lunes, 1 de junio de 2020

Sábado 20 de Junio de 2020

 Inmaculado Corazón de María

“MARÍA MEDITABA EL MISTERIO DE DIOS EN SU CORAZÓN”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 61, 9-11

“Desbordo de gozo con el Señor”

La estirpe de mi pueblo será célebre entre las naciones, y sus vástagos entre los pueblos.
Los que los vean reconocerán que son la estirpe que bendijo el Señor.  Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido con un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
El texto de Isaías expresa e invita al pueblo a la alegría de la persona que es tocada por el Espíritu del Dios vivo, después de algún tiempo de haber regresado del exilio y de estar trabajando por la reconstrucción de la patria devastada, tarea que no ha sido fácil. El profeta hace un anuncio gozoso motivando al pueblo a creer que esta reconstrucción será una realidad; en la ciudad recuperada, se realizarán los anhelos de una vida próspera y feliz para todos. Entonces Jerusalén estalla en un cántico de alabanza, reconociendo que será una ciudad modelo en justicia y paz (se acabará el dolor de los que sufren, la necesidad de los hambrientos, el desamparo de los desvalidos, el desprecio de los pequeños, como lo expresa el salmo de hoy y que nos recuerda el cántico de María) y en el culto verdadero de Dios será y lo verán todos los pueblos. Pero esto no sucederá sino hasta que Dios mismo en la persona de su Hijo, a través de la virgen María entre en la historia de su pueblo y realice su obra salvadora.    


SALMO RESPONSORIAL:  1SAMUEL 2, 1. 4-8
R./Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador.

Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación. R.

Se rompen los arcos de tus valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan
la mujer estéril da a luz siete hijos
mientras la madre de muchos queda baldía. R.

El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece. R.

Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este texto es también llamado el “Cantico de Ana”. Una voz de mujer nos guía hoy en la oración de alabanza al Señor. Ana entona este himno, después de ofrecer al Señor su niño, el pequeño Samuel. Este será profeta en Israel y marcará con su acción el paso del pueblo hebreo a una nueva forma de gobierno, la monárquica, que tendrá como protagonistas al desventurado rey Saúl y al glorioso rey David. La vida de Ana era una historia de sufrimientos porque, como nos dice el relato, el Señor le había «hecho estéril» En el antiguo Israel la mujer estéril era considerada como una rama seca, una presencia muerta, entre otras cosas porque impedía al marido tener una continuidad en el recuerdo de las generaciones sucesivas. Pero Ana se mantuvo firme en la oración y puso  su confianza en el Dios de la vida.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 2,41-51

“Conservaba todo esto en su corazón”

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedo en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.  Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:  “Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.”  Él les contestó:  “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?”  Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.  Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La fiesta del Corazón de María nos recuerda un rasgo esencial de la vida cristiana: la memoria del sufrimiento. La palabra recordar significa literalmente “volver a colocar algo en el corazón”. Nuestra memoria está hecha de alegrías; también de heridas que necesitan ser comprendidas y sanadas. El evangelio nos propone hoy un texto en el que la memoria cristiana hace realidad el testimonio de sufrimiento en el corazón de María. Ella fue testigo excepcional de la vida y, sobretodo, de la muerte y resurrección de su hijo.

Hoy por hoy, el papel de la mujer dentro de la sociedad gana más relevancia. En efecto, los derechos de la mujer ganan más importancia en diferentes contextos: el trabajo, la familia, la educación, lo político, entre otros. El evangelio además de meditar acerca del papel de Jesús quien es presentado como quien prefiere asumir la voluntad del Padre a cualquier opción de vida, incluyendo la de la familia, nos invita a meditar sobre el papel de María y su actitud de guardar y meditar todas estas cosas en su corazón. Tal como Jesús, María también emprende este camino de escucha y meditación de la Palabra. Por eso, María se convierte en modelo de discípula y misionera de Jesús y también en prototipo para nuestra espiritualidad cristiana. Teniendo en cuenta esto, tomémonos un momento para orar por todas las mujeres que desde su entrega acompañan y lideran diferentes procesos comunitarios a favor de la vida poniendo en práctica la misericordia de Dios en medio del pueblo.

ORACIÓN
Señor Jesús, ayúdanos a sentir como tu preciosa Madre, serenidad, paz  y sabiduría ante las dificultades de la vida, con la conciencia que todo lo que suceda está bajo el control de Dios y que no somos quienes para juzgar, ni sobresaltarnos ante sus propósitos, a tener la certeza que todo  es bien para los Hijos de Dios.Amén.


 “Dios no solo se lleva la amargura de tu vida y coloca dulzura en su lugar, sino que la  transforma  en algo diferente”

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