“EN JESÚS CONOCEMOS LA VOLUNTAD DE DIOS”
PRIMERA LECTURA
1 JUAN 5,14-21
“Nos escucha en lo que pedimos”
Queridos hermanos: En esto está la
confianza que tenemos en él: en que si le pedimos algo según su voluntad, nos
escucha. Y si sabemos que nos escucha en lo que le pedimos, sabemos que tenemos
conseguido lo que le hayamos pedido.
Si alguno ve que su hermano comete un
pecado que no es de muerte, pida y Dios le dará vida -a los que cometan pecados
que no son de muerte, pues hay un pecado que es de muerte, por el cual no digo
que pida-. Toda injusticia es pecado, pero hay pecado que no es de muerte.
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios
no peca, sino que el Engendrado de Dios lo guarda, y el Maligno no llega a
tocarle. Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero yace en poder del
Maligno. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia
para que conozcamos al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo
Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna. Hijos míos, guardaos de
los ídolos. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La primera lectura nos recuerda hoy que mientras vivamos en Cristo Jesús confiados en Él y en sintonía profunda con su persona y su proyecto de vida, nuestra oración cobra poder porque aprendemos a pedir según su voluntad, con la certeza de ser escuchados. Puede que en el seguimiento del Señor tengamos algunas caídas que pueden debilitar nuestra relación con Él, disminuyendo nuestra capacidad de percepción de su voluntad, pero Él mismo viene en nuestra ayuda, endereza nuestros pasos, y no nos deja abandonados a nuestra suerte, porque permanece siempre fiel a su amor misericordioso. Alejarnos de Dios es entrar en el mundo de la muerte, lejos de la comunión de la vida con Él. Cuando el ser humano se hace dios de sí mismo y criterio de su propia conducta egoísta y autosuficiente, está negando a Jesucristo que es la vida misma y crea de esta manera las condiciones para su propio fracaso y derrota, pues se convierte en idolatra. Tal vez una de las grandes razones aparte de la búsqueda desmesurara del tener, placer y poder es la mentalidad relativista del mundo actual en que vivimos, que lo hace creer que nada es malo y que la fe en Dios es un estorbo para su realización personal. Por eso estamos llamados, en cuanto a discípulos(as) de Jesucristo, a mantenernos vigilantes y abiertos a sus bendiciones, y dispuestos a llevar su Buena Noticia a quienes viven alejados de Él.
La primera lectura nos recuerda hoy que mientras vivamos en Cristo Jesús confiados en Él y en sintonía profunda con su persona y su proyecto de vida, nuestra oración cobra poder porque aprendemos a pedir según su voluntad, con la certeza de ser escuchados. Puede que en el seguimiento del Señor tengamos algunas caídas que pueden debilitar nuestra relación con Él, disminuyendo nuestra capacidad de percepción de su voluntad, pero Él mismo viene en nuestra ayuda, endereza nuestros pasos, y no nos deja abandonados a nuestra suerte, porque permanece siempre fiel a su amor misericordioso. Alejarnos de Dios es entrar en el mundo de la muerte, lejos de la comunión de la vida con Él. Cuando el ser humano se hace dios de sí mismo y criterio de su propia conducta egoísta y autosuficiente, está negando a Jesucristo que es la vida misma y crea de esta manera las condiciones para su propio fracaso y derrota, pues se convierte en idolatra. Tal vez una de las grandes razones aparte de la búsqueda desmesurara del tener, placer y poder es la mentalidad relativista del mundo actual en que vivimos, que lo hace creer que nada es malo y que la fe en Dios es un estorbo para su realización personal. Por eso estamos llamados, en cuanto a discípulos(as) de Jesucristo, a mantenernos vigilantes y abiertos a sus bendiciones, y dispuestos a llevar su Buena Noticia a quienes viven alejados de Él.
SALMO RESPONSORIAL: 149
R: El Señor ama a su pueblo.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los
fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
R.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas,
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R.
OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU
CONTEXTO
La danza es el cuerpo hecho oración. Salmo
de gestos. Rúbrica de movimientos. El cuerpo habla con más elocuencia que la
mente, y una inclinación rítmica vale por mil invocaciones. Si el que canta
«reza dos veces», ¿qué no hará el que danza?. La danza compromete al danzante
en presencia del pueblo. Es pública, abierta, manifiesta. La danza es una
profesión de fe. El danzante tiene derecho a reclamar para sí la promesa
solemne: «Si alguien se pone de mi parte ante los hombres, yo me pondré de la
suya ante mi Padre que está en los cielos».
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 3,22-30
“Nadie puede tomarse algo para sí mismo”
En aquel tiempo, fue Jesús con sus discípulos a Judea, se quedó
allí con ellos y bautizaba. También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salín,
porque había allí agua abundante; la gente acudía y se bautizaba. A Juan
todavía no le habían metido en la cárcel. Se originó entonces una discusión
entre un judío y los discípulos de Juan acerca de la purificación; ellos fueron
a Juan y le dijeron: "Oye, rabí, el que estaba contigo en la otra orilla
del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ése está bautizando, y todo el
mundo acude a él." Contestó Juan: "Nadie puede tomarse algo para sí,
si no se lo dan desde el cielo. Vosotros mismos sois testigos de que yo dije:
"Yo no soy el Mesías, sino que me han enviado delante de él." El que
lleva a la esposa es el esposo; en cambio, el amigo del esposo, que asiste y lo
oye, se alegra con la voz del esposo; pues esta alegría mía está colmada. Él ha
de ir aumentando en importancia, y yo disminuyendo. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El evangelio de hoy nos trae un tema distinto. Juan, el Bautista, se
despide. Su misión ha concluido. Su dedo ya señala al Esperado, el Bendito
Mesías, y sus palabras ya anuncian al Cordero que quita el pecado. Ha preparado
la Boda de su Amigo; ha vivido para ver el gran momento; toda su energía y su tiempo
han sido también su ofrenda, y la hora de la ofrenda mayor ha llegado. Lo que
permanece en el fondo de esta sección del evangelio de Juan es la pregunta por
la superioridad del ministerio de Jesús, representado concretamente en su
actividad bautismal.
Escuchamos
en el evangelio de hoy entonces, el testimonio que da Juan el Bautista sobre sí
mismo y sobre Jesús. La gente está acudiendo a Jesús y él poco a poco se va
quedando solo; no obstante, esta situación la califica el Bautista como “gozo
perfecto”; las cosas están ocurriendo como deben ocurrir: “es necesario que él
crezca y que yo disminuya”; de ese modo, “el novio podrá quedarse con la
novia”. Un hermosísimo ejemplo para nosotros. ¿Cuántas veces no nos habrá
quitado el sueño o la tranquilidad el éxito y la mejor acogida de otros
hermanos nuestros en la misión? Con nuestro estilo de vida ¿no estaremos muchas
veces buscando el brillo personal, el reconocimiento y los honores,
olvidándonos de que también nosotros somos sencillamente los que vamos preparando
el camino para que llegue Jesús a la vida de la gente? Esos fracasos que a
veces se perciben en nuestra misión ¿no tendrán como explicación el hecho de
que muchas veces nos estamos anunciando a nosotros mismos y no a Jesús y su
evangelio? Roguemos al Señor para que derrame sobre nuestras mentes y nuestros
corazones ese mismo Espíritu que habitaba en el corazón de Juan para que así
nuestro gozo sea perfecto cuando sintamos que estamos disminuyendo para que él
crezca.
ORACIÓN
En este nuevo día,
te alabamos y bendecimos, Buen Señor, hoy disponemos nuestra vida para
que vengas a reinar en nuestro corazón y en todos los corazones de nuestro hogar, te
dejamos plena libertad para que apartes de nosotros el mal, el pecado, manifestado
en la envidia, el rencor, el orgullo, el odio; Señor ayúdanos a no creernos más
que otros, sino a dejar que brilles Tú con
tu luz. Que a través de tu Espíritu y tu santa y poderosa Palabra, siembres hoy en
nosotros semillas de paz, conversión, amor misericordioso, reconciliación,
tolerancia, humildad, y entrega al servicio a los demás. Amén.
“Oremos manifestando nuestras legitimas
necesidades no nuestros caprichos y deseos”
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