viernes, 1 de enero de 2016

Martes 19 de Enero de 2016


“DIOS NO MIRA LAS APARIENCIAS,  SINO EL CORAZÓN”


PRIMERA LECTURA
1SAMUEL 16, 1-13
“Ungió Samuel a David en medio de sus hermanos, y en aquel momento lo invadió el espíritu del Señor”
En aquellos días, el Señor dijo a Samuel: "¿Hasta cuándo vas a estar lamentándote por Saúl, si yo lo he rechazado como rey de Israel? Llena tu cuerno de aceite y vete. Voy a enviarte a Jesé, de Belén, porque he visto entre sus hijos un rey para mí". Samuel contestó: "¿Cómo voy a ir? Si se entera Saúl, me mata". El Señor le dijo: "Llevas una novilla y dices que vas a hacer un sacrificio al Señor. Convidas a Jesé al sacrificio, y yo te indicaré lo que tienes que hacer; me ungirás al que yo te diga".  Samuel hizo lo que le mandó el Señor. Cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo fueron ansiosos a su encuentro: "¿Vienes en son de paz?" Respondió: "Sí, vengo a hacer un sacrificio al Señor. Purificaos y venid conmigo al sacrificio".  Purificó a Jesé y a sus hijos y los convidó al sacrificio. Cuando llegaron, vio a Eliab y se dijo: "Sin duda está ante el Señor su ungido". Pero el Señor dijo a Samuel: "No mires su apariencia ni su gran estatura, pues yo le he descartado. La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón".
Jesé llamó a Abinadab y lo hizo pasar ante Samuel; y Samuel dijo: "Tampoco a éste lo ha elegido el Señor". Jesé hizo pasar a Sama; y Samuel dijo: "Tampoco a éste lo ha elegido el Señor". Hizo pasar Jesé sus siete hijos ante Samuel, pero Samuel dijo: "A ninguno de éstos ha elegido el Señor". Preguntó entonces Samuel a Jesé: "¿No quedan ya más muchachos?" El respondió: "Todavía falta el más pequeño, que está guardando el rebaño". Dijo entonces Samuel a Jesé: "Manda que lo traigan, porque no comeremos hasta que haya venido". Mandó, pues, que lo trajeran; era rubio, de bellos ojos y hermosa presencia. Dijo el Señor: "Levántate y úngelo, porque éste es".  Tomó Samuel el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. En aquel momento invadió a David el Espíritu del Señor, y estuvo con él en adelante. Samuel emprendió la vuelta a Ramá. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Tal vez lo que más llama la atención, es que Jesé ni siquiera contaba en el número de sus hijos a David. Cuando le preguntó Samuel por los hijos, Jesé no pensó en David, al que sólo veía como un cuidador de ovejas. Y la enseñanza es clara: la mirada de Dios no es como la de los hombres. Allí donde la misma familia de David no veía nada, Dios vio todo. Si lo pensamos bien, hay un misterio en esa mirada de Dios. Él, que lo ha creado todo, no necesita ver que algo que ya existe, pues es Él mismo quien todo lo trae a la existencia. La vocación, entonces, no consiste tanto en que Dios reconoce que alguien ya tiene lo que Él quisiera, sino en que Él crea en alguien, algo que no tenía, hasta hacerlo una nueva persona.
SALMO RESPONSORIAL: 88
R. / Encontré a David mi siervo.

Un día hablaste en visión a tus amigos:
He ceñido la corona a un héroe,
he levantado a un soldado sobre el pueblo. R.

Encontré a David mi siervo
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre
con él y mi brazo lo haga valeroso. R.

El me invocará: Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora,
y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO

La evocación de las promesas hechas por el Señor a David - que constituye la parte central de este magnífico poema- sirve de base a la súplica por el rey, en un momento de grave humillación para la dinastía davídica. Con esta visión global del Salmo, es fácil percibir la conexión entre sus diversas partes. El breve preludio (v. 2) -seguido de una alusión a la alianza davídica (vs. 3-5) y de un himno al Creador (vs. 6-19)- introduce un oráculo divino (vs. 20-38), que anuncia los privilegios de David y su dinastía-. La situación que describen los versículos siguientes (39-46) es el reverso de esas antiguas promesas, y por eso el rey suplica al Señor que vuelva a manifestarle su amor y su fidelidad (vs. 47-52).

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 2, 23-28

“El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado”

Un sábado atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos le dijeron: "Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?" El les respondió: "¿No habéis leído nunca lo que hizo David cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros". Y añadió: "El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La religión nos puede liberar o bien paralizar. Y, al igual que la religión, cualquiera otra dimensión fundamental humana puede liberarnos o someternos. El dilema se nos puede presentar no en forma de una gran discusión doctrinal sino, como ocurre en el evangelio de  hoy, a partir de un pequeño detalle de la vida cotidiana.
Veamos en el texto de hoy, la novedad de un Dios actuando en la historia como liberación, es la experiencia que Jesús vive y de la que es su vocero, su anunciador, con hechos y palabras. Pero los seres humanos hemos sido expertos en pervertir el rostro de Dios y su culto. Por eso a Jesús le encanta hacer signos de ese actuar de Dios precisamente en los días que la religión ha pretendido reservar de manera equivocada a ese mismo Dios. El Dios que anuncia, que experimenta en lo más íntimo de su ser, como Hijo, no está sólo en el sábado. El sábado ha secuestrado a Dios. Antes apareció el Hijo del hombre perdonando pecados para decirnos que la reconciliación con Dios y con los hermanos es una tarea del hijo del hombre de todos los hijos e hijas de Dios, ahora nos dice que los hijos e hijas de Dios son dueños también del sábado. Para Dios lo esencial es la vida de sus hijos e hijas. El sábado si sirve para algo es para celebrar ese actuar de Dios en la historia y nutrirse de ese alimento. Jesús, experto en humanidad, hace memoria de la situación de hambre de David y sus compañeros, quienes sin ningún escrúpulo se alimentaron de un pan reservado al culto. Primero la vida, segundo el sábado. El sábado sirve si defiende la vida.

ORACIÓN
Señor Jesús, Tú sigues estando cerca de nosotros, aunque no te veamos; Tú conoces  lo profundo y la verdad que hay en nuestro corazón y hoy nos quieres curar y liberar. Señor abre nuestros ojos, nuestro oídos, nuestro entendimiento, para discernir tu Palabra, que vayamos más allá de la ley, que le encontremos el sentido que Tú les has querido dar, ayúdanos a vivir y  actuar libremente y actuar con humanidad. Amén 

“El interior de la persona es la parte fundamental del encuentro con Dios y lo que a Él más le interesa”


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: