viernes, 1 de febrero de 2019

Viernes 01 de Febrero de 2019


“CON CONFIANZA Y PACIENCIA SE ALCANZAN LAS PROMESAS DE DIOS”


PRIMERA LECTURA
HEBREOS 10,32-39

“Soportásteis  múltiples combates. No renunciéis, pues, a vuestra valentía”

Hermanos: Recordad aquellos días primeros, cuando, recién iluminados, soportasteis múltiples combates y sufrimientos: ya sea cuando os exponían públicamente a insultos y tormentos, ya cuando os hacíais solidarios de los que así eran tratados. Pues compartisteis el sufrimiento de los encarcelados, aceptasteis con alegría que os confiscaran los bienes, sabiendo que teníais bienes mejores, y permanentes. No renunciéis, pues, a vuestra valentía, que tendrá una gran recompensa. Os falta constancia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa. Un poquito de tiempo todavía, y el que viene llegará sin retraso; mi justo vivirá de fe, pero, si se arredra, le retiraré mi favor. Pero nosotros no somos gente que se arredra para su perdición, sino hombres de fe para salvar el alma. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Es hermoso el apelativo que nos regala hoy la Carta a los Hebreos: "hombres de fe, para salvar el  alma”. Si hubiera que resumir la Carta a los Hebreos en una sola palabra, bien podría ser una exhortación, un grito: "¡Persevera!". Es una recomendación que no sale de la nada sino de la realidad humana que todos llevamos dentro y que nos inunda por fuera. Nuestra condición temporal nos hace inevitablemente propensos al cansancio, la duda, la mediocridad, la deserción. Y puesto que el problema es una especie de "lucha contra el tiempo", es maravilloso ver la manera como el autor de este magnífico documento danza con el tiempo. Es su modo de apelar al pasado y al futuro, con tino y con gracia, para mover nuestra atención desde el agobio del "hoy" hacia las tonadas profundas y los cantos de fiesta que nos saludan desde el pasado y desde el futuro.

Hace cantar al pasado recordándoles cómo fueron: " Recuerden aquellos primeros días en que, recién iluminados por el bautismo, soportaron duros y dolorosos combates. Unas veces fueron expuestos públicamente a insultos y tormentos; otras, compartiendo los sufrimientos de los hermanos que eran maltratados.” Les hace oír los preludios del futuro con estas palabras: " no pierdan la confianza, pues la recompensa es grande. Lo que ahora necesitan es la perseverancia, para cumplir la voluntad de Dios alcanzar lo prometido. Atiendan a lo que dice la Escritura: Pronto, muy pronto, el que ha de venir vendrá sin retraso; y mi justo vivirá por la fe, pero si desconfía, dejará de agradarme. Pero nosotros no somos de los que retroceden para su perdición, sino hombres de fe destinados a salvarnos."

SALMO RESPONSORIAL: 36
R./ El Señor es quien salva a los justos.

Confía en el Señor y haz el bien,
habita tu tierra y practica la lealtad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R.

Encomienda tu camino al Señor,
confía en él, y él actuará:
hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho como el mediodía. R.

El Señor asegura los pasos del hombre,
se complace en sus caminos;
si tropieza, no caerá,
porque el Señor lo tiene de la mano. R.

El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva
porque se acogen a él. R.

OREMOS CON EL SALMO
La prosperidad que encuentran muchas veces los malos puede ser una tentación para los fieles. El salmista, en la perspectiva antigua de una justicia de Dios realizad aquí en la tierra, asegura que esa prosperidad es solo aparente y pasajera. El justo debe confiar en el Señor y seguir haciendo el bien.


LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 4,26-34

“Echa simiente, duerme, y la semilla va creciendo sin que él sepa cómo”

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega."

Dijo también: "¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas." Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Jesús acude de nuevo a la experiencia rural de sus oyentes. Aquí la expresión “Reino de Dios” aparece explícitamente. La acción misteriosa de la naturaleza sobre la semilla es aprovechada por Jesús para indicar que el crecimiento del Reino de Dios no depende meramente de la intención humana, sino también de la intervención misteriosa y silenciosa de Dios. Esta manera de ver la intervención de Dios en la historia contrasta con dos mentalidades: la de quienes creen que la acción de Dios en la historia depende exclusivamente de la iniciativa humana (mérito) y la de quienes creen que Dios actúa sin la intervención del ser humano (providencialismo). Fijémonos que el evangelistas tiene cuidado al indicar que el campesino es quien siembra la semilla y está pendiente de ella día y noche, aunque no sepa cómo crece. Así es el Reino. A nosotros nos corresponde contribuir a la siembra y estar pendientes de su crecimiento cada día; pero es a Dios a quien corresponde hacerlo crecer por todas partes. Por eso el Reino de Dios es don y tarea. – ¿Somos conscientes de nuestra responsabilidad en la tarea del Reino? ¿Confiamos en la acción salvadora de Dios en nuestra vida?

ORACIÓN

Señor ayúdanos para que las contrariedades cotidianas nos fortalezcan y animen a confiar más en Ti, teniendo siempre presente que has prometido estar con nosotros(as) y llevar a  feliz término la obra de tu Reino en nuestras vidas. Amén

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