“CUIDADO
CON ALGUNOS ENEMIGOS DE LA BENDICIÓN”
Es bueno comenzando este nuevo
año, tomar conciencia sobre algunos enemigos que vienen desde afuera y se
quieren instalar dentro de nosotros y que su objetivo es quitarnos la paz, arrebatarnos
los sueños, las ilusiones, la felicidad y robarnos la bendición. Cada vez se
habla más de la relación entre el cuerpo y alma (Psiquis), miremos como más
corriente de lo que creemos los pensamientos y las emociones afectan el
desarrollo y la armonía del cuerpo. El filósofo Aristóteles afirmó: “Las
pasiones influyen de una manera muy fuerte sobre el cuerpo, al igual que las
fatigas cargas y tristezas”. Nuestro
cuerpo es como la playa, sobre la arena van quedando las huellas de todo
aquello que nos sucede en el alma: El oleaje, las mareas altas y bajas, los
pasos de cada persona, que quedan registrados dejando una huella muy profunda
en nuestra vida.
Muchos estudios
neuropsiquiátricos aseguran que “Todas nuestras emociones afectan
necesariamente el cuerpo, las actitudes negativas crónicas pueden afectar la
salud, la felicidad y el bienestar” (lo dice Boris Cyrulnik, prestigioso
neurólogo y psiquiatra francés). Por ello es mejor estar alerta sobre algunos tipos
de pensamientos, sentimientos y palabras negativas que pueden hacer
mucho daño y nos roban la bendición:
1.
CONSTANTE
LENGUAJE AUTODESTRUCTIVO: “Frases y pensamientos como: no soy nada, no valgo
nada, nunca lo voy poder, toda la vida me va mal”. Son frases con una
negatividad que muchas veces tienen un poder tan grande que paralizan, van más
allá de lo que en realidad si somos capaces de lograr. Cuidado con ese lenguaje
de maldición que atrae y genera maldición.
2.
PIENSA
MAL Y ACERTARÁS: Somos muy mal pensados de nosotros mismos y de los demás. Eso parece ser como la medida de todas las
cosas. Antes de conocer a alguien ya estamos pensando mal. Antes de iniciar un
proyecto ya lo estamos maldiciendo y atando. Pensar mal antes de comenzar y
antes de conocer, es la actitud cobarde de quien pretende hacerse el sabio
desde la distancia. No hay que dejarse llevar por falsos prejuicios para pensar
y hablar que todo saldrá mal antes de comenzar.
3.
COMPARARSE
CON OTROS: Compararse es una tentación habitual, porque la persona es un ser
social por naturaleza y lógico que al conocer a otros tendamos a relacionarlos
y compararlos con alguien. Este sí que es un gran error especialmente de los
padres, abuelos, tíos, comparar a dos hermanos, pretender que todos sean
iguales. Hay que tener claro que todos somos diferentes, que en esto está esa
diferencia, la clave para descubrir grandes valores que ayudan a edificar la
sociedad. No nos comparemos con nadie y no comparemos a los demás. Todos somos
únicos e irrepetibles.
4.
ANCLARSE
EN EL PASADO: La nostalgia y la melancolía son emociones que se deben
dosificar. Recordar el pasado con
gratitud y aprendizaje. No valen lamentos de lo que fue ayer y no se hizo. No
es verdad que todo tiempo pasado fue mejor; ese pensamiento y sentimiento nos
puede llevar a quedarnos anclados en ese ayer. Le escuche a alguien decir: No
insistiré más en el pasado, insistiré viviendo apasionadamente el hoy, lucharé
por tomar mejores decisiones y seguiré adelante; ese debe ser nuestro lema.
5.
CULPAR
A OTROS DE NUESTRA DESGRACIA: En ciertos momentos de la vida, persona o
personas nos han hecho daño. Un jefe que despide injustamente a un trabajador,
un socio que ha estafado a otro socio, un colega o compañero(a) de trabajo que miente o es chismoso (a), un
familiar que traiciona la confianza de la familia, una pareja que ha sido infiel o ha engañado, son
ejemplos de ello. Sin embargo en nuestra evaluación profunda de vida nunca debe
ser el motivo o motor de achacarle la culpa a otros, por los errores que hemos cometido
y por nuestors propios fracasos.
6.
NO
PERDONARSE SU PROPIO ERROR: Todos absolutamente todos nos hemos equivocado, y
seguiremos cometiendo errores, sabiendo que la misma naturaleza humana es imperfecta,
y entonces qué sentido tiene ¿Qué yo me crea un perfeccionista y que me exija
actuar como un dios? . No perdonarse a sí mismo es una gran tontería, es un
signo de orgullo muy grande. Hay que saber analizar el error, reconocer a quien
hemos hecho daño y pedirle perdón y
desde luego perdonarnos a nosotros mismos. A veces quien dice que no se perdona
a si mismo puede esconder otras verdades, como la de que tiene miedo a que los
demás no lo perdonen, o miedo al qué dirán o a sentirse humillado ante los
demás, hay que ser humildes.
7.
TENER
MIEDO A FRACASAR: Me imagino que yo no soy la única persona que sufre de miedos
de pronto a ti también te puede pasar. El miedo sí que hace daño, puede llegar
a paralizar, tenemos que luchar con
nuestros miedos, con los ojos
puestos en Jesús y con las armas
espirituales para que esto no siga ocurriendo. Saber ponderar las dificultades
que vamos a encontrar en el camino es muy positivo, pero nos ha de servir para
pensar con qué medidas las venceremos, con el camino de la fe y nunca para
cruzarnos de brazos y no actuar.
Bueno esto son simplemente
algunos roba bendiciones que están al acecho para no dejarnos avanzar en el
campo personal, familiar, laboral y
social.
Que el Espíritu del Señor Resucitado
nos dé el ánimo, la valentía, la fuerza y la decisión para enfrentarlos y
vencerlos.
“LOS
PENSAMIENTOS GENERAN SENTIMIENTOS, ESTOS GENERAN PALABRAS, Y LAS PALABRAS
ACTITUDES.”
Dios
les bendiga.
Roberto Zamudio
PROMESA
BÍBLICA DEL MES
Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece. Filipenses 4,13
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