“DIOS ESCUCHA Y CUMPLE SUS PROMESAS”
PRIMERA LECTURA
1SAMUEL 8, 4-22A
“Gritaréis contra el rey, pero Dios no os
responderá”
En
aquellos días, los ancianos de Israel se reunieron y fueron a entrevistarse con
Samuel en Ramá. Le dijeron: "Mira, tú eres ya viejo, y tus hijos no se
comportan como tú. Nómbranos un rey que nos gobierne, como se hace en todas las
naciones. A Samuel le disgustó que le pidieran ser gobernados por un rey, y se
puso a orar al Señor. El Señor le respondió: "Haz caso al pueblo en todo
lo que te pidan. No te rechazan a ti, sino a mí; no me quieren por rey". Samuel
comunicó la palabra del Señor a la gente que le pedía un rey: "Estos son
los derechos del rey que os regirá: A vuestros hijos los llevará para
enrolarlos en sus destacamentos de carros y caballería, y para que vayan
delante de su carroza; los empleará como jefes y oficiales en su ejército, como
aradores de sus campos y segadores de su cosecha, como fabricantes de armamento
y de pertrechos para sus carros. A vuestras hijas se las llevará como
perfumistas, cocineras y reposteras. Vuestros campos, viñas y los mejores
olivares, os los quitará para dárselos a sus ministros. De vuestro grano y
vuestras viñas, os exigirá diezmos, para dárselos a sus funcionarios y
ministros. A vuestros criados y criadas, y a vuestros mejores burros y bueyes,
se los llevará para usarlos en su hacienda. De vuestros rebaños os exigirá
diezmos. ¡Y vosotros mismos seréis sus esclavos! Entonces gritaréis contra el
rey que os elegisteis, pero Dios no os responderá".
El
pueblo no quiso hacer caso a Samuel, e insistió: "No importa. ¡Queremos un
rey! Así seremos nosotros como los demás pueblos. Que nuestro rey nos gobierne
y salga al frente de nosotros a luchar en nuestra guerra". Samuel oyó lo
que pedía el pueblo y se lo comunicó al Señor. El Señor le respondió:
"Hazles caso y nómbrales un rey".
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Hemos
oído en los días pasados sobre los inicios de la misión profética de Samuel,
cuando era un niño. Hoy le vemos casi al final de su carrera, como se sabe por
lo que le dicen los ancianos de Israel: “tú ya eres viejo.”. Y ellos, también
gente mayor, parecen preocupados con el destino de su nación. Por cierto, quizá
recordamos que el niño Samuel recibió una misión difícil: tenía que denunciar
los pecados de los hijos del sacerdote Elí, que hospedaba al mismo Samuel. Hoy,
en cambio, los ancianos de Israel denuncian un cuadro parecido: “tus hijos no
se comportan como tú.” Este hecho contiene una enseñanza para nosotros: a veces
creemos que las nuevas personas no cometerán los viejos errores o pecados,
pero, hablando en general, esto no es cierto.
Los
ancianos proponen un nuevo modo de gobierno. Los hechos subsiguientes
mostrarían que este era un paso más en la vieja dirección: primero queremos cambiar
las personas; luego, las instituciones: “¡ya no más jueces; ahora queremos
reyes!” Desde luego, no es que sea malo que haya relevos o reingeniería. Lo
malo es esperar demasiado de esos cambios. Y Samuel se da cuenta de ello, pero
el pueblo es terco. Samuel ve las caras ilusionadas de estos compatriotas suyos
y ve que están esperando demasiado de ese cambio de gobierno. La historia que
seguiremos oyendo, de los reyes de Israel y de Judá, mostrará que, otra vez,
Samuel estaba en lo correcto. El problema no tendrá solución sino cuando llegue
el rey de reyes.
SALMO RESPONSORIAL: 88
R. / Cantaré eternamente
tus misericordias, Señor.
Dichoso
el pueblo que sabe aclamarte:
caminará,
¡oh Señor!, a la luz de tu rostro;
tu
nombre es su gozo cada día,
tu justicia
es su orgullo. R.
Porque
tú eres su honor y su fuerza,
y con
tu favor realzas nuestro poder.
Porque
el Señor es nuestro escudo,
y el
Santo de Israel, nuestro rey. R.
OREMOS
CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU
CONTEXTO
Lamentación con ocasión
de la derrota sufrida por la nación y por la humillación del rey, que parecen
contradecir las promesas hechas a David y sus descendientes. Como parte de la
historia de salvación, las vicisitudes
del pueblo de Israel,
hacen parte de nuestra propia historia y nos ayudan a comprender mejor los
caminos de Dios.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 2, 1-12
“El Hijo del hombre tiene potestad en la tierra
para perdonar pecados”
Cuando
a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaúm, se supo que estaba en casa.
Acudieron tantos, que no quedaba sitio ni a la puerta. El les proponía la
palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico, y como no podían meterlo por
el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un
boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que
tenían, le dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados quedan perdonados".
Unos letrados que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: "¿Por
qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados fuera de
Dios?" Jesús se dio cuenta de lo
que pensaban y les dijo: "¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle
al paralítico: "Tus pecados quedan perdonados", o decirle:
"Levántate, coge la camilla y echa a andar?" Pues para que veáis que
el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados...,
entonces le dijo al paralítico: "Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla
y vete a tu casa"". Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y
salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo:
"Nunca hemos visto una cosa igual". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Su
enseñanza, sus curaciones, sus liberaciones y, sobre todo, su inmediata
cercanía a los más excluidos del pueblo colocan a Jesús en el ojo del huracán.
Al volver a Cafarnaún se encuentra con la expectativa del pueblo sencillo, que
ya lo reconoce como un gran maestro; pero también se topa con la oposición de
sus adversarios, que lo acusan de blasfemia – el pecado religioso más grave. El
conflicto no se hace esperar. Los intérpretes autorizados de la Escritura
consideran inapropiada la libertad con la que Jesús actúa. Consideran que son
sólo ellos los únicos administradores de las enseñanzas religiosas. Jesús les
muestra su error, al mostrarles cómo la tremenda fe del paralítico es suficiente
para recibir el beneficio del perdón y la sanación. Así se enfrentan la
costumbre humana y la novedad de Dios. Y de este enfrentamiento sale
beneficiada una persona que de ahí en adelante puede decidir a dónde ir y qué
hacer con su vida.
Cada
día enfrentamos una cultura que pretende decirnos quiénes somos, qué debemos
hacer y sobre todo, qué es lo importante, basada únicamente en criterios de
consumo, apariencia y poder. Jesús nos enseña a ser libres, así desfondemos el
techo con nuestras decisiones.
ORACIÓN
Señor
Jesús en tu divina presencia queremos estar, te buscamos, tenemos sed de ti, te
anhelamos, y por eso a través de este devocional te buscamos día a día sin
cansancio, siempre con la fe, confianza y esperanza que tú nos escuchas y
cumples tus promesas de amor y bendición con todos tus hijos. Hoy queremos
descubrirte en nuestras realidades, sin pretensiones espectaculares, sin querer
hallarte donde no te encuentras; sólo abriendo los ojos, los oídos, la mente y
el corazón, para captarte revelado en nuestro entorno cotidiano, en la relación
con nuestros hermanos, en nuestro servicio y celebración en la fe de la
comunidad. Amén.
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