jueves, 1 de agosto de 2019

AGOSTO 2019

“VISITANDO LA CASA DE BETANIA”

Cuentan de un maestro que llegó al salón de clase con una vasija de cristal muy grande y la llenó de piedras delante de sus alumnos. Al terminar de llenarla, pregunto a los estudiantes: “¿Creen que esta vasija está llena?”. “Si”, respondieron todos al tiempo. Entonces el maestro saco de su maletín una bolsa con un poco de piedrecitas más pequeñas y las fue dejando caer dentro de la vasija por entre los espacios que dejaban las piedras más grandes. Volvió a preguntar el maestro; “¿ahora si creen que esta vasija está llena”?”. Hubo un momento de dos respuestas encontradas. El maestro sacó entonces una bolsa con arena y fue depositando lentamente en la vasija. Poco a poco la arena fue llenando los espacios que dejaban las piedras grandes y las pequeñas. Por fin, el maestro volvió a preguntar: “¿Esta vez si está llena la vasija?”. Alguien se atrevió a decir que no. De modo que el maestro saco una botella con agua y fue regando todo el contenido hasta regar prácticamente toda la vasija.  Luego quiso agregar mucha sal y algo de anilina para que se disolviera en el agua. Y al final de la historia el maestro vuelve a preguntar a los estudiantes “¿Cuáles son las piedras más grandes de sus vidas?”. Si no las colocamos al comienzo, después no habrá espacio para ellas. Es fundamental definir prioridades y saber qué es lo que no puede dejarse por fuera de nuestros horarios, calendarios, agendas y programaciones. Si nos ocupamos de lo urgente, es muy probable que dejemos lo más importante por fuera de nuestra vida. Algo parecido a esto es lo que le sucedió a Jesús en la casa de Martha, María y Lázaro en Betania. Jesús, nos dice en el Evangelio, que siguió de camino, es decir, nos quiere resaltar que su propuesta discipular es de procesos, etapas. Y llegó a una aldea donde una mujer llamada Martha lo espero. Martha tenía una hermana llamada María la cual se sentó a los pies de Jesús para escuchar lo que él decía. Pero Martha, estaba atareada con sus muchos quehaceres, y se acercó a Jesús para decirle: “Dile a mi hermana que me dé una mano. Pero Jesús le contestó: Martha, Martha estas preocupada e inquieta por demasiadas cosas, pero solo una es necesaria. Y María ha escogido la mejor parte, y nadie se la va a quitar”. El discipulado de Jesús se vive en dos momentos complementarios: uno, el mariano, que es el tiempo de quietud para la escucha, el aprendizaje y el seguimiento (oración)  Y el segundo, el martiano, que es el momento de la respuesta, la acción y el compromiso a la misión. Jesús no patrocina la pereza de María. Tampoco desprecia el esfuerzo de Marta en el complimiento de los deberes de la casa. Pero si quiere señalar unas prioridades y distinguir entre lo importante y lo urgente. Lo que estaba haciendo María era escuchar lo que Él decía. Muchas veces nuestro activismo no nos da tiempo para sentarnos a escuchar al Maestro y para escuchar a los demás.
Varios siglos antes de Cristo, el filósofo Zenón de Elea decía “Nos han sido dadas dos orejas y una sola boca, para que escuchemos más y hablemos menos”. Recordar esta experiencia de Jesús en Betania, debería interrogarnos sobre nuestras prioridades y tendríamos que revisar si hemos colocado en su lugar las piedras más importantes, antes que las urgentes”.

“SOLAMENTE LA ORACIÓN SOSTIENE LA MISIÓN”


PROMESA BÍBLICA DEL MES
“Una sola cosa es necesaria y María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada”
Lucas 10,42




ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA
Buenos días Señor nuestro. Despertar y ver que nos has bendecido con un día más de existencia es motivo de alegría y agradecimiento a ti Dios de la vida y el amor. Gracias por la fortaleza que tu Espíritu coloca en las situaciones difíciles que se presentan en el camino. No queremos alejarnos de Ti, porque quedaríamos sin piso y como barca a la deriva. Ayúdanos por favor a ser más orantes, a relacionarnos contigo, con tu palabra. Síguenos mostrando el camino. Que, como María, tu amiga de Betania, escojamos al iniciar el día y en todo momento que podamos durante las 24 horas, escoger la mejor parte, que nos postremos a tus pies para escucharte y no nos dejemos envolver por las ocupaciones desenfrenadas del cotidiano. Instrúyenos, guíanos, para salir luego a la acción y al servicio en el momento indicado. Te amamos y te necesitamos hoy. Amén

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

En esta noche, Buen Dios, venimos ante ti, para hacer un alto antes de ir al descanso y estando a solas contigo, sentir tu presencia que tanto reconforta. Es como llegar a la casa de la amistad sincera, donde te podemos escuchar y Tú nos escuchas, es el lugar donde queremos llegar cada vez que estamos cansados del camino y encontrar tu mano amiga que mitigue nuestro cansancio. Te pedimos que así logremos hacerlo en nuestra realidad de familia, de comunidad; que sean la casa donde disfrutamos el encuentro, la mesa, el compartir la vida, como lo sentimos cuando estamos contigo Dios Padre-Madre, Hijo y Espíritu Santo. Ay Señor, este mundo necesita tanto de esto. Ayúdanos a disponernos para construir las casas de la amistad, donde se toma tiempo para escuchar al otro, se da afecto y se aprende a convivir, a compartir, a ser solidarios, a actuar conforme al ejemplo que nos diste. Amén

CUMPLEAÑOS

2. Valentina Suabita
4. Catalina Fonseca y Julio Rodríguez
5. Carmen Bejarano y Camilo Ramírez
7. Ligia Mancipe y Fanny Vásquez
8. Dominga Téllez y Luz Dary Piza
21.  Emilse Roa y Héctor Buitrago
22. Francisco Henao
25. Silvia González
28. Miriam Riveros
31. Teresa Quiñones

DIAS ESPECIALES
4. Día del Párroco
9. Día Internacional de las Poblaciones Indígenas
12. Día de Recreador
17. Día del Ingeniero
18 Día del Tendero
21. Día del Adulto Mayor


Jueves 01 de Agosto de 2019


“EL TIEMPO DE LA PACIENCIA DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
ÉXODO 40,16-21.34-38

“La nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el santuario”

En aquellos días, Moisés hizo todo ajustándose a lo que el Señor le había mandado. El día uno del mes primero del segundo año fue construido el santuario. Moisés construyó el santuario, colocó las basas, puso los tablones con sus trancas y plantó las columnas; montó la tienda sobre el santuario y puso la cubierta sobre la tienda; como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Colocó el documento de la alianza en el arca, sujetó al arca los varales y la cubrió con la placa. Después la metió en el santuario y colocó la cortina de modo que tapase el arca de la alianza; como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el santuario. Moisés no pudo entrar en la tienda del encuentro, porque la nube se había posado sobre ella, y la gloria del Señor llenaba el santuario. Cuando la nube se alzaba del santuario, los israelitas levantaban el campamento, en todas las etapas. Pero, cuando la nube no se alzaba, los israelitas esperaban hasta que se alzase. De día la nube del Señor se posaba sobre el santuario, y de noche el fuego, en todas sus etapas, a la vista de toda la casa de Israel. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Uno de los aspectos pedagógicos de nuestro acompañar a los israelitas a través del libro de Éxodo, en su peregrinar por el desierto es verlos obedecer e ir al ritmo de Dios. La nube misteriosa de la presencia divina no es un freno de incomprensión o de incapacidad para entender el plan divino: es más bien la guía maravillosa que marca un paso y que defiende el paso del pueblo de Dios.

Dios lo hace con una perspectiva esperanzadora: Dios está cercano a su pueblo, le acompaña en su camino a través del desierto. Moisés manda construir lo que aquí se llama “el santuario”, que no es todavía el Templo. Esta tienda, a veces envuelta en una nube misteriosa y otras veces por fuego, será el punto de referencia continuo de la presencia de Dios en medio de su pueblo. Contiene el “Arca”, con el documento en que constan las cláusulas de la Alianza.
Se trata de una “tienda”, un abrigo frágil y confortable, que se desmonta a cada partida y se remonta a cada nueva etapa, porque el Dios de Israel es un Dios que “hace camino” con su pueblo. Es invisible…pero tiene en cuenta el deseo de “signos” y acepta que los hombres materialicen un lugar que simbolice su Presencia.

SALMO RESPONSORIAL: 83
R. / ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!

Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío. R.

Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza;
caminan de baluarte en baluarte. R.

Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es un canto puesto en boca de los peregrinos que se   dirigen al templo de Jerusalén  y expresan la alegría del encuentro con el Señor. El Señor Jesús es el templo definitivo donde Dios se hace presente entre los seres humanos. El invita a todos los pueblos a vivir en comunidades fraternas, cimentadas en el amor de Dios, comenzando por la familia.   
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 13,47-53

“Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran”

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?" Ellos le contestaron: "Sí." Él les dijo: "Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo." Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El reino de Dios y el Dios del reino es inclusivo, no elitista, no es el Dios de una minoría selecta que practica un religión alienante. El Dios de Jesús, es universal, que recoge a gentes de diferentes culturas, razas, religiones. El Dios del reino está contra las exclusiones que hemos inventado en la historia, creyéndonos los únicos. La red del reino es abarcadora. Está por la tolerancia y el respeto, está por la bondad y hace fiesta por el pecador que regresa a casa. La red del reino recoge hasta la basura humana con la intención de incluirla en esta aventura de humanización de la historia. Lo perdido, lo extraviado forma parte del reino, también caben en esa red los mendigos de la historia que encontramos por los caminos, postrados y ciegos. Esta es una sabiduría antigua que está escondida entre los tesoros de la casa. Jesús tiene el mérito de resucitar esta espiritualidad de los orígenes. La parábola significa una fuerza que debe movilizar la iglesia hacia otro modelo más samaritano, y de puertas abiertas.

ORACIÓN
Gracias Señor porque nos has demostrado que no eres lejano a nosotros, sino que te haces tan cercano, caminas a nuestro lado como Amigo, Padre-Madre, Pastor y Guía. Ayúdanos por favor para responder a ese amor tuyo, necesitamos aprender a escucharte y a vivir de tal modo que nuestras acciones y conducta correspondan con la dignidad que nos das de ser tus discípulos(as), tus cercanos(as) y parte de tu pueblo. Amén


“Saca lo mejor de ti para colaborar en la construcción de los valores del Reino de Dios”

Viernes 02 de Agosto de 2019


“DIOS NOS OTORGA SUS DONES”

PRIMERA LECTURA
LEVÍTICO 23,1.4-11.15-16.27.34b-37

“En las festividades del Señor os reuniréis en asamblea litúrgica”

El Señor habló a Moisés: "Estas son las festividades del Señor, las asambleas litúrgicas que convocaréis a su debido tiempo. El día catorce del primer mes, al atardecer, es la Pascua del Señor. El día quince del mismo mes es la fiesta de los panes ázimos, dedicada al Señor. Comeréis panes ázimos durante siete días. El primer día, os reuniréis en asamblea litúrgica, y no haréis trabajo alguno. Los siete días ofreceréis oblaciones al Señor. Al séptimo, os volveréis a reunir en asamblea litúrgica, y no haréis trabajo alguno."

El Señor habló a Moisés: "Di a los israelitas: Cuando entréis en la tierra que yo os voy a dar, y seguéis la mies, la primera gavilla se la llevaréis al sacerdote. Éste la agitará ritualmente en presencia del Señor, para que os sea aceptada; la agitará el sacerdote el día siguiente al sábado. Pasadas siete semanas completas, a contar desde el día siguiente al sábado, día en que lleváis la gavilla para la agitación ritual, hasta el día siguiente al séptimo sábado, es decir, a los cincuenta días, haréis una nueva ofrenda al Señor. El día diez del séptimo mes es el Día de la expiación. Os reuniréis en asamblea litúrgica, haréis penitencia y ofreceréis una oblación al Señor. El día quince del séptimo mes comienza la Fiesta de las tiendas, dedicada al Señor; y dura siete días. El día primero os reuniréis en asamblea litúrgica. No haréis trabajo alguno. Los siete días ofreceréis oblaciones al Señor. Al octavo, volveréis a reuniros en asamblea litúrgica y a ofrecer una oblación al Señor. Es día de reunión religiosa solemne. No haréis trabajo alguno. Éstas son las festividades del Señor en las que os reuniréis en asamblea litúrgica, y ofreceréis al Señor oblaciones, holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según corresponde a cada día." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Recordamos seguramente que cuando Moisés se presentó ante faraón estaba encargado de decirle que los hebreos tenían que celebrar a Dios en el desierto. Como el rey egipcio no los dejó partir, finalmente el brazo poderoso del Señor arrancó a Israel de aquellas garras egipcias que tanto sabían de trabajo y tan poco de fiesta.

Porque hay que saber que hay orden de trabajar, pero también la fiesta es un mandato. El que no sabe alegrarse, el que no sabe compartir, el que no sabe agradecer, el que no sabe celebrar, ¿conocerá algo del Dios que da la vida, la libertad y la alegría?. Nadie espera, entonces, que la Iglesia enseña cómo divertirse, cómo celebrar, cómo descansar. Y la Iglesia misma, a veces, ni se lo cree; ¡pero es su deber! La verdad es que sin fiesta la vida es esclavitud, el tiempo es cadena, todo pan es sueldo y toda sonrisa una compra. Hoy esta primera lectura nos invita a tener un tiempo para parar, descansar,  alegrarnos, para celebrar y agradecer al Señor.


SALMO RESPONSORIAL: 80
R. / Aclamad a Dios, nuestra fuerza.

Acompañad, tocad los panderos,
las cítaras templadas y las arpas;
tocad la trompeta por la luna nueva,
por la luna llena, que es nuestra fiesta. R.

Porque es una ley de Israel,
un precepto del Dios de Jacob,
una norma establecida para José
al salir de Egipto. R.

"No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto." R.

OREMOS CON EL SALMO
El salmista invita al pueblo a celebrar una fiesta y a recordar las lecciones de la historia, para poder obtener las bendiciones de Dios. La fiesta cristiana también es un recuerdo de la historia de liberación y una constante invitación a ser fieles a Dios.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 13,54-58

“¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?”

En aquel tiempo, fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada: "¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?" Y aquello les resultaba escandaloso. Jesús les dijo: "Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta." Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Jesús no fue el primer profeta en ser rechazado por sus compatriotas. Jeremías experimentó el rechazo de su pueblo natal y aún de su propia familia. Los residentes del pueblo donde Jesús creció lo conocían desde niño y habían estado relacionados con su familia. No podían creer su mensaje, no era posible que la salvación viniera desde un hombre con las manos encallecidas por su trabajo. Estaban ciegos. Jesús había ido a ellos como profeta, pero los profetas demandaban una respuesta a una verdad impopular. No prestaron atención al mensaje eterno porque no podían ver más allá del hombre demasiado familiar. Seguían preguntando por el hijo del carpintero porque su desconfianza nos les daba para comprender que Jesús era el Hijo de Dios. La actitud de los nazarenos simboliza la incredulidad de Israel frente a Jesús, y la sinagoga representa su ceguera religiosa. La incredulidad ciega a las personas a la verdad y hurta sus esperanzas. Este pueblo perdió al Mesías. – Bien vale preguntarnos: ¿Cuál es la medida de nuestra fe? ¿Estamos dejando de vivir los valores del Reino por culpa de nuestra incredulidad? Fortalezcamos nuestra fe. Dios podrá obrar en nuestras vidas si abrimos las puertas de nuestro corazón.

ORACIÓN
Señor, Tú como un Padre proveedor nos concedes los frutos materiales y espirituales que  necesitamos, por eso hoy también reconocemos tus dones y queremos acogerte y valorar todo lo que haces  sobre nuestra vida, en el mundo y en todo lo creado. Con gratitud y alegría en comunidad celebramos como tus discípulos(as), amigos(as) e hijos(as), tu gran amor. Amén

“Dios infunde ánimo nuevo y renovado para caminar como discípulos(as)”


Sábado 03 de Agosto de 2019


 “LA VIDA DE LOS JUSTOS ESTÁ EN LAS MANOS DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
LEVÍTICO 25,1.8-17

“El año jubilar cada uno recobrará su propiedad”

El Señor habló a Moisés en el monte Sinaí: "Haz el cómputo de siete semanas de años, siete por siete, o sea cuarenta y nueve años. A toque de trompeta darás un bando por todo el país, el día diez del séptimo mes. El día de la expiación haréis resonar la trompeta por todo vuestro país. Santificaréis el año cincuenta y promulgaréis manumisión en el país para todos sus moradores. Celebraréis jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y retornará a su familia. El año cincuenta es para vosotros jubilar; no sembraréis ni segaréis el grano de ricio ni cortaréis las uvas de cepas bordes. Porque es jubileo; lo considerarás sagrado. Comeréis de la cosecha de vuestros campos. En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad. Cuando realices operaciones de compra y venta con alguien de tu pueblo, no lo perjudiques. Lo que compres a uno de tu pueblo se tasará según el número de años transcurridos después del jubileo. Él a su vez te lo cobrará según el número de cosechas anuales: cuantos más años falten, más alto será el precio; cuantos menos, menor será el precio. Porque él te cobra según el número de cosechas. Nadie perjudicará a uno de su pueblo. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor, vuestro Dios."  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La primera lectura, del Levítico, que leemos hoy nos hace referencia a “El año de gracia del Señor”, se refiere al año jubilar, al año de remisión de todas las deudas, en sentido universalista, para todos. Nos cuenta una legislación un poco extraña; cada cincuenta años la gente volvía a su tierra original. Cuando llegó Josué con los Israelitas, a la tierra prometida, el Señor asignó las tierras a las distintas tribus, pero luego el movimiento del comercio, las necesidades, los problemas y las vicisitudes, las estrecheces, hacían que algunas personas tuvieran que vender sus tierras e incluso que tuvieran que venderse a sí mismos como esclavos. El Señor había decretado, según escuchamos en el Libro Levítico que cada cincuenta años las cosas tenían que volver a su forma original, el que había comprado una tierra, la devolvía al que la había vendido y todos se devolvían todas las cosas, de manera que se volvía, con esa legislación, se volvía a la repartición original de las tierras. Las tierras volvían a la familia, se condonaban las deudas, los esclavos son liberados, incluso el campo, la tierra descansa durante ese año.

El jubileo tenía para los judíos, un sentido religioso, de culto a Dios, pero también de carácter social, de justicia igualitaria que contribuye a que las propiedades no se vayan acumulando en unas pocas manos y todos tengan con que vivir.
¿Conocen ustedes un modelo de organización social que cuide más la equidad o que ame más a los pobres que este texto maravilloso que leemos en esta primera lectura de hoy? ¿Hay una utopía más grande o más bella, que declarar el destino universal de la tierra, de modo que nadie considere tan suyo lo propio como para llegar a la opresión, la explotación o la injusticia con su hermano?
¿Alguien ha buscado con más ardor el bien de todos, la solidaridad, la propiedad compartida, sin lastimar a nadie, o se ha preocupado así por cuidar de todos, como lo hace Dios, hoy en su palabra de Levítico? El Reino de Dios empieza allí, donde se comparte, donde se vive la solidaridad, en el amor, cuando el corazón del hombre se abre al pensamiento de que todos somos iguales, de que las diferencias entre los seres humanos son contrarias a la voluntad de Dios. Y a partir de allí se encuentran fuerzas para luchar por un mundo justo y libre. Bendita esta maravillosa enseñanza que viene de los cielos.

SALMO RESPONSORIAL: 66
R. / Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
 hasta los confines del orbe. R.

OREMOS CON EL SALMO
En esta hermosa oración, compuesta para celebrar la recolección de las cosechas,  la comunidad agradece al Señor los frutos de la tierra.  Además, le suplica que renueve constantemente sus bendiciones, a fin de que todos los pueblos reconozcan en el Dios de Israel al único Dios.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 14,1-12

“Herodes mandó decapitar a Juan, y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús”

En aquel tiempo, oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus ayudantes: "Ése es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso los poderes actúan en él." Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta. El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: "Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista." El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre. Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El episodio del día de hoy tiene un significado desde la totalidad del evangelio de Mateo. Tras la expulsión de Jesús de Nazaret se produce otra señal del futuro: La muerte del precursor, Juan el Bautista. La denuncia que hace Juan es que juzgaba que Herodes había pecado al casarse con la mujer de su hermano, mientras éste aún vivía, cometiendo por tanto adulterio e incesto. Pero este no fue el motivo fundamental para asesinar; la causa es de origen político: La influencia del Bautista era tal en medio del pueblo que el emperador de Roma temía una rebelión. Juan era la conciencia crítica de la Antigua Alianza ante un poder político corrupto. Él era, desde el desierto, la voz de los que no tenían voz, pero, como todos los auténticos profetas, resultó ser un estorbo para la institución totalitaria. En definitiva, en el contexto del evangelio, la muerte violenta, injusta, de Juan prefigura la muerte de Jesús en la cruz. Juan el Bautista, el más grande de los profetas, es el precursor de Jesús también en el sufrimiento.

