viernes, 1 de enero de 2016

ENERO 2016

"EDIFICANDO LA CASA ABIERTA DE LA MISERICORDIA”

Una vez más, estamos aquí con todo el ánimo, iniciando este nuevo año en su primer mes. En estos días abundan  planes, sueños y proyectos,  para un año que en fe y en el nombre de Señor Jesucristo lo declaramos de abundante bendición. La propuesta o visión para este 2016, es unirnos a toda la Iglesia, por medio del Papa Francisco, que lo ha declarado  como el año de “La Divina Misericordia”. Desde ese itinerario les proponemos  que sigamos construyendo, nuestro discipulado de la Casa Abierta.
La misericordia, vista no sólo desde el pensamiento humano sino especialmente desde la propuesta bíblica, es como un reto, o es como lanzarnos en este nuevo año a vivir lo pleno, profundo o esencial del amor.  A esto sería lo que llamaríamos Misericordia. Total, la meta o destino final del amor, se llama Misericordia, bondad o compasión. La Misericordia en la Biblia nace o siempre está relacionada al amor venido de Dios (Ágape), amor que es capaz de poner su centro y objetivo en las miserias del corazón humano, de esta manera hace también alusión a la bondad y a la compasión, por el ser que ha caído en desgracia; de hecho todos en alguna ocasión  hemos pasado por esa condición. La Buena Noticia de Dios a través de su Bendita Palabra es: “Que el mismo se ha acercado a nosotros para tener misericordia” Efesios 2,1-5, 2da Corintios 1,3.
La misericordia es la práctica del amor en forma o clave de solidaridad, fraternidad y liberación de todos los excluidos y oprimidos por la injusticia humana.  La misericordia o compasión no se puede quedar en un simple sentimiento de lástima y en una devoción piadosa; sino que tiene ser una visible expresión del verdadero rostro de amor venido de Dios, que se debe convertir en una práctica que dé respuestas ayudando a liberar las diferentes realidades o dimensiones del ser humano; a imagen de la acción misericordiosa del Padre Dios en el Antiguo Testamento con el pueblo hebreo oprimido en Egipto ( Éxodo 3,7-8) y la misma acción y guía liberadora del Señor Jesús en el evangelio.
Algunos textos bíblicos para reflexionar en torno a la misericordia:
-          Mateo 9,13; Salmo 103,8; Efesios 2,4-5; Isaías 30,18; Romanos 12,1; 2da Corintios 1,3; Colosenses 3,12; Lucas 6,36; Oseas 6,6; Miqueas 6,8.

“LA MISERICORDIA ES EL AMOR EN ACCIÓN, NACIDO EN LO PROFUNDO DEL CORAZÓN Y PUESTO HACIA FUERA EN LAS MISERIAS HUMANAS”

Damos gracias al Buen Dios por tu vida y clamamos a Él que para este nuevo año en la gracia de su misericordia te bendiga a ti y a todos los tuyos con toda clase de abundantes bendiciones. Al final de la cartillita, encontrarás una sencilla reflexión sobre el primer fruto de la misericordia que es el AMOR.
Roberto Zamudio.

 PROMESA BÍBLICA DEL MES
“El amor del Señor no se agota, sus misericordias se renuevan cada mañana” Lamentaciones 3,22-23

PRIMER FRUTO DE LA MISERICORDIA: “EL AMOR”

Podríamos definir este primer fruto de la misericordia como la capacidad del ser humano de realizarse o ser feliz plenamente en esta vida. Dicha capacidad que viene exclusivamente de Dios, es el impulso a salir de si mismo e ir en busca del otro (eso es amor), que es lo contrario a venir a esta vida a buscarse a sí mismo (egoísmo), que es todo lo contrario al amor. Por tanto el amor es más que un simple sentimiento. Por eso quizás una primera afirmación categórica sobre el tema del amor: “La vida en torno a lo esencial consiste solamente en amar”. El creador y arquitecto de la vida, que es el Padre Dios, quiere que experimentemos y aprendamos en nuestro paso por esta vida como amar. El amor es el fundamento de toda propuesta o proyecto de vida, o mandamiento en el Antiguo Testamento y Bienaventuranzas con Jesús en el Nuevo Testamento. Mientras más amemos y nos dejemos amar seremos más felices y nos pareceremos más a la imagen de Dios. La gran visión y misión para nuestra vida es: Que el amor sea para todos nosotros la más alta meta. Lo esencial de nuestras vidas consiste en tener unas buenas relaciones con Dios, con los demás y con nosotros mismos, y la clave o motor de esta relación es el amor.  San Juan nos enseña que el amor nace o viene de Dios, porque Dios es amor. De hecho tendríamos que recordar algunas características del amor de Dios, que algunos aprendimos o escuchamos, en nuestro seminario de vida en el Espíritu, que es como la primaria, o quizás preescolar de iniciación en la vida cristiana: El amor de Dios es incondicional, fiel, personal y eterno; está a nuestro alcance.  (Meditar estos textos bíblicos sobre el amor : 1ra de Juan 4,7-9; Jeremías 31,3; Jeremías 29,12-13; Isaías 43,1-5; Isaías 54,10; Isaías 49,15, Juan 3,16).
Por su parte San Pablo nos detalla este fruto de la misericordia que es el amor en 1ra de Corintios 13, 4-7 de la siguiente manera:
-          El amor es paciente: todo lo espera.
-          El amor es amable: bondadoso.
-          El amor no es envidioso.
-          El amor es sincero: no es hipócrita, sin máscaras.
-          El amor no presume, no es orgulloso.
-          El amor jamás pierde la gracia.
-          El amor no reclama derechos.
-          El amor no guarda rencor.
-          El amor no se complace en obrar mal.
-          El amor se regocija con la verdad.
-          El amor lo aguanta, lo soporta todo.
-          El amor confía ilimitadamente.
-          El amor nunca deja de esperar y seguir soñando.
-          El amor lo cree, lo espera, lo sana y lo libera todo, con una entereza triunfante.
Después de reflexionar con algunas ideas de  este primer fruto de la misericordia, que es el amor, podríamos concluir que todas estas características sobre el amor se hicieron posible y realidad en la vida de Jesucristo. También a manera de evaluación podríamos preguntarnos cada uno(a) después de esta breve meditación: ¿He experimentado, conocido y compartido este amor en las ideas anteriores?. Algunos textos bíblicos para reflexionar y profundizar el tema del amor son:
-      1ra de Corintios 16,14; Gálatas 5,13-14: Romanos 13,10; 1ra Pedro 4,8;  Colosenses 3,14;  Efesios 4,2;  1ra de Juan 4,19. Isaías 49, 15-16; Isaías 43,4; 1ra de Juan 4,12; Juan 15,13; 1ra de Juan 4,20; Romanos 12,10.
“NO IMPORTA LO QUE DIGA, NO IMPORTA LA RELIGIÓN O EN LO QUE CREA, NO IMPORTA LO QUE HAGA, SIN AMOR ESTOY PERDIDO Y DERROTADO”
       
ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA
A  las puertas del año de la Misericordia iniciando este nuevo mes y año, mi vida se desborda ante ti, Buen Padre Dios, Señor de la Vida y de la Divina Misericordia; quiero darte gracias, alabarte, bendecirte y adorarte, de nuevo por toda tu bendición y bendiciones del año anterior que acaba de terminar; como olvidar y no recordar tantos momentos maravillosos que Tú me has regalado, por eso te bendigo, porque sé que para este nuevo año, como dice el profeta en tu palabra: “Tu amor misericordioso se renovará mañana tras mañana”, por eso Buen Señor, gracias, bendito, hoy y siempre. Reconociendo en este comienzo de año mis limitaciones y equivocaciones; te pido perdón porque te he fallado y les he fallado a los demás especialmente  a los más cercanos; sumérgeme en tu Bendita y divina misericordia, sáname, restáurame en la mente y en el corazón, libérame de todo cuanto me esclaviza comenzando este nuevo año. Dame de la fuerza y valentía de tu Espíritu Santo, que me guie a lo largo de todo este nuevo año. Bajo la dirección de tu Espíritu coloco mis búsquedas, mis proyectos, anhelos, deseos y  más profundos sueños. Si el año pasado te pedía para este tiempo que me entregaras las llaves de bendición, hoy te pido que con esas mismas llaves me abras puertas de misericordia para vivir este nuevo año. Dame del don de tu amor, de tu sabiduría para saber discernir los caminos que debo seguir, y de los que debo apartarme o alejarme. En los momentos de adversidad, de dificultad, de dolor, que tenga que enfrentar en este año, arrópame mi Buen Señor con tu amor misericordioso. Someto a ti, mi vida, familia, comunidad y entorno, buscando tu dirección y bendición. Amén. 
ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

Al llegar esta nueva noche, al saber que este día va quedando atrás, valoro y agradezco todos los signos de tu amor que se han hecho bendición en mi vida en este día. Gracias por esta nueva oportunidad que me has dado de seguir descubriendo y experimentando tu amor misericordioso, aún en medio de las dificultades que se me presentaron hoy. Gracias Señor, porque Tú me estás dando al posibilidad de tener un presente y un futuro mejor. Te doy gracias, te alabo y te bendigo, porque a lo largo de esta jornada, sentí que no estaba solo(a) sino que he experimentado que caminabas conmigo, tu  Espíritu y tu amor que se hace misericordia son la fuerza renovadora y motivadora que me anima y me empuja a seguir adelante. Estoy seguro que no dejaras mi vida a mitad de camino, sino que me seguirás guiando y llevando a buen puerto. Si te fallé a ti o le fallé a alguien en este día, perdóname Señor. Te entrego todo mi ser, a los míos, a los cercanos, y aún a todos los distantes y desconocidos que están sufriendo, que tienen dificultades y diferentes necesidades, te pido bendíceles a esta hora. Sigue obrando a través del descanso y sueño a lo largo de esta noche, continua tu proceso de tu amor sanador, restaurador y liberador. Que en tu bendito amor misericordioso pueda encontrar nuevas fuerzas para enfrentar los retos y desafíos que el mañana me depara. Amén.  

Viernes 01 de Enero de 2016

“JESÚS BENDICIÓN ETERNA DEL PADRE”

PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 6, 22-27

“Invocarán mi Nombre sobre los israelitas, Y yo los bendeciré”

El Señor habló a Moisés: "Di a Aarón y a sus hijos: Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas: "El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz". Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré. Palabra de Dios.


