domingo, 1 de noviembre de 2015

Lunes 16 de Noviembre de 2015



“VER LAS NECESIDADES DEL PRÓJIMO Y AYUDARLO”


PRIMERA LECTURA
1MACABEOS 1,10-15.41-43.54-57.62-64

“Una cólera terrible se abatió sobre Israel”

En aquellos días, brotó un vástago perverso: Antíoco Epifanes, hijo del rey Antíoco. Había estado en Roma como rehén, y subió al trono el año ciento treinta y siete de la era seléucida. Por entonces hubo unos israelitas apóstatas que convencieron a muchos: "¡Vamos a hacer un pacto con las naciones vecinas, pues, desde que nos hemos aislado, nos han venido muchas desgracias!" Gustó la propuesta, y algunos del pueblo se decidieron a ir al rey. El rey los autorizó a adoptar las costumbres paganas, y entonces, acomodándose a los usos paganos, construyeron un gimnasio en Jerusalén; disimularon la circuncisión, apostataron de la alianza santa, emparentaron con los paganos y se vendieron para hacer el mal.
El rey Antíoco decretó la unidad nacional para todos sus súbditos de su imperio, obligando a cada uno a abandonar su legislación particular. Todas las naciones acataron la orden del rey, e incluso muchos israelitas adoptaron la religión oficial: ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado. El día quince del mes de Casleu del año ciento cuarenta y cinco, el rey mandó poner sobre el altar un ara sacrílega, y fueron poniendo aras por todas las poblaciones judías del contorno: quemaban incienso ante las puertas de las casas y en las plazas; los libros de la Ley que encontraban, los rasgaban y los echaban al fuego, al que le encontraban en casa un libro de la alianza y al que vivía de acuerdo con la Ley, lo ajusticiaban, según el decreto real. Pero hubo muchos israelitas que resistieron, haciendo el firme propósito de no comer alimentos impuros; prefirieron la muerte antes que contaminarse con aquellos alimentos y profanar la alianza santa. Y murieron. Una cólera terrible se abatió sobre Israel. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Entramos en la penúltima semana del año litúrgico, durante la cual meditamos en la primera lectura algunos textos tomados de los libros primero y segundo de los Macabeos. Estos libros toman su nombre de la familia Macabea, quienes se mantuvieron fieles a la Alianza en medio de la persecución ordenada por el rey Antíoco Epífanes, en el siglo II antes de Cristo, contra los judíos que no dejaran sus costumbres y se negaran a adoptar las costumbres paganas. La lectura de hoy narra cómo en aquellas circunstancias, ya sea por miedo, por confabularse con el poder reinante, o por adoptar el estilo de vida de las naciones paganas que les parecía muy atractivo, muchos judíos, excepto algunos pocos liderados por los Macabeos, estuvieron de acuerdo con el rey y aceptaron sus medidas, abandonando la fe en el Dios de Israel.
También hoy sigue existiendo la tentación secularizante, es decir, el riesgo de que los cristianos, queriendo parecer muy modernos y civilizados, terminemos aliándonos con los poderes y pareceres de este mundo, poniendo en riesgo nuestra relación con Cristo, nuestra identidad y nuestros valores. No se trata de que rechacemos todos los progresos de la ciencia y de la cultura, sino que sepamos discernir, a la luz del Espíritu, lo que es bueno y acorde con la voluntad de Dios. Aunque, en algunas ocasiones, inevitablemente, tendremos que ser fuertes y luchar contra la corriente, como lo hicieron aquellos judíos fieles, que prefirieron morir antes que apostatar de su fe.

SALMO RESPONSORIAL: 118
R. / Dame vida, Señor, para que observe tus decretos.

Sentí indignación ante los malvados,
que abandonan tu voluntad. R.

Los lazos de los malvados me envuelven,
pero no olvido tu voluntad. R.

Líbrame de la opresión de los hombres,
y guardaré tus decretos. R.

Ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad. R.

La justicia está lejos de los malvados,
que no buscan tus leyes. R.

Viendo a los renegados, sentía asco,
porque no guardan tus mandatos. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Por su gran extensión y su estructura singular, este Salmo se distingue notablemente de todos los demás. En términos generales, se lo puede definir como una meditación sapiencial sobre las excelencias de la "Ley del Señor". Pero el salmista no expone su pensamiento en un tono impersonal, sino que reitera constantemente sus expresiones de amor y fidelidad a la voluntad divina, y suplica al Señor que les dé nueva luz y lo consuele en aflicciones de la vida.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 18,35-43

“¿Qué quieres que haga por ti? Señor, que vea otra vez”

En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le explicaron: "Pasa Jesús Nazareno." Entonces gritó: "¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!" Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!" Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?" Él dijo: "Señor, que vea otra vez." Jesús le contestó: "Recobra la vista, tu fe te ha curado." En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Jesús aparece utilizando su poder de aliviar la aflicción de un ser humano, víctima de un trastorno físico: Le devuelve la capacidad de ver; responde a la fe del individuo que lo impulsa a dirigirse a Jesús como al Hijo de David.
El evangelio de hoy nos narra la sanación del ciego de Jericó. Jesús sube con sus discípulos a Jerusalén, y en su camino tiene que pasar por esa ciudad. El ciego se encontraba pidiendo limosna, pero al escuchar la algarabía de la gente pregunta cuál es la razón de tal jolgorio. Le contestan que Jesús pasa por allí. El ciego sabe reconocer quién es Jesús de Nazaret y le grita pidiendo compasión. Jesús lo sana por la gran fe que ha demostrado. La sanación de este ciego es otra demostración de cómo Jesús introduce en la comunidad a diferentes personas que habían sido relegadas por causa de sus enfermedades. Es una práctica reiterada del Maestro, que invita una y otra vez a incluir en lugar de excluir; a acoger en vez de despedir. Nosotros excluimos hoy de nuestras comunidades eclesiales a muchos hermanos por diferentes motivos. El evangelio nos invita a ser capaces de crear nuevos espacios donde todos, a pesar de las diferencias, tengamos cabida. Por otra parte, queda en claro que la fe en Jesús posee una fuerza liberadora que es capaz de desatar todo yugo que oprime y deshumaniza al ser humano. Como Jesús estamos llamados a trabajar con todas nuestras fuerzas para devolverles la dignidad a quienes la han perdido y han sido marginados por sistemas excluyentes.

ORACIÓN
Señor, con la Palabra de este día podemos entender que en medio de tanta confusión y oscuridad en que se debaten nuestros países y la familia, pretendes renovar la fe haciendo que quienes deseen ser tus discípulos(as) tengamos una verdadera decisión de seguirte, aún en medio de tiempos difíciles y hacer frente a las fuerzas que por todos los medios pretenden acabar con tu presencia en el mundo y con la vida humana. Amén    


“Quien se encuentra en su camino con Jesús, y es tocado por su amor y su misericordia, no puede evadir la responsabilidad de unirse a su misión”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: