“RECIBIR
EL REINO COMO NIÑOS”
PRIMERA LECTURA
ECLESIÁSTICO 17,
1-13
“Dios hizo el hombre a su imagen”
El Señor formó al hombre de tierra y
le hizo volver de nuevo a ella; le concedió un plazo de días contados y le dio
dominio sobre la tierra; lo revistió de un poder como el suyo y lo hizo a su
propia imagen; impuso su temor a todo viviente, para que dominara a bestias y
aves. Les formó boca y lengua y ojos y oídos y mente para entender; los colmó
de inteligencia y sabiduría y les enseñó el bien y el mal; les mostró sus
maravillas, para que se fijaran en ellas, para que alaben el santo nombre y
cuenten sus grandes hazañas. Les concedió inteligencia y en herencia una ley
que da vida; hizo con ellos alianza eterna, enseñándoles sus mandamientos. Sus
ojos vieron la grandeza de su gloria, y sus oídos oyeron la majestad de su voz.
Les ordenó abstenerse de toda idolatría y les dio preceptos acerca del prójimo.
Sus caminos están siempre en su presencia, no se ocultan a sus ojos. Palabra de Dios
REFLEXIÓN
Es maravilloso encontrar en los libros sapienciales de la
Biblia ese vínculo que une la revelación de Dios en la obra de la creación y su
revelación en la historia de nuestra salvación. Es así que observamos cómo en
el pasaje de la primera lectura de hoy se mencionan las obras propias de la
creación, que son como un "primer libro" de la revelación divina, y
después, en secuencia natural, las palabras de la Ley, que vienen siendo como
un "segundo libro" de su revelación a nosotros, que atraviesa los
siglos y que tendrá su culminación en Jesucristo: Donde se inicia y se desarrolla nuestra redención. Por la creación
tenemos inteligencia; por redención tenemos la gracia de oir su Palabra. Por la
creación tenemos el oído; por redención, tenemos qué escuchar. Por creación tenemos
ojos; por redención la maravillosa posibilidad de contemplar un día el rostro
de nuestro Hacedor y Redentor.
SALMO
RESPONSORIAL 102
R./La misericordia del Señor dura
siempre, para los que cumplen sus mandatos.
Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por sus fieles;
porque él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos de barro. R.
Los días del hombre duran lo que la hierba,
florecen como flor del campo,
que el viento la roza, y ya no existe,
su terreno no volverá a verla. R.
Pero la misericordia del Señor dura siempre,
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza. R.
OREMOS
CON EL SALMO
Este
es un canto de alabanza a Dios por la bondad que ha tenido con el pueblo y con
el salmista en particular. En medio de la fragilidad del ser humano se revela
la grandeza del amor de Dios. Al asumir Jesucristo nuestra propia fragilidad,
nos permite participar con Él de la misma herencia y nos revela la inmensidad
del amor de Dios.
LECTURA DEL
EVANGELIO
MARCOS 10, 13-16
“El que
no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él”
En aquel tiempo, le acercaban a
Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo,
Jesús se enfadó y les dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí: no se
lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el
que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él." Y los
abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos. Palabra del Señor
REFLEXIÓN
El
Reino de Dios es para los pequeños y sencillos. En esta clave se debe entender
el relato, en el cual la gente llevaba a los niños para que Jesús los tocase.
Sin embargo, Jesús se enoja con sus discípulos al ver cómo éstos reprendían y
rechazaban a los niños. De esta manera, los niños son colocados en el centro
del relato, pues de ellos es el Reino de Dios, que llega a través de Jesús y su
actitud frente a los más débiles y despreciados. Esos niños son precisamente el
símbolo de la exclusión y la marginalidad en la época de Jesús. Con el Reino se
aceptan a las personas sin considerar su raza, su religión, su sexo o estatus social. El
Reino abre nuevos horizontes para las relaciones humanas, un Reino que invita a
abrir las puertas del corazón a los otros sin condiciones ni fronteras. Como
cristianos, ¿hacemos posible el evangelio siendo signo de vida para los más
débiles y marginados de nuestra
sociedad?
ORACIÓN
Señor te pedimos podamos vivir en
amistad y gratitud contigo, de una manera intensa, hermosa y fecunda cada día,
que no desperdiciemos ni uno solo instante de nuestra vida; que nuestra misión
siempre se enfoque sobre los pobres, los marginados y excluidos, que siempre
tengamos un corazón lleno de misericordia para todos, pero especialmente para
con los más débiles. Amén.
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