REFLEXIÓN
La primera lectura de hoy nos trae una bendición, pero sobre todo nos enseña a bendecir. No es un acto trivial ni una simple costumbre social; es nuestro modo de acoger en cada aspecto de la vida al Dios de la alianza. Nuestras bendiciones mutuas son prenda de la bendición del Señor. Podemos sintetizar los buenos deseos de esta hermosa bendición del libro de los Números en tres aspectos, que son también los mejores deseos para el año que empieza: protección, amistad con Dios y paz. Defendidos del mal y fortalecidos en el bien: este es rostro de la comunidad bendecida. La bendición bíblica, que han popularizado especialmente los frailes franciscanos, no habla directamente de la amistad con Dios, sino del resplandor de su rostro, la cercanía de su favor y benevolencia. Una vida bendecida va acompañada del brillo del rostro de Dios y de una cálida proximidad a su amor y su bondad. Corresponde, pues, a lo que solemos llamar "permanecer en la gracia de Dios". El gran anhelo al bendecir es en realidad la vida de la gracia.
Que buen comienzo del año 2016, recibiendo la bendición de Dios.  Un inicio de año en el que sentimos que debemos "volver a comenzar".  Se quisieran olvidar los errores, borrar toda culpa que moleste nuestra conciencia, estrenar una página nueva del libro de nuestra vida, y empezarla dando un buen paso, dando rienda suelta a los mejores deseos de nuestro corazón... Por eso es bueno comenzar el año con una bendición en los labios, después de escuchar la bendición de Dios en su Palabra.

Bendigamos al Señor por todo lo que hemos vivido hasta ahora, y por el nuevo año que aparece ante nuestros ojos: nuevos días por delante, nuevas oportunidades, tiempo a nuestra disposición... Alabemos al Señor por la misericordia que ha tenido con nosotros hasta ahora. Y también porque nos va a permitir ser también nosotros una bendición en este nuevo año que comienza: bendición para los hermanos, para todos los que nos rodean y bendición para Dios mismo. Año nuevo, Vida nueva, Bendición de Dios.


SALMO RESPONSORIAL: 66
R: El Señor tenga piedad y nos bendiga.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
La recolección de la cosecha es motivo para invitar a todos los pueblos a dar gracias a Dios. La providencia de Dios se extiende a todas las criaturas, a todos los pueblos. Todos experimentan los frutos de su bondad.

SEGUNDA LECTURA
GÁLATAS 4,4-7

“Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer”

Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: "¡Abbá! (Padre)." Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN
En Gálatas encontramos una apretada síntesis de lo que Pablo nos enseña en tantos otros pasajes de sus cartas. En primer lugar, nos dice que el tiempo que vivimos es de plenitud, porque en él Dios ha enviado a su Hijo, no de cualquier manera, sino «nacido de mujer y nacido bajo la ley», es decir, semejante en todo a nosotros y en nuestra humanidad. Nació en la debilidad, en la pobreza, fuera de la ciudad, en la cueva, porque no hubo para ellos lugar en la posada... Nace en la misma situación que el conjunto del pueblo, los sencillos, los humildes, los sin poder. Este nacimiento real y concreto es asumido por Dios para abrazar en el amor a todos los que la tradición había dejado fuera.
Pero este abajamiento del Hijo de Dios, nos ha alcanzado la más grande de las gracias: la de llegar a ser, todos nosotros los seres humanos, sin exclusión alguna, hijos de Dios, capaces de llamarlo «Abba», es decir, Padre. Nuestra condición filial fundamenta una nueva dignidad de seres humanos libres, herederos del amor de Dios. Parecerían hermosas palabras, nada más, frente a tantos sufrimientos y miserias que todavía experimentamos, pero se trata de que pongamos de nuestra parte para que la obra de Jesucristo se haga realidad. Se trata de que nos apropiemos de nuestra dignidad de hijos libres, rechazando los males personales y sociales que nos agobian, luchando juntos contra ellos.  Y es hora de que experimentemos una inmensa alegría, para hacer saber al mundo, que Dios ha florecido en nuestra tierra y todos somos depositarios de esa herencia de felicidad.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 2, 16-21

“Y le pusieron por nombre Jesús”

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho. Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN:
Lucas nos muestra a un Jesús sencillo, un Jesús que no nace entre los grandes y poderosos del mundo sino entre los pequeños y humildes; como los pastores de Belén, que no son sólo figuras decorativas de nuestros «belenes», pesebres o nacimientos, sino que eran, en los tiempos de Jesús, personas mal vistas, con fama de ladrones, de ignorantes y de incapaces de cumplir la ley religiosa judía. A ellos en primer lugar llaman los «ángeles» a saludar y a adorar al Salvador recién nacido. Ellos se convierten en pregoneros de las maravillas de Dios que habían podido ver y oír por sí mismos. Algo similar pasa con María y José: no eran una pareja de nobles ni de potentados, eran apenas un humilde matrimonio de artesanos, sin poder ni prestigio alguno. Con María, la madre, que «guardaba y meditaba estos acontecimientos en su corazón», y seguramente se alegraba y daba gracias a Dios por ellos, y estaba dispuesta a testimoniarlo delante de los demás, como lo hizo delante de Isabel, entonando el Magníficat.
La «maternidad divina de María», motivo oficial de la celebración litúrgica de hoy, pero con la imagen conciliar que la Iglesia tiene de María, «la madre de Jesús», una imagen desmitificada, María una mujer sencilla, dispuesta a servir, María como discípula, siempre dispuesta a seguirle y permanecer en el camino hasta el final. Contemplemos a María como nos la describe Lucas, María, Madre de Dios, Madre que recibe a Cristo y que a la vez ofrece a Cristo. Que Ella atraiga para nosotros, y para todos los que amamos, abundantes bendiciones, y que como ella nosotros permanezcamos por la fuerza de su amor en el camino de Jesús y en la construcción de su Reino.

Festejemos este Año Nuevo, como un nuevo regalo que el Señor hace a nuestra vida, agradezcámosle con todo el corazón la alegría de vivir, la oportunidad maravillosa que nos da de seguir amando y seguir siendo amados, y la capacidad que nos ha dado para cambiar, rectificar, recapacitar y continuar en su camino.

ORACIÓN
Con un sentimiento de alabanza y gratitud, a Ti Buen Padre Dios, venimos en este primer día y comienzo del año nuevo; colocando  nuestras vidas en tus benditas manos. Queremos Señor, que a partir de hoy y durante todo este 2016 tu Palabra siga iluminando nuestro camino, queremos creer y guardar esa palabra en nuestro corazón, que ella siga haciéndonos personas nuevas;  renuévanos por dentro Señor y sana nuestras heridas, que en ti este sea un año lleno de bendiciones al lado de las personas que amamos, construyendo juntos tu proyecto de vida y felicidad.  Bendícenos y haznos signo de bendición para los demás. Amén     

“Ser más humanos(as) y solidarios(as), un compromiso que llena la vida de bendiciones”

Sábado 02 de Enero de 2016


“RECONOCEMOS AL MESÍAS ESPERADO”

PRIMERA LECTURA
1 JUAN 2,22-28


“Instruidos en la sólida doctrina de la comunidad apostólica

Queridos hermanos: ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre; y ésta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna. Os he escrito esto respecto a los que tratan de engañaros.
Y en cuanto a vosotros, la unción que de él habéis recibido permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña acerca de todas las cosas -y es verdadera y no mentirosa- según os enseñó, permanecéis en él. Y ahora, hijos, permaneced en él para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no quedemos avergonzados lejos de él en su venida. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN
Desde la óptica de Juan hay una verdad que es la más grande del mundo. Esa verdad está en la encarnación de Cristo, en Jesús hecho hombre, en esta revelación que hemos visto, oído y palpado, revelación en la que Dios nos ha dado de su amor y su salvación.
La gran mentira es negar esa revelación que tiene precio y valor de sangre del Hijo de Dios. Y eso es lo propio del anticristo; o sea de aquel o aquellos que se oponen a Jesús y a su proyecto.
Por eso es fuerte la exhortación de hoy: "permanezcan en lo que han oído" (1 Juan 2,24). Es una advertencia severa, que podríamos poner en paralelo con las palabras, también graves, del apóstol Pablo: Estoy muy sorprendido de que ustedes se hayan alejado tan pronto de Dios, que los llamó mostrando en Cristo su bondad, y se hayan pasado a otro evangelio. En realidad no es que haya otro evangelio. Lo que pasa es que hay algunos que los perturban a ustedes, y que quieren trastornar el evangelio de Cristo. Pero si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara un evangelio distinto del que ya les hemos anunciado, que caiga sobre él la maldición de Dios.

SALMO RESPONSORIAL: 97
R. /  Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.


El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Canto de aclamación a la realeza de Dios, Señor del universo y de la historia. El despliegue del poder salvador de Dios llega a su punto culminante en la encarnación de su Hijo y en la victoria de este sobre la muerte y el pecado.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,19-28

“En medio de vosotros hay uno que no conocéis”

Este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: "¿Tú quién eres?" Él confesó sin reservas: "Yo no soy el Mesías." Le preguntaron: "¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?" Él dijo: "No lo soy." "¿Eres tú el Profeta?" Respondió: "No." Y le dijeron: "¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?" Él contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías."
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: "Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?" Juan les respondió: "Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia." Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN:
El texto de Juan que acabamos de leer es la continuación del Prólogo a su Evangelio. Una vez que Juan ha descrito de una manera sorprendente el misterio de la eternidad del Logos y de su Encarnación, pasa a aclarar un tema que era motivo de dificultades en las comunidades cristianas primitivas. Juan evangelista se está refiriendo a Juan el Bautista, cuyo ministerio y obra persisten aún después de la muerte y resurrección de Jesús. Quizás muchas personas habrían interiorizado el mensaje del Bautista y estarían un poco confundidas con respecto al papel del uno y del otro, es decir, de Juan y de Jesús.
Para el que cree en Jesús no puede haber duda ni ambigüedad; Juan prepara el camino, ayuda abrir el espíritu del creyente; pero “entre ustedes hay alguien a quien no conocen...”; el asunto es entonces conocerlo, dejarse seducir por él y seguirle a él de manera firme, sin ningún temor. Esa es la invitación que hace el Bautista al grupo que debe llevar una respuesta a Jerusalén; invitación que hace Juan evangelista a sus hermanos de comunidad y finalmente, la invitación que recibimos hoy: conozcamos más a Jesús, enamorémonos de su Palabra, de su proyecto de vida, y esforcémonos por hacer vida en nosotros esa propuesta.

ORACIÓN
Señor Jesús, te abrimos nuestro corazón con todo lo que llevamos dentro, con todo lo que somos, tenemos y podemos; queremos presentarnos delante de ti con transparencia, sin temor a que descubras nuestros  secretos más profundos, toda nuestra vida, la queremos poner en tus manos con infinita confianza en tu misericordia. Síguenos  formando en la sólida doctrina de tu Palabra, edifícanos y guíanos en el día a día. Amén.

“Sin dudas, debemos llevar el mensaje del Dios Misericordioso a quienes lo necesiten”

Domingo 03 de Enero de 2016

Epifanía del Señor

“LA LIBERACIÓN DE DIOS ES UNIVERSAL”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 60, 1-6

“La gloria del Señor amanece sobre ti”

¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti; y caminarán los pueblos a tu luz; los reyes al resplandor de tu aurora. Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti: tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos, los dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La época en que se escribe esta parte del libro del profeta Isaías (Tercer Isaías) corresponde a la restauración, es decir, al regreso a Jerusalén de los exiliados en Babilonia, regreso a la gran ciudad de Dios. Cuando este grupo de exiliados llegó a Israel encontró sus ciudades destruidas, sus campos abandonados o apropiados por otras familias, las murallas derruidas y el templo, el lugar donde Yahvé habitaba, incendiado. Esta dramática realidad los desanimó completamente, centrando sus esperanzas y sus motivaciones únicamente en la reconstrucción de sus viviendas y sus campos, dejando de lado la restauración del templo y, con ello, la confianza en la venida gloriosa de Yahvé, quien traería para Israel la salvación plena en la misma historia. Isaías anima la fe de su pueblo, los invita a poner nuevamente su fe y su corazón en la fuerza salvífica de Yahvé, quien traerá la paz y la justicia a su pueblo, por ello Jerusalén será una ciudad radiante, llena de luz, en donde la presencia de Dios como rey hará de ella una nación grande, ante cuya presencia se postrarán todos los pueblos de la tierra. El profeta manifiesta con esta gran revelación que Dios es quien dará inicio a una nueva época para Israel, una época donde reinará la luz de Dios y serán destruidas todas las fuerzas del mal, pues Dios se hace presente en Israel y ya más nadie podrá hacerle daño.

SALMO RESPONSORIAL: 71
R. / Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes:
para que rija a tu pueblo con justicia,
 a tus humildes con rectitud. R.

Que en sus días florezca la justicia y la paz
hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R.

Que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributos;
que los reyes de Sabá y de Arabia
le ofrezcan sus dones, que se postren
ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan. R.

Porque él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Oración por el rey de Israel, en la que se idealiza proféticamente su figura como gobernante que implanta la justicia y la paz. El éxito del rey asegura la prosperidad para todo el pueblo. Ya en el judaísmo este salmo fue interpretado mesiánicamente y lo mismo ha hecho la liturgia cristiana. Cristo es el verdadero Rey que establece la justicia y la paz, su Reino es universal.

SEGUNDA LECTURA
EFESIOS 3, 2-6

“Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos”

Hermanos: Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor vuestro. Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la Promesa en Jesucristo, por el Evangelio. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La visión profética descrita en la primera lectura, posee una comprensión muy reducida de la acción salvífica de Dios, ya que es asumida como una promesa que se cumplirá en beneficio única y exclusivamente del pueblo de Israel y no de toda la tierra. Pablo, a través de la carta a los Efesios, ampliará esa comprensión, afirmando que la salvación venida por Dios, a través de Jesús, es para “todos”, judíos y paganos. El plan de Dios, según Pablo, consiste en formar un solo pueblo, una sola comunidad creyente, un solo cuerpo, una sola Iglesia, un organismo vivo capaz de comunicar a toda la creación la vida y la salvación otorgada por Dios. La carta a los Efesios expresa que el misterio recibido por Pablo consiste en que la Buena Nueva de Cristo se hace efectiva también en los paganos, ellos son coherederos y miembros de ese mismo Cuerpo; esto significa que Dios se ha querido revelar a toda la humanidad, actúa en todos, salva a todos, reconcilia a todos sin excepción.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 2, 1-12

“Venimos de oriente para adorar al Rey”

Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: "¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo". Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: "Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel"".
Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: "Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño, y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo". Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Y habiendo recibido en sueños un oráculo para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino. Palabra del Señor.


REFLEXIÓN:
El evangelio que leemos hoy, en la Fiesta de la «Epi-fanía», confirma este carácter universal de la salvación de Dios. Mateo expresa, por medio de este relato simbólico, el origen divino de Jesús y su tarea salvífica como Mesías, como rey de Israel, heredero del trono de David; para ello el evangelista insiste en nombrar con exactitud el lugar donde nació Jesús y en confirmar, a través del Antiguo Testamento, que con su presencia en la historia se da cumplimiento a las palabras de los profetas. Por otro lado, el rechazo de este nacimiento por parte de las autoridades políticas (Herodes) y religiosas (sumos sacerdotes y escribas) del pueblo judío y el gozo infinito de los magos, venidos de Oriente, anuncian desde ya ese carácter universal de la misión de Jesús, la apertura del evangelio a los paganos y su vinculación a la comunidad cristiana. La Epifanía del Señor es la celebración precisa para confesar nuestra fe en un Dios que se manifiesta a toda la humanidad, que se hace presente en todas las culturas, que actúa en todos, y que invita a la comunidad creyente a abrir sus puertas a las necesidades y diversidad del mundo actual. Es decir, Cristo es la epifanía de la misericordia divina para nosotros y para todos los pueblos.
Es la epifanía, la manifestación de Dios en su Hijo Jesucristo, que ha venido a nuestra tierra y que ha revelado la gloria del Padre, vemos a los " los Magos de Oriente", que nos menciona el evangelio, venidos de Oriente contemplan a Jesucristo y le dan sus regalos. Es de destacar, que más que un encuentro cualquiera, sin importancia, estos personajes descubrieron en Cristo la satisfacción más profunda de su búsqueda y de su anhelo. Porque ellos eran gente que observaba los cielos, que exploraba el horizonte en la noche buscando una luz, buscando una gracia, buscando una verdad, una sabiduría, y la encontraron en Cristo. De modo que en Cristo vinieron a satisfacerse todas sus necesidades y anhelos.

Pidamos al Señor, que Cristo sea nuestra epifanía, que en Él encontremos la respuesta a nuestros interrogantes más profundos, a nuestras búsquedas, a nuestra búsqueda de alegría y de paz, y que nosotros mismos seamos epifanía de Dios para todos los que nos rodean.

ORACIÓN
Señor Jesús hoy te buscamos, te necesitamos, te anhelamos,  queremos recibir de tu luz,  alimentarnos con el Pan de Vida de tu Palabra, con la fuerza renovadora y creadora de tu Santo Espíritu que le da verdadero sentido a la vida, que Él nos impulse a buscarte cada día con insistencia; danos hambre y sed de Ti, guíanos y muévenos  para salir a tu encuentro desde nuestra realidad, desde la enfermedad, limitación, falta de fe y sigue  llenando nuestra vida de ánimo y esperanza. Amén. 


“Nuestra vida debe expresar en los gestos y actitudes que somos iluminados por la luz de Jesucristo

Lunes 04 de Enero de 2016

“SOMOS DE DIOS Y PARA DIOS”

PRIMERA LECTURA
1JUAN 3,22-4,6

“Examinad si los espíritus vienen de Dios”
Queridos hermanos: Cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.
Queridos: no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo. Podréis conocer en esto el espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios: es del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo. Vosotros, hijos míos, sois de Dios y lo habéis vencido. Pues el que está en vosotros es más que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha, quien no es de Dios no nos escucha. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Es sumamente valiosa por esto la síntesis que nos ofrece este capítulo tercero de la primera carta de Juan: "éste es su mandamiento: que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a los otros" (1 Jn 3,23). Esta es la vida cristiana: creer y amar. ¿En dónde se encuentran el creer y el amar? En Jesucristo. Creemos que su misterio no es una fábula, porque sucedió, Jesús se hizo hombre,  en una historia como nosotros y como nuestra historia. Amamos, porque nuestra existencia como la suya sólo puede ser espejo de la vida nueva que hemos recibido y que proviene de Él, de su encarnación misma.
SALMO RESPONSORIAL: 2
R. / Te daré en herencia las naciones.

Voy a proclamar el decreto del Señor;
el me ha dicho:
"Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.
Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra." R.

Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
La dinastía davídica es para Israel manifestación de una especial providencia de Dios. El escogió a David y a sus descendientes y les prometió bienestar y perpetuidad. Después de la catástrofe nacional (año 587 a. C.), las miradas se volvieron al futuro y se concentraron en la esperanza mesiánica. El Nuevo Testamento aplica este salmo a Cristo (Hch. 4, 25-26): ve en su persona y en su obra salvadora la plena y perfecta realización de las promesas hechas a David.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 4,12-17.23-25

“Está cerca el reino de los cielos”
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: "País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló."
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: "Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos." Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curaba. Y le seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Trasjordania. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El ministerio profético de Jesús de Nazaret comienza después del arresto de Juan el Bautista. La tarea de Jesús es proclamar con su palabra, y con el testimonio de su vida, la llegada inminente del Reinado o soberanía de Dios en el mundo. Esta novedad, de la que habla Jesús, tiene que expresarse en dimensiones horizontales: la vida de todos los hombres y mujeres; y de igual manera en dimensiones verticales: en una buena y sana relación con Dios.
No se puede experimentar la conversión al Reino de Dios de espalda a la vida de la gente con quienes compartimos esta historia. Tal como nos lo recuerda la teología de la liberación: no podemos seguir proclamando un Reino sin Dios; tampoco un Dios sin Reino. Esto significa que la experiencia de Dios ha de reflejarse en la manera como vivimos y en el cómo estamos trabajando para transformar la historia y, toda transformación de la historia no puede prescindir de una experiencia vital y profunda del Dios liberador que nos reveló Jesús. Que durante todo este año nuestra experiencia de fe se manifieste en la vida y que en nuestra vida reflejemos el rostro del Dios bondadoso, Padre de Jesús.

ORACION
Señor Jesús, hoy queremos que Tú seas la luz que brilla en las tinieblas de nuestros problemas, sufrimientos, enfermedades, debilidades, queremos  dejar que nuestro corazón sea el lugar sagrado en el que Tú habites. Creemos en ti, que eres nuestro Padre que nos ama y nos levanta para que vivamos en libertad. Regálanos tú Espíritu para discernir tu presencia y tu Reino en medio de nuestra realidad. Amén. 

“La conversión constante de mente, corazón y voluntad es condición fundamental para ser parte del Reino Dios”


Martes 05 de Enero de 2016

“EL AMOR DE DIOS ES MARAVILLOSO”

PRIMERA LECTURA
1JUAN 4,7-10

“Dios es amor”
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Con la misma metodología del sujeto y el predicado podemos acercarnos a una comprensión recta del gran enunciado de Juan: "Dios es amor". ¡Atención! No dijo: "el amor es Dios"; no proclamó la divinidad del amor, de cualquier amor por ser amor; dijo: "Dios es amor". El sujeto, a quien queremos conocer un poco más, un poco mejor, es DIOS; el predicado, lo que consideramos más cercano y conocido es: "amor".
¿Y en dónde o cómo hemos conocido qué es amor y qué es amar? Muy claramente lo dice el apóstol: "Dios ha manifestado el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único, para que vivamos por él. El amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros primero, y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados." (1 Jn 4,9-10). Una vez más, entonces: el amor ha adquirido su nombre, su rostro y su significado en Jesucristo. Por él y en él sabemos qué quiere decir amar. Jesús es nuestro diccionario. Jesús hecho hombre, la historia de Jesús, la conducta de Jesús es la luz que ilumina la verdad de nuestras palabras. Porque no son nuestras palabras quienes le miden, sino que es él, la Palabra, quien calibra y autoriza o desautoriza nuestras palabras. Dejémonos amar y comprometámonos a amar con su amor y como Él lo hace.
SALMO RESPONSORIAL: 71
R. / Que todos los pueblos de la tierra se postren ante ti, Señor.
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
 para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.

Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre. R.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar, 
del Gran Río al confín de la tierra. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Se refiere a una soberanía que no es ansia de poder, dominación tiránica, sino un extender el reinado benéfico de la justicia, a favor de pobres, afligidos, indigentes, oprimidos. Será el salvador universal frente a la violencia, porque considera de gran precio la vida del pobre. El nombre y la fama perpetuarán la vida del rey. Pero más importante es que el rey se hace heredero de la promesa hecha a Abrahán, de ser bendición para todos los pueblos. Los hombres pronunciarán ese nombre "Bendito" como cifra y síntesis de felicidad; y ese nombre será, realmente, canal de la bendición divina para todos los pueblos.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 6,34-44

“Jesús se revela como profeta en la multiplicación de los panes”

En aquel tiempo, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma. Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a decirle: "Estamos en despoblado, y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer." Él les replicó: "Dadles vosotros de comer." Ellos le preguntaron: "¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?" Él les dijo: "¿Cuántos panes tenéis? Id a ver." Cuando lo averiguaron le dijeron: "Cinco, y dos peces."
Él les mandó que hicieran recostarse a la gente sobre la hierba en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de ciento y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces. Los que comieron eran cinco mil hombres. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Nuestro mundo está padeciendo una crisis profunda de amor. Esta crisis, entre otras cosas, está anclada a una crisis profunda de fe. Quien no ama no puede decir que cree. Estamos llamados a revisar nuestras prácticas de amor, para tener claridad a qué Dios es al que estamos siguiendo.
Cristo es la expresión más concreta y real del amor. En Él, el Padre Dios amó al mundo hasta el extremo. La multiplicación de los panes que la Palabra nos presenta hoy es expresión del amor sin medida que Jesús tiene por la humanidad, en especial por la humanidad que padece, en carne propia, la violencia, la miseria y la exclusión. Este sencillo texto manifiesta en cortas líneas que Dios, a través de Jesús, se compadece, por puro amor, de los hombres y mujeres sin mirar la condición moral de los mismos.
Hemos de lograr la síntesis perfecta de toda persona que cree: fe y amor. Esta es la clave. Vivir este binomio hoy, es la tarea urgente que se le exige a todo bautizado que asuma la causa de Jesús hasta las últimas consecuencias. Como tarea nos queda unir intensamente la fe y el amor. ¡Que no se nos quede en meras intenciones¡

ORACIÓN
Buen Padre, te damos gracias por este nuevo día, te alabamos y te bendecimos, por tu Bendita Palabra que  nos da vida; te pedimos que la fuerza del Espíritu  hoy nos inunde con ríos de vida nueva,  nos inunde con tu amor, un amor que se refleje en la reconciliación, comprensión,  en el diálogo, en la tolerancia, nos aumentes la fe  y  la capacidad de aceptar a los demás, con sus limitaciones, reconociendo también sus virtudes para sentirnos todos amados y salir adelante juntos. Amén.

“Dios se manifiesta a través de personas que con su vida y acciones, devuelven a la sociedad la esperanza y la invitan a creer en el amor”


Miércoles 06 de Enero de 2016

“EN EL AMOR NO HAY TEMOR”
PRIMERA LECTURA
1JUAN 4,11-18

Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros”

Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él. En esto ha llegado el amor a su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo. No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor mira el castigo; quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El amor perfecto expulsa el temor. El amor hace visible a Dios, pues "a Dios nadie lo ha visto nunca; si nosotros nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros". Sucede así porque el amor hizo visible a Dios, según las palabras del arcángel a María: "el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra" (Lc 1,35). Jesús hecho hombre es la manifestación visible, el punto hacia donde nuestros ojos pueden dirigirse cuando quieren saber qué significa "amor".
Ahora somos nosotros, es nuestra conducta, nuestro modo de ser en este mundo, quien irradia el misterio divino. Hemos recibido la vida "que se ha manifestado" (1 Jn 1,2) y por eso manifestamos esa vida como la manifestó Jesús, en el amor de unos por otros. Es el fruto natural de aquello que hemos recibido creyendo en al Autor de la Vida. De esta manera, la fe se vuelve amor; la escucha a la Palabra se vuelve obediencia a sus mandamientos; la profesión de la fe se vuelve un modo de ser y vivir. Es lógico entonces afirmar que quien permanece en este amor que brota de la revelación divina lleva a Dios en sí, y quien le tiene no le teme. No tememos la llegada porque ya nos gozamos en la presencia. Y sin embargo, es más lo que esperamos que lo que tenemos. Esperamos el día del juicio, pero ese juicio no cambia sino que perfecciona lo que ya sido juzgado y expulsado de nosotros, es decir, el pecado y al autor del pecado.
SALMO RESPONSORIAL: 71
R. / Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.

Que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan. R.

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Salmos como éste, rezados sinceramente por generaciones, han alimentado y ensanchado la esperanza, han cultivado el sentido universalista, han hecho comprender el puesto de un salvador personal. Rezados por el rey presente, eran súplica; rezados por el rey futuro, iban siendo profecía y expectación. Solamente en Cristo alcanza el salmo su plenitud de sentido. Dios es el juez verdadero, que hace justicia, es decir, defiende el derecho de los humildes. Esta justicia la puede ejercer personalmente, y puede confiársela a uno de sus elegidos, en concreto al rey de la dinastía elegida. De este modo el rey participa de la justicia divina, que debe ejercer puramente en servicio del pueblo.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 6,45-52

“Lo vieron andar sobre el lago”
Después que se saciaron los cinco mil hombres, Jesús en seguida apremió a los discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran hacia la orilla de Betsaida, mientras él despedía a la gente. Y después de despedirse de ellos, se retiró al monte a orar. Llegada la noche, la barca estaba en mitad del lago, y Jesús, solo, en tierra. Viendo el trabajo con que remaban, porque tenían viento contrario, a eso de la madrugada, va hacia ellos andando sobre el lago, e hizo ademán de pasar de largo. Ellos, viéndolo andar sobre el lago, pensaron que era un fantasma y dieron un grito, porque al verlo se habían sobresaltado. Pero él les dirige en seguida la palabra y les dice: "Ánimo, soy yo, no tengáis miedo." Entró en la barca con ellos, y amainó el viento. Ellos estaban en el colmo del estupor, pues no habían comprendido lo de los panes, porque eran torpes para entender.  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En continuidad con el texto de ayer, el evangelista Marcos narra hoy el episodio en el cual Jesús se presenta a sus discípulos en el lago de Genesaret, en la noche, caminando sobre el agua. El relato está hecho sobre una rica simbología que si pudiéramos captarla a fondo, nos sería de gran consuelo y ayuda en cada dificultad que enfrentamos. Los discípulos aún no logran identificar no tanto la persona de Jesús, sino su misión, su tarea mesiánica, ni logran entender, ahora que ya no está él, como llevar adelante su proyecto. Todavía Jesús y su propuesta es algo borroso para la comunidad. Jesús no puede ser un simple recuerdo; una buena persona que vino, enseñó muchas cosas, realizó signos de todo tipo, y luego desapareció; ese no puede ser el fundamento para que la comunidad pueda mantenerse viva. En medio de las contradicciones y dificultades, la comunidad, tiene que mantener la conciencia clara de que en medio está Jesús, vivo, resucitado y que toda palabra, toda acción que emprendan, deberá siempre tener como base y fundamento el Evangelio de Jesús. Pidamos entonces al Señor que nos de mucha luz y sabiduría para poder verlo a él siempre vivo y actuante en nuestra comunidad; que nuestras palabras y acciones no dejen ver también lo estamos percibiendo como un fantasma.

ORACIÓN
Bendito Padre hoy queremos experimentar, cómo en tu amor misericordioso Tú nos  sanas y liberas del pecado que hay en nuestro corazón (mente y sentimientos), ese que no nos permite ser felices, que nos mantiene atados;  hoy nos  presentamos delante de Ti, reconociendo nuestra pequeñez y limitación, nuestros temores,  pero también tu poder, misericordia y fuerza, para ponerte de lado y defender al pobre y desvalido, porque creemos firmemente que un corazón contrito y humillado Tú no lo desprecias. Amén.  


“La forma como amamos debe ser expresión del amor de Dios”