viernes, 1 de enero de 2016

Miércoles 27 de Enero de 2016


“¿QUE CLASE DE FRUTOS PRODUCIMOS?”
PRIMERA LECTURA
2SAMUEL 7,4-17

“Afirmaré después de ti la descendencia, y consolidaré su realeza”

En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor: "Ve y dile a mi siervo David: "Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy, no he habitado en una casa, sino que he viajado de acá para allá en una tienda que me servía de santuario. Y, en todo el tiempo que viajé de acá para allá con los israelitas, ¿encargué acaso a algún juez de Israel, a los que mandé pastorear a mi pueblo Israel, que me construyese una casa de cedro?" Pues bien, di esto a mi siervo David: "Así dice el Señor de los ejércitos: Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra.
Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Él construirá una casa para mi nombre, y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo; si se tuerce, lo corregiré con varas y golpes como suelen los hombres, pero no le retiraré mi lealtad como se la retiré a Saúl, al que aparté de mi presencia. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre."" Natán comunicó a David toda la visión y todas estas palabras. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Este pasaje está articulado en torno a la oposición que implica la palabra casa, que significa también descendencia. En el anuncio del profeta se trata de varios asuntos: La construcción del Templo, como morada permanente del Arca de la Alianza; la providencia divina en la historia de Israel; y la promesa de un reino perenne hecha a la casa de David.  Casa aquí es como decir dinastía; es decir, David será el iniciador de una dinastía protegida y bendecida por Dios.

Y  veamos también otro aspecto  que nos hemos encontrado en este capítulo de Samuel, David le quiere construir un casa a Dios,  Dios le responde: "No es que tú me vas a construir una casa a mí, es que yo te voy a construir una casa a ti" . Dios quiere construir una casa en nosotros.  Dios quiere llenar todo el espacio y todo el tiempo, porque Dios quiere llenar nuestro corazón. Nosotros somos esa edificación, mucho más que cualquier concreto, ladrillo, madera; mucho más que plástico, vidrio, plomo o cualquier material; nosotros somos el lugar donde el Señor quiere residir, y por eso la casa de Dios sólo la puede construir Dios, que es en el fondo lo que Natán le dice a David. Los descendientes de David y los que son fieles al Reino de Dios a través de la casa de David, esos van a ser el templo, esos son el verdadero lugar donde Dios reside; en ellos puede reflejarse la gloria, la grandeza, la belleza, el poder de Dios, en ellos. Y en la medida en que se recupera ese orden, en la medida en que nosotros nos integramos a Cristo, y en la docilidad a Cristo reconducimos el universo hacia Dios, entonces todo se convierte en lugar donde brilla su gloria, donde brilla su hermosura.

SALMO RESPONSORIAL: 88
R. / Le mantendré eternamente mi favor.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
"Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades." R.

"Él me invocará: "Tú eres mi Padre,
mi Dios, mi Roca salvadora";
y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra. R.

Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable;
le daré una posteridad perpetua
y un trono duradero como el cielo. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Lamentación con ocasión de la derrota sufrida por la nación y por la humillación del rey, que parecen contradecir las promesas hechas a David y sus descendientes. Como parte de la historia de salvación, las vicisitudes del pueblo de Israel, hacen parte de nuestra propia historia y nos ayudan a comprender mejor los caminos de Dios.  

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 4,1-20

“Salió el sembrador a sembrar”
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y el gentío se quedó en la orilla. Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar: "Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno." Y añadió: "El que tenga oídos para oír, que oiga."
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas. Él les dijo: "A vosotros se os han comunicado los secretos del reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que "por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y los perdonen." Y añadió: "¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso; al escucharla, la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben. Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno."  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Nos encontramos con una parábola que expresa en parte el fracaso de Jesús y de su obra. Pero no por eso Jesús deja de insistir para que la semilla del Reino florezca. No ha sido fácil para Jesús y para el naciente cristianismo la expansión del reinado de Dios. Muchas semillas han caído en terreno no apto para el surgimiento de la obra. Pero Dios sigue provocando a muchos hombres y mujeres; sigue insistiendo a tiempo y a destiempo; él sabe que aún en medio de la dureza y la aridez del terreno, en algún rinconcito algo nuevo tendrá que suceder. ¡Dios no falla!
Esta parábola hemos de leerla con mucha fe y confianza. Dios hace surgir su obra a veces dónde menos pensamos. No podemos bajar la guardia, pero hemos de ser consciente que la obra es de Dios y que él la hace fructificar en medio de las adversidades. Hoy vivimos una experiencia cristiana libre de hostilidad… Hace falta más riesgo, más problemas, más sinsabores a la hora de trabajar por la extensión del Reino. Cuando eso suceda, no perdamos la calma, Dios camina de nuestro lado. Maduremos nuestra fe y reconozcamos que Dios, en definitiva, es quien tiene la última palabra.

ORACIÓN
Padre misericordioso has que siga naciendo en nuestra vida, tu amor santificador, danos apertura, generosidad,  para que otros reciban a través nuestro de tu  bendición que no se agota sino se acrecienta cuando se comparte; haznos ir más allá de nuestras capacidades, y ayúdanos Señor a dar mucho fruto; que podamos ir y sembrar de tu semilla en nuestras realidades. Amén.


“La persona que tiene un corazón puro, que se deja trabajar en lo profundo de su ser por la Palabra y la fuerza del Espíritu, es capaz de hacer maravillas”

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