viernes, 1 de enero de 2016

ENERO 2016

"EDIFICANDO LA CASA ABIERTA DE LA MISERICORDIA”

Una vez más, estamos aquí con todo el ánimo, iniciando este nuevo año en su primer mes. En estos días abundan  planes, sueños y proyectos,  para un año que en fe y en el nombre de Señor Jesucristo lo declaramos de abundante bendición. La propuesta o visión para este 2016, es unirnos a toda la Iglesia, por medio del Papa Francisco, que lo ha declarado  como el año de “La Divina Misericordia”. Desde ese itinerario les proponemos  que sigamos construyendo, nuestro discipulado de la Casa Abierta.
La misericordia, vista no sólo desde el pensamiento humano sino especialmente desde la propuesta bíblica, es como un reto, o es como lanzarnos en este nuevo año a vivir lo pleno, profundo o esencial del amor.  A esto sería lo que llamaríamos Misericordia. Total, la meta o destino final del amor, se llama Misericordia, bondad o compasión. La Misericordia en la Biblia nace o siempre está relacionada al amor venido de Dios (Ágape), amor que es capaz de poner su centro y objetivo en las miserias del corazón humano, de esta manera hace también alusión a la bondad y a la compasión, por el ser que ha caído en desgracia; de hecho todos en alguna ocasión  hemos pasado por esa condición. La Buena Noticia de Dios a través de su Bendita Palabra es: “Que el mismo se ha acercado a nosotros para tener misericordia” Efesios 2,1-5, 2da Corintios 1,3.
La misericordia es la práctica del amor en forma o clave de solidaridad, fraternidad y liberación de todos los excluidos y oprimidos por la injusticia humana.  La misericordia o compasión no se puede quedar en un simple sentimiento de lástima y en una devoción piadosa; sino que tiene ser una visible expresión del verdadero rostro de amor venido de Dios, que se debe convertir en una práctica que dé respuestas ayudando a liberar las diferentes realidades o dimensiones del ser humano; a imagen de la acción misericordiosa del Padre Dios en el Antiguo Testamento con el pueblo hebreo oprimido en Egipto ( Éxodo 3,7-8) y la misma acción y guía liberadora del Señor Jesús en el evangelio.
Algunos textos bíblicos para reflexionar en torno a la misericordia:
-          Mateo 9,13; Salmo 103,8; Efesios 2,4-5; Isaías 30,18; Romanos 12,1; 2da Corintios 1,3; Colosenses 3,12; Lucas 6,36; Oseas 6,6; Miqueas 6,8.

“LA MISERICORDIA ES EL AMOR EN ACCIÓN, NACIDO EN LO PROFUNDO DEL CORAZÓN Y PUESTO HACIA FUERA EN LAS MISERIAS HUMANAS”

Damos gracias al Buen Dios por tu vida y clamamos a Él que para este nuevo año en la gracia de su misericordia te bendiga a ti y a todos los tuyos con toda clase de abundantes bendiciones. Al final de la cartillita, encontrarás una sencilla reflexión sobre el primer fruto de la misericordia que es el AMOR.
Roberto Zamudio.

 PROMESA BÍBLICA DEL MES
“El amor del Señor no se agota, sus misericordias se renuevan cada mañana” Lamentaciones 3,22-23

PRIMER FRUTO DE LA MISERICORDIA: “EL AMOR”

