“CONDICIONES PARA SEGUIR EL
CAMINO DE DIOS”
PRIMERA
LECTURA
DEUTERONOMIO
30,15-20
“Hoy
te pongo delante bendición y maldición”
Moisés habló al
pueblo, diciendo: "Mira: hoy te pongo delante la vida y el bien, la muerte
y el mal. Si obedeces los mandatos del Señor, tu Dios, que yo te promulgo hoy,
amando al Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, guardando sus preceptos,
mandatos y decretos, vivirás y crecerás; el Señor, tu Dios, te bendecirá en la
tierra donde vas a entrar para conquistarla. Pero, si tu corazón se aparta y no
obedeces, si te dejas arrastrar y te prosternas dando culto a dioses
extranjeros, yo te anuncio hoy que morirás sin remedio, que, después de pasar
el Jordán y de entrar en la tierra para tomarla en posesión, no vivirás muchos
años en ella. Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra; te
pongo delante vida y muerte, bendición y maldición. Elige la vida, y viviréis
tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, pegándote a
él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que había prometido dar a
tus padres Abrahán, Isaac y Jacob." Palabra de Dios.
REFLEXION
El Deuteronomio
fue escrito hacia la segunda mitad del siglo VII a.C, constituye la predicación
de un grupo de creyentes que se habían asignado la tarea de profundizar las
tradiciones de la Alianza. Nos recuerda vigorosamente las condiciones de la
alianza divina. Si Yahvé hizo salir a su pueblo de Egipto y le dio la tierra
prometida, le exige a cambio, una preferencia absoluta. Ante Israel se abren
dos caminos: el de la idolatría que conduce a la muerte y el de la fidelidad
que lleva a la dicha y a la posesión tranquila de la tierra dada por Dios. Dios
respeta profundamente la libertad humana, propone la vida y la felicidad… pero
el ser humano puede escoger la muerte y la desgracia. Queda claro que lo que
Dios desea para nosotros es la felicidad, la bendición, la vida.
SALMO
RESPONSORIAL: 1
R.
/ Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso
el hombre
que
no sigue el consejo de los impíos,
ni
entra por la senda de los pecadores,
ni
se sienta en la reunión de los cínicos;
sino
que su gozo es la ley del Señor,
y
medita su ley día y noche. R.
Será
como un árbol
plantado
al borde de la acequia:
da
fruto en su sazón
y
no se marchitan sus hojas;
y
cuanto emprende tiene buen fin. R.
No
así los impíos, no así;
serán
paja que arrebata el viento.
Porque
el Señor protege el camino de los justos,
pero
el camino de los impíos acaba mal. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este
salmo, proclama la dicha de seguir fielmente la voluntad de Dios, manifestada
para el israelita en la ley. Se contrapone a la suerte que tendrán los que
siguen el camino opuesto. Jesús también proclama dichosos a los que escuchan la
Palabra de Dios y la cumplen. Seguir “el buen camino” es seguir a Jesús,
camino, verdad y vida.
LECTURA
DEL EVANGELIO
LUCAS
9,22-25
“El
que pierda su vida por mi causa la salvará”
En aquel tiempo,
dijo Jesús a sus discípulos: "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho,
ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y
resucitar al tercer día." Y, dirigiéndose a todos, dijo: "El que
quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se
venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda
su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero
si se pierde o se perjudica a sí mismo?" Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La palabra del
Señor está ahí, y está para nuestra salvación: "el que quiera venir en pos
de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me
siga".
La primera
lectura nos invita a elegir y el evangelio de hoy también. El Deuteronomio nos
pide elegir la vida; el Evangelio, elegir la Cruz. Sin embargo, es una misma
elección, pues Jesús advierte: "el que quiera salvar su vida, la perderá;
pero el que pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve a uno
ganar todo el mundo, si se pierde o se arruina a sí mismo?" (Lc 9,25).
Elegir la vida es elegir a Cristo, y elegir a Cristo es elegir al
Crucificado.¿Cuál es mi cruz? Sólo puedo conocerlo y decirlo en relación con la
Cruz de Cristo. En esa Cruz habrá dolor y amor; sufrimiento y paz; es el límite
de las fuerzas humanas y los extremos de la espiritualidad; se encuentra
tragedia y providencia, abandono total y solidaridad sin límites; muerte que
acecha y vida que asoma. Estas son las señales de la Cruz del Señor y las
propias señales de nuestra cruz.
El quiere que
abracemos su misma cruz. La que nos viene cuando empezamos a trabajar para
bajar de la cruz a los crucificados por opresión e injusticia. Por eso, el
anuncio de la pasión va acompañado de una propuesta de vida, realizada en el
seguimiento de Jesús, que no termina en la muerte, sino en la resurrección. Una
propuesta que nos invita a evitar el facilismo, el poder,la ley del menor
esfuerzo, el conformarnos y no hacer nada por la injusticia.Quien no comprenda
al Mesías crucificado no comprende la misión de Jesús. ¡Pero, cuánto nos cuesta
aceptar la cruz como fuerza de vida!
ORACIÓN
Dios
de bondad, Tú que siempre nos miras con amor, haznos como Tú quieres, convierte
nuestro corazón a tu proyecto, que aprendamos a tomar nuestra cruz, no nos
dejes caer en la tentación de acomodarnos y volver la vida espiritual algo
vacío y exterior, que tomemos radicalmente tu propuesta de vida y amor.
Amén
“La Cruz, consecuencia del
compromiso asumido por Jesús de revelar la Buena Nueva”
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