqueda de la voluntad de Dios.
Debemos descubrir los ángeles actuales de Dios,
mensajeros de la vida en medio de un mundo de muerte y violencia, hombres y
mujeres con esperanza que, en medio de sus pobrezas y sufrimientos, encuentran
en Jesucristo la respuesta. ¿Somos
testigos de estos ángeles y mensajeros del Reino en nuestro mundo? ¿Son capaces
nuestros ojos de ver “cosas grandes” en medio de los pequeños del mundo?
ORACIÓN
Amado Jesús,
gracias porque a través de tu Palabra permites que descubramos tu humanidad y
tu divinidad. Eres el liberador de nuestra vida, de este mundo ciego, sordo y
mudo. Solo tu Espíritu, habitando en nuestro corazón nos puede revelar la
magnitud de tu amor y ayudar a asimilar la esencia de tu ser. Gracias Señor por
invitarnos a tu Reino, por cuidarnos y ayudarnos a través de tus servidores.
Amén
"Estemos atentos(as) a ser portadores(as) de alegría, paz y armonía para los que nos rodean"
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