viernes, 1 de diciembre de 2017

Lunes 04 de Diciembre de 2017


“CAMINEMOS A LA LUZ DEL SEÑOR”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 2,1-5

“El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del reino de Dios”

Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén: Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor, en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: "Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor."

Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La primera lectura nos presenta una hermosa visión de la ciudad santa, Jerusalén, como centro bendito de peregrinación de todos los pueblos. Es como un Babel al revés: si en aquella ocasión de un punto todos salieron sin poder entenderse y se alejaron unos de otros, ahora de todos los puntos sale un solo clamor, surgen un solo anhelo, nace un solo lenguaje, de camino hacia una misma meta: Jerusalén. Jerusalén es Babel vencida.
Jerusalén es así el centro del mundo. Mas hay un centro en la misma Jerusalén: el templo; y hay un corazón en el templo: la palabra del Señor. La peregrinación universal hacia Jerusalén no es la búsqueda de un lugar turístico sino es la expresión del hambre profunda que todo ser humano tiene por eso que sólo puede saciarse con la Palabra de Dios. En el fondo todos vienen a la misma ciudad porque a todos les empuja una misma necesidad y les convoca una misma hambre: hambre de la luz, de la verdad, de la vida.

SALMO RESPONSORIAL: 121
R. / Vamos alegres a la casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la casa del Señor"!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.

Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.

Desead la paz a Jerusalén:
"Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios." R.

Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: "La paz contigo."
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien. R.

OREMOS CON EL SALMO
Ese Salmo es un canto entonado por los peregrinos que se dirigen al templo de Jerusalén para celebrar una fiesta. El encuentro con Dios es motivo de profunda alegría. La casa definitiva de Dios, el lugar de encuentro de Dios con la humanidad, es Cristo, presente en su comunidad discipular. La paz es símbolo de todos los beneficios divinos.     

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 8,5-11

“Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos”

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: "Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho." Jesús le contestó: "Voy yo a curarlo." Pero el centurión le replicó: "Señor, no soy quien para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace."

Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: "Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Jesús anuncia el evangelio al pueblo de Israel, pero éste no acepta la propuesta salvadora de Dios. Su apego a la ley, al templo, a las tradiciones y a las instituciones le impide ver la novedad de la Buena Nueva. Los paganos, por el contrario, se van abriendo a la novedad del Reino. Ellos, los impuros y herejes, escuchan el mensaje y lo asumen como proyecto de vida. Éste es el sentido del episodio que hoy nos presenta el evangelista Mateo. Un centurión romano -militar, invasor, impuro, pecador- descubre la autoridad de Jesús sobre los males y dolencias que aquejan al pueblo. Por eso le pide a Jesús que sane a su criado, porque tiene autoridad sobre la enfermedad y la muerte, que marginan y aniquilan a la persona humana. Jesús alaba abiertamente la fe del pagano, en contraste con la falta de fe de sus paisanos judíos. ¡Qué difícil es ver más allá de las estructuras de la legalidad y la tradición! La fe, en este caso, es la capacidad de poder ver la profundidad de la persona de Jesús y aferrarse a él como fuente de vida y esperanza. – Abramos el corazón y la mente para reconocer a Jesús en medio de nuestro pueblo.

ORACIÓN
Señor que importante es que comprendamos la magnitud de tu Palaba cuando dices a través de Isaías: “De las espadas forjarán arados y de las lanzas podaderas; ya no alzará la espada pueblo contra pueblo, ya no se adiestrarán para la guerra”. Este es el sentido de tu venida, de tu liberación. Ayúdanos por favor a seguir creciendo en ti para poder hacer esta verdad cada vez más real. Amén


“La gozosa espera del Mesías, nos abre la universalidad de la salvación y  la paz para todos”

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