ORACIÓN
Señor, desde la antigüedad  hasta hoy en nuestra realidad, han existido sistemas injustos, donde se irrespeta la vida, prevalece el deseo de poder y riqueza, donde se pasa por encima de los derechos de los demás, como profeta Juan el Bautista habla con valentía, sabe denunciar las injusticias, el pecado y llama a la conversión. Ayúdanos hoy a seguir su ejemplo, a  desarrollar estrategias de justicia, solidaridad  y equidad tanto con las personas como con la tierra; nos ponernos en tus manos, fortalécenos y ayúdanos a obrar basados en tu amor y bajo tu guía. Amén

“Oremos porque jueces y gobernantes procedan en defensa de la vida y la dignidad de las personas”


Domingo 04 de Agosto de 2019


“COMPARTIR LOS BIENES MATERIALES PARA ALCANZAR LOS ETERNOS”

PRIMERA LECTURA
ECLESIASTÉS 1, 2; 2, 21-23

“¿Qué saca el hombre de todos los trabajos?”

¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet; vanidad de vanidades, todo es vanidad! Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porción a uno que no ha trabajado. También esto es vanidad y grave desgracia.  Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol? De día su tarea es sufrir y penar, de noche no descansa su mente. También esto es vanidad.  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Podríamos calificar de contestatario al autor del Eclesiastés, el sabio Qohélet, el cual hoy  nos desconcierta, es una voz escéptica y crítica: “¿Qué provecho saca el hombre de todos los afanes que persigue bajo el sol?” (1,3) y su respuesta: vanidad de vanidades (se puede traducir también por vaciedad, sin sentido...) todo es vanidad. ¿Cómo se nos propone a los cristianos este libro, como Palabra de Dios, con esa respuesta tan materialista, tan poco optimista...?

El autor recorre a lo largo de su libro todas las esferas del ámbito humano: trabajo, riqueza, dolor, alegría, decepciones, religión, justicia, sabiduría, ignorancia, el tiempo, la muerte... buscando respuesta a su pregunta. Hagamos lo que hagamos en nuestra vida, al final el destino es el mismo para todos los hombres: la muerte, ¿la nada? El libro del Eclesiastés, en la lectura de hoy podemos decir que tiene un sabor "existencialista," si queremos usar esa expresión. De fondo, el tema permanente es que la vida requiere renuncias, esfuerzos, padecimientos, y por ello es inevitable preguntarse, en el lenguaje que sea, si eso, si todo eso, merece la pena. La respuesta de la primera lectura es que no; la respuesta del evangelio de hoy es que se engañan los que piensan que una gran abundancia es compensación justa a un largo esfuerzo.
Nosotros, lo mismo que los hombres del siglo I o del siglo XIII, nos preguntamos a nuestra propia manera por el sentido de la vida. El joven que anda aburrido a pesar de que parece tenerlo todo y vivir en un país próspero, la madre de familia que un día se ve hastiada de su rutina y ve con pavor que la amargura se le entra en el alma, el profesor que no sabe si ha valido la pena su vida de esfuerzos y desvelos, el abuelo que se queda mirando el horizonte, esperando la visita que nunca llega... Todos ellos, en su propio modo, están preguntándose si ha valido la pena lo que han sufrido y soñado. Es una pregunta que sencillamente no podemos esquivar; para huir de ella tendríamos que huir de nosotros mismos.
No está mal que Qohélet nos recuerde el sabor de las cosas sencillas, el disfrute de las cosas ordinarias, que también son don de Dios, en esto nos conectaría muy bien con la mentalidad presentista; “Aprovecha el día a día”... No hace falta que hagamos un esfuerzo grandísimo en salir de esta realidad temporal para encontrar a Dios. Él es compañero cercano de todo lo que vivimos. Nos lo dice la fe. La vida tiene sentido porque somos personas humanas, no animalitos, y en nuestros genes llevamos escrita esa búsqueda de sentido, porque estamos hechos “a imagen y semejanza de Dios”, un Dios creador, que se mueve, que sale de sí, que inventa, que busca, que nos da nuevas esperanzas.

SALMO RESPONSORIAL: 89
R. / Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Tú reduces el hombre a polvo, diciendo:
"Retornad, hijos de Adán."
Mil años en tu presencia son un ayer,
que pasó; una vela nocturna. R.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R.

OREMOS CON EL SALMO
En los momentos de aflicción, el ser humano se da mejor cuenta de su pequeñez. No tiene nadie más en quien confiar sino en Dios. La vida presente es pasajera. Pero el amor de Dios va más allá de la muerte. La garantía de nuestra esperanza es Jesucristo, el que se entregó sin medida.     

SEGUNDA LECTURA
COLOSENSES 3, 1-5. 9-11

“Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo”

Hermanos: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria. En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría. No sigáis engañándoos unos a otros. Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo, que se va renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo. En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres, porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Pablo en su mensaje a la comunidad de Colosas, da una gran cátedra de lo que es la práctica cristiana. Quien está revestido de Cristo es un ser humano nuevo; por tanto, no puede permitir que las viejas prácticas de la injusticia, de la mentira y el egoísmo, que Pablo simboliza como cosas de la tierra, primen en su vida y especialmente en las relaciones de la comunidad. Debemos ser mujeres y hombres de cielo, es decir, revestirnos de la verdad, la misericordia, y sobre todo, del reconocimiento y respeto a la diversidad y la diferencia. Pablo lo entendió bien cuando insiste en que, por ser cristianos, pertenecemos a Cristo resucitado y nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Por eso, hemos de “buscar los bienes de arriba y   poner todo el corazón en los bienes y proyectos del cielo”. Los bienes y riquezas de la tierra son fugaces, temporales y perecederos; en cambio los bienes del cielo son firmes y permanentes. Los bienes y la tierra nos empobrecen cuando nos esclavizan; en cambio los bienes del cielo nos enriquecen liberándonos cuando nos abren a lo nuevo, que es una vida de amor, solidaridad y servicio.  

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 12, 13-21

“Lo que has acumulado, ¿de quién será?”

En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: "Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia." Él le contestó: "Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?" Y dijo a la gente: "Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes."
Y les propuso una parábola: "Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: ¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida." Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será? " Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El texto del evangelio va en la misma línea sapiencial que la 1ª lectura: el ser humano busca sin descanso la alegría y la felicidad, pero en torno a esta búsqueda planean serios peligros. Uno de ellos: poner la felicidad en la acumulación insaciable de bienes, la codicia.  A Jesús, como Maestro, se le acercan dos hermanos en litigio y le suplican que ponga orden entre ellos, que haga justicia. Jesús sabe ponerse en su sitio: él no ha venido al mundo como juez jurídico, legal. Va más allá de lo externo, va a la raíz de los problemas, que están en el corazón del ser humano.Para Él es más importante desenmascarar la codicia que nos domina, que hacer valer los derechos de cada uno. Con lo primero, se conseguirá lo segundo.
Sus palabras son magistrales: “eviten toda clase de codicia, porque aunque uno lo tenga todo, no son sus posesiones las que le dan vida”. Jesús no invita al conformismo. Lo primero es la justicia, querida por Dios, predicada por Jesús: que todos tengan pan, educación, techo... fruto de la comunión, de la solidaridad, nuevo nombre de la justicia, eso es el Reino, la Nueva Humanidad. Pero puede ocurrir que cuando tengamos lo justo, lo que nos corresponde como hijos y hermanos, ambicionemos más. Esta codicia nunca nos permitirá ya descansar. Es muy difícil ya decirse a uno mismo: “Hombre, tienes muchas cosas guardadas para muchos años, descansa, come, bebe, pásalo bien...” normalmente, no hay quien detenga ya el dinamismo de la codicia. Hay que estar alerta. ¿Hasta dónde llegar en la acumulación de bienes?

La codicia de unos pocos o de unos muchos impide el desarrollo de los pueblos. En los últimos años, las crisis han acelerado la brecha entre ricos y pobres; tenemos una humanidad  que bate sus records con  la desigualdad mayor de su historia: 85 personas tienen una riqueza equivalente al patrimonio de la mitad pobre de la humanidad.  La palabra de Jesús en el Evangelio de hoy no puede quedar reducida a una consideración de la necesidad personal individual de «no ser avaro o codicioso»... Hoy ha de ser aplicada también a la situación planetaria, a  la estructura económica mundial, de un mundo que sigue y sigue acentuando sus diferencias.  La teología de la liberación tiene muy claro que el pecado –¡y las virtudes!– pueden ser no sólo personales/individuales, sino también sociales, estructurales, es decir es que el mal, el pecado, con frecuencia, toma cuerpo, en las estructuras sociales.  La Utopía, el Mundo nuevo, ¡el Reino de Dios!, como la llamaba Jesús–, no estará realizado cuando esté en todos los corazones (personales, individuales), sino cuando tome cuerpo también en estructuras que lo hagan posible, realizable, verificable.  La respuesta cristiana es «vivir como Jesús»: vivir confiados en las manos del Padre/Madre Dios, buscando el Reino-Utopía como lo  principal. «Lo demás vendrá por añadidura». El verdadero enriquecerse es amasar una única fortuna: la del amor, el favorecimiento de la vida, el descentramiento de sí mismo en favor del centramiento en el amor, las buenas obras con los más pequeños y desfavorecidos (Mt 6,19).

ORACIÓN
Señor ayúdanos, por favor, a desprendernos y desacomodarnos de los bienes que por tu misericordia nos regalas y a entender que todo es para la misión que nos encomendaste al enviarnos a la tierra,  que es aprender a vivir un reino diferente al que ha tergiversado el ser humano,  aquel reino basado en la fraternidad, el compartir, el no egoísmo y el amistarse contigo Dios de amor, para así volver a Tí. Amén


“Que la mayor riqueza que anhelemos sea seguir al Dueño de la vida”

Lunes 05 de Agosto de 2019


“EL SEÑOR ESCUCHA NUESTRAS ANGUSTIAS”

PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 11,4B-15

“Yo solo no puedo cargar con este pueblo”

En aquellos días, los israelitas dijeron: "¡Quién pudiera comer carne! Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, y de los pepinos y melones y puerros y cebollas y ajos. Pero ahora se nos quita el apetito de no ver más que maná." El maná se parecía a semilla de coriandro con color de bedelio; el pueblo se dispersaba a recogerlo, lo molían en el molino o lo machacaban con el almirez, lo cocían en la olla y hacían con ello hogazas que sabían a pan de aceite. Por la noche caía el rocío en el campamento y, encima de él, el maná.

Moisés oyó cómo el pueblo, familia por familia, lloraba, cada uno a la entrada de su tienda, provocando la ira del Señor; y disgustado, dijo al Señor: "¿Por qué tratas mal a tu siervo y no le concedes tu favor, sino que le haces cargar con todo este pueblo? ¿He concebido yo a todo este pueblo o lo he dado a luz, para que me digas: "Coge en brazos a este pueblo, como una nodriza a la criatura, y llévalo a la tierra que prometí a sus padres"? ¿De dónde sacaré pan para repartirlo a todo el pueblo? Vienen a mí llorando: "Danos de comer carne". Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues supera mis fuerzas. Si me vas a tratar así, más vale que me hagas morir; concédeme este favor, y no tendré que pasar tales penas." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Leeremos durante cuatro días algunos pasajes del libro de Números, que debe su nombre a que empieza con los censos de las tribus. Allí se continúa la historia de la peregrinación del pueblo de Israel por el desierto desde el Sinaí hasta Moab, a las puertas de la tierra prometida: los cuarenta años de odisea desde Egipto a Canaán. El desierto fue una dura prueba para el pueblo de Israel. Aunque continúan experimentando la cercanía de Dios, que los alimenta con el maná, empiezan a quejarse con Moisés, aburridos de este alimento. Añoran la vida que llevaban en Egipto, a pesar de ser esclavos. La impaciencia del pueblo, que olvida todo lo que Dios y Moisés ha hecho por el, se va contra él… Y Moisés también se desanima y, tentado de echarlo todo a rodar, se refugia en la oración, una oración muy humana y sentida.

Moisés aparece en un momento realmente de exasperación, Moisés que es un líder en todo sentido, un hombre profundamente espiritual, con tiempos de oración y ayuno en el Monte Sinaí, un hombre de santidad, y sin embargo, lo encontramos quejándose, gimiendo… pero aún así, sigue adelante, sigue con la tarea, ora, y de la oración saca nuevas fuerzas, habla con Dios, y de la Palabra de Dios saca nueva luz y sigue conduciendo al pueblo. Es un hombre, es un hombre frágil como nosotros, se cansa como nosotros, pero también nos está indicando a todos en dónde está la fuente viva y en dónde podemos renovar nuestra esperanza, de donde saldrán las ganas de seguir adelante, de dónde se puede arrebatar la victoria. La perseverancia en la fe de Moisés va más allá del cansancio.
Nosotros al igual también tenemos nuestros momentos de crisis y desánimo; vemos muy poco fruto en el trabajo que estamos realizando, la rutina, la vida de cada día nos produce cansancio, nuestras cargas se hacen más pesadas, nuestras tareas y metas se ven cada vez más lejanas, más difíciles e imposibles. ¿Pero en aquellos momentos de crisis que tipo de oración brota de nuestro corazón? ¿Pasamos tiempo con Él y le buscamos de todo corazón?. En aquellas circunstancias el Señor nos invita a renovar nuestras fuerzas, a buscarle de todo corazón como lo hizo Moisés, a beber de su fuente, a cobrar nuevos ánimos y seguir adelante.

SALMO RESPONSORIAL: 80
R. /Aclamad a Dios, nuestra fuerza.

Mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos. R.

¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
en un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios. R.

Los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre. R.

OREMOS CON EL SALMO
El salmista invita al pueblo a volverse a Dios, a volver al camino, a recordar las lecciones de la historia, a  recordar la liberación de la esclavitud, a escuchar la voz de Dios,  a ser fieles a Él, para poder obtener bendición.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 14,13-21

“Alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición y dio los panes a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente”

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: "Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer." Jesús les replicó: "No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer." Ellos le replicaron: "Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces." Les dijo: "Traédmelos." Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Jesús se aleja de los centros urbanos al enterarse de la atroz muerte de Juan Bautista, pero las multitudes le siguen. Jesús sana a los enfermos que se suman a la multitud. Así da cumplimiento a un propósito que ha asumido y que ha compartido con la comunidad que camina en pos de él (Mt 9,36). Propósito que ha comenzado con la comunicación de la palabra, la misión compartida, la lucha solidaria contra el mal y asumir la responsabilidad pastoral. En este episodio la comunidad (Jesús y discípulos más cercanos) amplía sus límites en el momento en que el mismo Jesús comienza a compartir su propio alimento, de modo que se solidarizan con el pueblo de Israel, que busca el camino del Señor con sincero corazón. El alimento compartido es escaso, sin embargo la bendición que se imparte al comenzar la cena y la generosidad al repartirlo y compartirlo hace que sea abundante.
Jesús con su signos del reino nos traza el camino para repartir los panes y los peces, la comida, las medicinas, los conocimientos, la vida. El secreto está en el repartir no en el acumular. en sentir lástima, compadecerse, curar dolencias, ponerse en grupos, dirigir una plegaria al que nos regaló la vida, el pan y todo lo que necesitamos para vivir, y recoger lo sobrante, no para guardarlo en una multinacional especuladora sino en 12 canastos, símbolo de un pueblo organizado.
La precariedad de recursos no es un obstáculo ni para seguir a Jesús ni para hacer realidad su propuesta. Los doce canastos llenos de sobras simbolizan la eficacia de esa acción profética de Jesús, que convierte la escasez en abundancia, es una ocasión para la solidaridad y que siempre habrá una ocasión para compartir.

ORACIÓN
Gracias Señor porque te compadeces y nos ayudas con nuestros problemas,  nuestras frustraciones, dolores enfermedades y necesidades. Sentimos tu presencia que consuela, reprende cuando es necesario y sobre todo nos indica el camino de la paz en medio de la tormenta. Señor queremos seguir tu ejemplo, queremos ser sensibles a tu Espíritu, a las necesidades de los demás, que aún en medio de nuestra necesidad, seamos solidarios y capaces de dar de lo que tenemos, que nuestro sentido no sea  acumular sino compartir y repartir. Amén


“Jesús nos tiende su mano para colocarnos de nuevo en la barca de la comunidad”

Martes 06 de Agosto de 2019

Transfiguración del Señor

“CONTEMPLAR LA BELLEZA DE DIOS NOS ANIMA Y TRANSFORMA”

PRIMERA LECTURA
DANIEL 7,9-10.13-14

“Su vestido era blanco como nieve”

Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La primera lectura del libro de Daniel nos recuerda que Israel como el mundo de aquel tiempo y lugar se encontraba en un proceso de helenización. La fuerza de la cultura griega invadía todo y se extendía con rapidez. Toda una nueva forma de entender la vida. Esto trajo una crisis profunda en todos los que se encontraban con su cultura y su fe. Con la llegada de Antíoco IV Epífanes, lo que en un primer momento no era más que una mayor promoción de la cultura griega, va a dar paso a una persecución abierta de los judíos que siguen fieles a su fe. A la irracionalidad de la intolerancia se suma la irracionalidad de la violencia. La «cultura superior» lleva consigo la prepotencia y termina por masacrar a personas sencillas, inocentes, que lo único que pretenden es vivir en paz ¿quiénes son los bárbaros?. En este clima surge el libro de Daniel invitando a resistir, retomando acontecimientos del pasado anima a resistir también ahora.
En la segunda parte del libro de Daniel se cambia de género literario a un sentido simbólico y apocalíptico, este capítulo del texto de hoy, hace de bisagra entre las dos partes del libro. Los símbolos que utiliza el profeta Daniel, intentaban presentar las grandes opciones de Dios para el presente mediante símbolos litúrgicos, cósmicos y sobrenaturales. El blanco representa la máxima santidad, la presencia divina. Los tronos simbolizan la capacidad para gobernar la historia. El hijo del hombre, aquel ser humano capaz de hacer realidad la voluntad de Dios.

SALMO RESPONSORIAL: 96
R. / El Señor reina, altísimo sobre la tierra

El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono. R.

Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria. R.

Porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es un himno de alabanza a la realeza de Dios, quien manifiesta su grandeza en los fenómenos naturales y en los juicios de la historia. Se anuncia la venida de la luz para los justos. Es la luz anunciada es Cristo, que al venir a este mundo ilumina a toda la humanidad.
SEGUNDA LECTURA
2PEDRO 1,16-19

“Esta voz del cielo la oímos nosotros”

Queridos hermanos: Cuando os dimos a conocer el poder y la última venida de nuestro Señor Jesucristo, no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza. Él recibió de Dios Padre honra y gloria, cuando la Sublime Gloria le trajo aquella voz: "Éste es mi Hijo amado, mi predilecto." Esta voz, traída del cielo, la oímos nosotros, estando con él en la montaña sagrada. Esto nos confirma la palabra de los profetas, y hacéis muy bien en prestarle atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día, y el lucero nazca en vuestros corazones. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La segunda lectura, la segunda carta de Pedro es una de las pocas lecturas litúrgicas pertenecientes al último escrito, cronológicamente hablando, del Nuevo Testamento. Este texto trata de alentar a los cristianos de las generaciones siguientes a la primera generación a la permanencia y fidelidad, poniéndolos en guardia frente a posibles desviaciones y persecuciones. La certeza de la victoria total de Cristo se basa, entre otras cosas, en la Transfiguración, una especie de adelanto teológico de lo que Cristo es y representa para todos. El texto se contrapone a mitos y leyendas poco de fiar. Y no es que la transfiguración haya de considerase, un hecho histórico. Se trata, mejor, de una aceptación y muestra de lo que el Señor Jesús, el Hijo de Dios, es y significa para todos los cristianos, que ha de volver a culminar su obra comenzada. Es importante esta mención de Jesucristo como fundamento de la vida presente del cristiano, de su fe, de su realidad histórica en conjunto y, a la vez, la tensión hacia el futuro, hacia la realización completa.

LECTURA DE EVANGELIO
LUCAS 9,28b-36
En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: -«Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: -«Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.» Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto. Palabra del Señor
REFLEXIÓN
La transfiguración del Señor es un momento especial en el que Jesús, desea que sus seguidores se rehagan ante el desgaste y la desilusión, que recobren fuerza y coraje para seguir adelante ante el camino doloroso de la cruz. Al permitir que estos tres apóstoles fueran testigos oculares de su gloria, Jesús ha querido permitirnos divisar borrosamente aquello que ningún ojo vio, ni oído escuchó, aquello que seremos los que escuchamos al Hijo querido del Padre. Ante la gloria de Dios el hombre se siente pobre y vacío, reconoce que nada es, sin embargo la respuesta de Dios ante la miseria humana ha sido asumirla en su Hijo amado y de esta forma revestirnos de su propia gloria. De esta forma, el hombre creado a imagen y semejanza de Dios se convierte en la gloria de Dios aquí en la tierra. Somos invitados a “transfigurar” nuestras realidades cotidianas. No nos desanimemos pues es cierto que no podremos cambiar el mundo pero sí tus espacios comunitarios y personales.   

ORACIÓN
Amado Señor que bien se está en tu presencia. Ayúdanos por favor a escucharte más y a reconocerte como la luz que ilumina nuestro paso por esta  tierra.  Que no nos cansemos de buscarte en la Palabra y  oración diaria para poder salir a la acción, maravillados por tu orientación  y comunicación con nosotros. Amén


“Como reflejo de Jesucristo, seamos resplandor de  bondad y misericordia en nuestra vida diaria”