martes, 1 de octubre de 2019

Sábado 19 de Octubre de 2019

  
“TODO ESTÁ EN MANOS DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
ROMANOS 4,13.16-18

“La promesa es para todos los que tienen fe”

Pues Dios prometió a Abraham y a sus descendientes que recibirían el mundo como herencia; pero esta promesa no estaba condicionada al cumplimiento de la ley, sino a la justicia que se basa en la fe. Por eso, para que la promesa hecha a Abraham conservara su valor para todos sus descendientes, fue un don gratuito, basado en la fe. Es decir, la promesa no es solamente para los que se basan en la ley, sino también para todos los que se basan en la fe, como Abraham. De esa manera, él viene a ser padre de todos nosotros, como dice la Escritura: "Te he hecho padre de muchas naciones." Este es el Dios en quien Abraham creyó, el Dios que da vida a los muertos y crea las cosas que aún no existen.
Cuando ya no había esperanza, Abraham creyó y tuvo esperanza, y así vino a ser "padre de muchas naciones", conforme a lo que Dios le había dicho: "Así será el número de tus descendientes." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
¿Qué es lo que nos hace justos ante Dios? Y ser justo ante Dios; es ser grato a Él, ser agradable a Él, ser amigo de Él, ser como Él. Y Pablo toma un ejemplo de la Escritura, de lo que se trata en el fondo es de abandonar la lógica de la carne y de la sangre, que era como el gran baluarte,  como la gran seguridad en la que se apoyaban los judíos de aquella época, abandonar esa seguridad que viene de pensar: “Yo soy hijo de Abraham”, “Yo soy del pueblo elegido”, “mi raza es especial”.
Es abandonar esa seguridad, para encontrar que nuestra única referencia, y nuestra única seguridad se halla solamente en la fe. La fe como acto con el cual me abro a confiar radicalmente, totalmente, absolutamente en Dios; porque Dios me ha dado en Jesucristo la prueba incontestable, definitiva, irreversible de su amor. En cierto sentido, este es el propósito de toda la Carta a los Romanos, que nosotros nos abramos a esa experiencia de ser amados en su totalidad, pero para ser amados en totalidad necesitamos descubrir que somos amados porque sí, porque así lo quiere Dios.

Pablo habla también de la "justificación por la fe." La fe nos abre al universo de Dios; nos permite entrar en la escala de magnitud de las obras de Dios. Nosotros entramos en el ámbito de Dios, gracias a la fe porque es a través de ella como le abrimos la puerta para que Él entre en lo más profundo de nuestros ámbitos y nos reforme y transforme como sólo él sabe, quiere y puede hacerlo.

SALMO RESPONSORIAL: 104
R./ El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R.

Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R.

Porque se acordaba de la palabra sagrada
que había dado a su siervo Abrahán,
sacó a su pueblo con alegría, 
a sus escogidos con gritos de triunfo. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es un himno de alabanza a Dios por las maravillas hechas en favor de su pueblo, recordando la historia desde los patriarcas hasta la entrada a la tierra prometida. La historia de salvación de Israel hace parte de nuestra propia historia de salvación, pero ella se completa con la nueva alianza mediada por Jesucristo y con el ofrecimiento de salvación a todos los pueblos.


LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 12,8-12

“El Espíritu Santo les enseñara!”

"Les digo que si alguien se declara a mi favor delante de los hombres, también el Hijo del hombre se declarará a favor de él delante de los ángeles de Dios; pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. "Dios perdonará incluso a aquel que diga algo contra el Hijo del hombre; pero no perdonará a aquel que con sus palabras ofenda al Espíritu Santo. "Cuando los lleven a ustedes a las sinagogas, o ante los jueces y las autoridades, no se preocupen por cómo van a defenderse o qué van a decir, porque cuando les llegue el momento de hablar, el Espíritu Santo les enseñará lo que deben decir." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

La fe es una experiencia de certeza profunda que nos hace vivir con la confianza serena de que Dios nunca nos abandona en ningún momento de la vida. Tal experiencia muchas veces puede ser puesta en contradicción por adversidades, desgracias, dudas, dolor, violencias, injusticias que hacen debilitar la fe. Sería muy fácil creer en Dios si la vida fuera fácil. Por eso necesitamos hacer crecer y madurar nuestra fe, con ayuda del Espíritu Santo que obra en nosotros, ejercitando el discernimiento personal y en comunidad, fortaleciendo las razones de nuestra opción ética fundamental a favor del bien, la verdad y la justicia, afianzando la paciencia y la compasión con las personas que nos rodean. Cuando la fe crece echa raíces en nuestra inteligencia y en nuestra voluntad y nos hace ser capaces de afrontar la vida con sencillez y valentía, alegría y gratitud, porque reconocemos en lo grande y en lo pequeño de las cosas cotidianas de cada día la tierna presencia y obra de Dios. ¿Cómo describirías tu propia experiencia de fe?

ORACIÓN
Saludándote, en este día, mi Buen Señor, reconocemos nuestra fe en ti, que nace como un signo de total confianza en el motor de vida que es tu Palabra; te pedimos hoy la fortalezcas y nos llenes de tu Espíritu Santo. Amado Señor,  haz que tu presencia, bondad ,  amor, se reflejen en nosotros, que hagamos resplandecer  con nuestra vida tu  Espíritu en la realidad que nos rodea. Amén

“El Espíritu Santo es la fuerza dinamizadora que permanece para animar, defender e iluminar a los discípulos(as) de Jesús”


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