Podríamos definir este primer fruto de la misericordia como la capacidad del ser humano de realizarse o ser feliz plenamente en esta vida. Dicha capacidad que viene exclusivamente de Dios, es el impulso a salir de si mismo e ir en busca del otro (eso es amor), que es lo contrario a venir a esta vida a buscarse a sí mismo (egoísmo), que es todo lo contrario al amor. Por tanto el amor es más que un simple sentimiento. Por eso quizás una primera afirmación categórica sobre el tema del amor: “La vida en torno a lo esencial consiste solamente en amar”. El creador y arquitecto de la vida, que es el Padre Dios, quiere que experimentemos y aprendamos en nuestro paso por esta vida como amar. El amor es el fundamento de toda propuesta o proyecto de vida, o mandamiento en el Antiguo Testamento y Bienaventuranzas con Jesús en el Nuevo Testamento. Mientras más amemos y nos dejemos amar seremos más felices y nos pareceremos más a la imagen de Dios. La gran visión y misión para nuestra vida es: Que el amor sea para todos nosotros la más alta meta. Lo esencial de nuestras vidas consiste en tener unas buenas relaciones con Dios, con los demás y con nosotros mismos, y la clave o motor de esta relación es el amor.  San Juan nos enseña que el amor nace o viene de Dios, porque Dios es amor. De hecho tendríamos que recordar algunas características del amor de Dios, que algunos aprendimos o escuchamos, en nuestro seminario de vida en el Espíritu, que es como la primaria, o quizás preescolar de iniciación en la vida cristiana: El amor de Dios es incondicional, fiel, personal y eterno; está a nuestro alcance.  (Meditar estos textos bíblicos sobre el amor : 1ra de Juan 4,7-9; Jeremías 31,3; Jeremías 29,12-13; Isaías 43,1-5; Isaías 54,10; Isaías 49,15, Juan 3,16).
Por su parte San Pablo nos detalla este fruto de la misericordia que es el amor en 1ra de Corintios 13, 4-7 de la siguiente manera:
-          El amor es paciente: todo lo espera.
-          El amor es amable: bondadoso.
-          El amor no es envidioso.
-          El amor es sincero: no es hipócrita, sin máscaras.
-          El amor no presume, no es orgulloso.
-          El amor jamás pierde la gracia.
-          El amor no reclama derechos.
-          El amor no guarda rencor.
-          El amor no se complace en obrar mal.
-          El amor se regocija con la verdad.
-          El amor lo aguanta, lo soporta todo.
-          El amor confía ilimitadamente.
-          El amor nunca deja de esperar y seguir soñando.
-          El amor lo cree, lo espera, lo sana y lo libera todo, con una entereza triunfante.
Después de reflexionar con algunas ideas de  este primer fruto de la misericordia, que es el amor, podríamos concluir que todas estas características sobre el amor se hicieron posible y realidad en la vida de Jesucristo. También a manera de evaluación podríamos preguntarnos cada uno(a) después de esta breve meditación: ¿He experimentado, conocido y compartido este amor en las ideas anteriores?. Algunos textos bíblicos para reflexionar y profundizar el tema del amor son:
-      1ra de Corintios 16,14; Gálatas 5,13-14: Romanos 13,10; 1ra Pedro 4,8;  Colosenses 3,14;  Efesios 4,2;  1ra de Juan 4,19. Isaías 49, 15-16; Isaías 43,4; 1ra de Juan 4,12; Juan 15,13; 1ra de Juan 4,20; Romanos 12,10.
“NO IMPORTA LO QUE DIGA, NO IMPORTA LA RELIGIÓN O EN LO QUE CREA, NO IMPORTA LO QUE HAGA, SIN AMOR ESTOY PERDIDO Y DERROTADO”
       
ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA
A  las puertas del año de la Misericordia iniciando este nuevo mes y año, mi vida se desborda ante ti, Buen Padre Dios, Señor de la Vida y de la Divina Misericordia; quiero darte gracias, alabarte, bendecirte y adorarte, de nuevo por toda tu bendición y bendiciones del año anterior que acaba de terminar; como olvidar y no recordar tantos momentos maravillosos que Tú me has regalado, por eso te bendigo, porque sé que para este nuevo año, como dice el profeta en tu palabra: “Tu amor misericordioso se renovará mañana tras mañana”, por eso Buen Señor, gracias, bendito, hoy y siempre. Reconociendo en este comienzo de año mis limitaciones y equivocaciones; te pido perdón porque te he fallado y les he fallado a los demás especialmente  a los más cercanos; sumérgeme en tu Bendita y divina misericordia, sáname, restáurame en la mente y en el corazón, libérame de todo cuanto me esclaviza comenzando este nuevo año. Dame de la fuerza y valentía de tu Espíritu Santo, que me guie a lo largo de todo este nuevo año. Bajo la dirección de tu Espíritu coloco mis búsquedas, mis proyectos, anhelos, deseos y  más profundos sueños. Si el año pasado te pedía para este tiempo que me entregaras las llaves de bendición, hoy te pido que con esas mismas llaves me abras puertas de misericordia para vivir este nuevo año. Dame del don de tu amor, de tu sabiduría para saber discernir los caminos que debo seguir, y de los que debo apartarme o alejarme. En los momentos de adversidad, de dificultad, de dolor, que tenga que enfrentar en este año, arrópame mi Buen Señor con tu amor misericordioso. Someto a ti, mi vida, familia, comunidad y entorno, buscando tu dirección y bendición. Amén. 
ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

Al llegar esta nueva noche, al saber que este día va quedando atrás, valoro y agradezco todos los signos de tu amor que se han hecho bendición en mi vida en este día. Gracias por esta nueva oportunidad que me has dado de seguir descubriendo y experimentando tu amor misericordioso, aún en medio de las dificultades que se me presentaron hoy. Gracias Señor, porque Tú me estás dando al posibilidad de tener un presente y un futuro mejor. Te doy gracias, te alabo y te bendigo, porque a lo largo de esta jornada, sentí que no estaba solo(a) sino que he experimentado que caminabas conmigo, tu  Espíritu y tu amor que se hace misericordia son la fuerza renovadora y motivadora que me anima y me empuja a seguir adelante. Estoy seguro que no dejaras mi vida a mitad de camino, sino que me seguirás guiando y llevando a buen puerto. Si te fallé a ti o le fallé a alguien en este día, perdóname Señor. Te entrego todo mi ser, a los míos, a los cercanos, y aún a todos los distantes y desconocidos que están sufriendo, que tienen dificultades y diferentes necesidades, te pido bendíceles a esta hora. Sigue obrando a través del descanso y sueño a lo largo de esta noche, continua tu proceso de tu amor sanador, restaurador y liberador. Que en tu bendito amor misericordioso pueda encontrar nuevas fuerzas para enfrentar los retos y desafíos que el mañana me depara. Amén.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: