“AUTORIDAD
QUE CONFIRMA EL AMOR DE DIOS POR LA HUMANIDAD”
PRIMERA
LECTURA
HEBREOS
2,5-12
“Dios
juzgó conveniente perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su
salvación”
Dios
no ha puesto bajo la autoridad de los ángeles ese mundo futuro del cual estamos
hablando. Al contrario, en un lugar de la Escritura alguien declara: "¿Qué
es el hombre? ¿Qué es el ser humano? ¿Por qué lo recuerdas y te preocupas por
él? Por un poco de tiempo lo hiciste algo menor que los ángeles, pero lo
coronaste de gloria y honor; todo lo sujetaste debajo de sus pies."
Así
que, al sujetarlo todo debajo de sus pies, Dios no dejó nada sin sujetarlo a
él. Sin embargo, todavía no vemos que todo le esté sujeto. Pero vemos que
Jesús, a quien Dios hizo algo menor que los ángeles por un poco de tiempo, está
coronado de gloria y honor, a causa de la muerte que sufrió. Dios, en su amor,
quiso que experimentara la muerte para bien de todos.
Todas
las cosas existen para Dios y por la acción de Dios, que quiere que todos sus
hijos tengan parte en su gloria. Por eso, Dios, por medio del sufrimiento,
tenía que hacer perfecto a Jesucristo, el Salvador de ellos. Porque todos son
del mismo Padre: tanto los consagrados como el que los consagra. Por esta
razón, el Hijo de Dios no se averguenza de llamarlos hermanos, al decir en la
Escritura: "Hablaré de ti a mis hermanos, y te cantaré himnos en medio de
la congregación." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El
texto de la Carta a los Hebreos para el día de hoy nos pone frente a dos
referentes: los ángeles y los hombres para hablarnos de la persona de Jesús. La
grandeza de Cristo está por encima de toda lógica porque en Él, la humanidad
alcanza un grado de perfección mayor a la de los ángeles. Dice que “no se
avergüenza de llamarnos hermanos” para que podamos comprender que fue
completamente igual a nosotros y que sabe nuestras debilidades y nuestras
incapacidades; por eso frente a Dios no tenemos que ponernos máscaras, ni
tratar de ser lo que no somos, ni aparentar para ser valorados, ni suponer que
debemos ser quienes no somos para merecer su amor. El texto es claro. No hay
vergüenza en Dios por lo que somos, por lo tanto no te avergüences de ti mismo,
de tu vida, de tus problemas, de tus inclinaciones, de tu pecado, porque eres
un ser humano; sin embargo en Jesús puedes encontrar un camino de perfección
que te hará como Dios te soñó, como estás hecho para vivir.
SALMO
RESPONSORIAL: 8
R./
Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.
¡Señor,
dueño nuestro,
qué
admirable es tu nombre
en toda
la tierra!
¿Qué es
el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser
humano, para darle poder? R.
Lo
hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus
manos. R.
Todo lo
sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta
las bestias del campo,
las aves
del cielo, los peces del mar,
que
trazan sendas por el mar. R.
OREMOS CON EL SALMO Y
ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
La alabanza contenida en este célebre himno expresa
la intuición poético-religiosa del salmista, que contempla con ojos asombrados
la obra de Dios en la creación. Su pensamiento se concentra en el hombre,
realidad casi insignificante en comparación con la majestad del cielo, y
objeto, al mismo tiempo, de una inexplicable solicitud por parte del Creador.
Ningún otro de los seres creados recibió una dignidad semejante a la de él, y
todas las cosas están sometidas a su dominio. Estas mismas ideas se vuelven a encontrar
en el relato “sacerdotal” de la creación (Gn. 1. 26-28), que es, sin duda,
posterior a este Salmo.
LECTURA
DEL EVANGELIO
MARCOS
1,21-28
“Enseñaba
con autoridad”
Llegaron
a Cafarnaúm, y en el sábado Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. La
gente se admiraba de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad y
no como los maestros de la ley. En la sinagoga del pueblo había un hombre que
tenía un espíritu impuro, el cual gritó:
--¿Por
qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo te
conozco, y sé que eres el Santo de Dios.
Jesús
reprendió a aquel espíritu, diciéndole:
--¡Cállate
y deja a este hombre!
El
espíritu impuro hizo que al hombre le diera un ataque, y gritando con gran
fuerza salió de él. Todos se asustaron, y se preguntaban unos a otros:
--¿Qué
es esto? ¡Enseña de una manera nueva, y con plena autoridad! ¡Incluso a los
espíritus impuros da órdenes, y lo obedecen!
Y
muy pronto la fama de Jesús se extendió por toda la región de Galilea. Palabra
de Dios.
REFLEXIÓN:
El
milagro que se relata en este pasaje de Marcos está presentado en el contexto
de un género literario empleado en gran número de otros: descripción del estado
del enfermo, autoridad soberana y poderosa de Jesús, eficacia inminente de su
Palabra o de su gesto y, finalmente, la reacción de la multitud. Una forma
literaria de ese tipo tiene como finalidad revelar el poder de Cristo. En la
descripción de los milagros de Jesús, Marcos se contenta frecuentemente con ese
tipo de poder. Lo describirá sobre todo en oposición al influjo ejercido hasta
entonces por los demonios. Para la mentalidad de su tiempo la humanidad está
sometida a los “espíritus impuros”, que son la causa de las enfermedades y de
la muerte. Pero Dios debe poner algún día término a ese imperio tiránico por
medio de su Enviado, el “Santo de Dios”. Para Marcos, el milagro no es más que
el arma por excelencia del enviado de Dios contra el poder de los “espíritus
impuros”, a los que ataca precisamente allí donde dejan de manifiesto su
presencia: la enfermedad y la muerte.
Interesa
revalorizar el poder con que Jesús se manifiesta cual enviado de Dios. Parece
que, al menos en Marcos, ese poder es ya el de la Resurrección. El milagro no
se comprende sino con referencia al misterio pascual, es decir, el de la
Resurrección, que no es más que el sometimiento de la muerte a la vida: una vida plena para todos.
ORACIÓN
Señor gracias por tu enseñanza
que es liberadora, que podamos entender que una sola palabra tuya es capaz de
restaurar y cambiar toda la realidad de nuestra vida y de los que nos rodean. Amén.
“En Dios
descubro la grandeza de mi dignidad y la fortaleza para respetarme y defender
la dignidad de otro ser humano”
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