lunes, 18 de marzo de 2019

Viernes 22 de Marzo de 2019


“RECHAZAR LA “PIEDRA ESCENCIAL” ES DE CORAZONES CIEGOS”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 37,3-28

“Ahí viene el de los sueños, vamos a matarlo”

José era el preferido de Israel, porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo. Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo a José: "Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos."
José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos. Antes de que se acercara, maquinaron su muerte. Se decían unos a otros: "Ahí viene el de los sueños. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en qué paran sus sueños." Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo: "No le quitemos la vida." Y añadió: "No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongáis las manos en él." Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre. Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica con mangas, lo cogieron y lo echaron en un pozo vacío, sin agua. Y se sentaron a comer. Levantando la vista, vieron una caravana de ismaelitas que transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a Egipto. Judá propuso a sus hermanos: "¿Qué sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pondremos nuestras manos en él, que al fin es hermano nuestro y carne nuestra." Los hermanos aceptaron. Al pasar unos comerciantes madianitas, tiraron de su hermano, lo sacaron del pozo y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas. Éstos se llevaron a José a Egipto. Palabra de Dios.


REFLEXIÓN
José, vendido por sus hermanos, un hijo del propietario muerto para conseguir la herencia como veremos en el evangelio; Jesús, crucificado por su pueblo. En verdad las lecturas de hoy tienen el sello, la característica del viernes. Cada uno de los viernes de Cuaresma va anunciando ese viernes definitivo en el que Jesús muere en la Cruz. Lo que quiere la liturgia de la Iglesia es que al escuchar estas lecturas, nuestro corazón se vaya preparando para escuchar la terrible iniquidad de la Cruz y el terrible amor de la Cruz.
Prepararse para el Viernes Santo es preparar el corazón para las dimensiones de la miseria humana y para las dimensiones de la misericordia divina. Prepararse para el Viernes Santo es comprender la terrible injusticia de los hombres y la hermosa Providencia de Dios.Sabemos el desenlace del relato de José, aunque en estos capítulos veamos cómo se amontonan las injusticias sobre su cabeza, luego descubriremos que había un plan de Dios. Será precisamente José el que salve a sus hermanos. Traicionado por ellos, por ellos ofendido y vendido, sin embargo su historia maltratada está en la historia de salvación que Dios escribe. En pocas veces en la Biblia queda tan claro que Dios escribe derecho en renglones torcidos. Hay que saber que están torcidos y retorcidos los renglones del corazón humano, pero hay que saber que están derechos y justos y bellos los escritos de Dios.Hay que saber que nuestros propios renglones, las torceduras, los traumas, las heridas, los pecados de nuestra vida, están retorcidos, pero hay que aprender a creer que en esos caminos tortuosos, Dios escribirá también en nuestra vida, escribirá con letra hermosa y con palabras derechas y bellas su gran amor por nosotros.
SALMO RESPONSORIAL: 104

Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre,
a José, vendido como esclavo. R.

Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la argolla,
hasta que se cumplió su predicción,
y la palabra del Señor lo acreditó. R.

El rey lo mandó desatar,
el señor de pueblos le abrió la prisión,
lo nombró administrador de su casa,
señor de todas sus posesiones. R.

OREMOS CON EL SALMO
Himno litúrgico de alabanza a Dios por las maravillas hechas en favor de su pueblo, recordando la historia desde los patriarcas hasta la entrada a la tierra prometida. La Historia de salvación de Israel hace parte de nuestra propia historia de salvación, pero ella se completa con la nueva alianza mediada por Jesucristo y con el ofrecimiento de salvación a todos los pueblos.    

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 21,33-43.45-46

“Éste es el heredero: venid, lo mataremos”

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?"

Le contestaron: "Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos." Y Jesús les dice: "¿No habéis leído nunca en la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular?¿Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos." Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos. Y, aunque buscaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
De manera abierta y decisiva Jesús les dice a los jefes del pueblo que “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular”. Declara Jesús de este modo, cuál es su origen de quien procede su autoridad. La piedra desechada, el Crucificado, se convierte en piedra angular, en el Resucitado. Aquí está la lógica y la clave desde donde hemos de leer este pasaje evangélico de hoy. En la muerte del Hijo quedan claros dos proyectos que están en lucha permanente: nuestro egoísmo, marcado por la perversidad y por el acaparamiento, y la bondad de Dios, marcada por su amor humanizador e ilimitado. El relato nos presenta cómo se entrelaza nuestra infidelidad con la fidelidad de Dios, y nuestro rechazo mezquino con su encarnación cargada de bondad y generosidad. – En este tiempo de Cuaresma, pensemos seriamente cómo estamos viviendo el seguimiento de Jesús y cómo continuamos su obra. Hemos de reconocer y acoger a Jesús, de manera personal y comunitaria, como la verdadera y definitiva manifestación de Dios en la historia. Pero esta aceptación ha de tocar todas las esferas de nuestra vida: la razón, el corazón, los sentidos, los sentimientos y actitudes, todo nuestro existir.

ORACIÓN
Amado Dios que en este tiempo de reflexión, tu Espíritu nos ayude a ver si en nosotros(as) hay aquellos sentimientos y actitudes de envidia, resentimiento por alguien, traición, y todo aquello propio del desamor que como humanos podemos sentir y hacer. Que el camino recorrido en esta cuaresma nos lleve a cambiar nuestras actitudes, por actos de misericordia, solidaridad, perdón y amor, a tomar decisiones en ti y a transformar nuestra vida. Amén

“Jesús desenmascara a los que manipulan con su envestidura la vida del pueblo”


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