jueves, 1 de enero de 2015

Lunes 26 de Enero de 2015


SANTOS TIMOTEO Y TITO
“UNA CADENA DE AMOR”
PRIMERA LECTURA
2DA CARTA DE TIMOTEO 1,1-8

“Refrescando la memoria de tu fe sincera”
Pablo, apóstol de Cristo Jesús, enviado por mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús, nuestra esperanza, saluda a Timoteo, verdadero hijo en la fe. Que Dios nuestro Padre y Cristo Jesús nuestro Señor derramen su gracia, su misericordia y su paz sobre ti.
Como ya te rogué al irme a la región de Macedonia, quédate en Éfeso, para ordenar a ciertas personas que no enseñen ideas falsas ni presten atención a cuentos y cuestiones interminables acerca de los antepasados. Estas cosas llevan solamente a la discusión y no ayudan a conocer el designio de Dios, que se vive en la fe. El propósito de esa orden es que nos amemos unos a otros con el amor que proviene de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera. Algunos se han desviado de esto y se han perdido en inútiles discusiones. Quieren ser maestros de la ley de Dios, cuando no entienden lo que ellos mismos dicen ni lo que enseñan con tanta seguridad. Sabemos que la ley es buena, si se usa de ella conforme al propósito que tiene. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Es pertinente saber que esta segunda carta fue escrita en una circunstancia vital de Pablo donde expone sus últimas enseñanzas en un tiempo en que se encuentra envejecido, encarcelado, viviendo el dolor de que muchos le han volteado la espalda y esperando un juicio del que sabe no escapará con vida, más que una carta de despedida, es un escrito buscando la compañía humana.
Tengamos en cuenta como la fiesta de hoy nos puede invitar a reflexionar de como los milagros existen..... un milagro que no acaba: la transmisión misma de la fe. Timoteo y Tito fueron pilares fundamentales como colaboradores y en cierto modo sucesores del apóstol Pablo en la obra de predicación de las nacientes comunidades cristianas y a si mismo propagación de la Buena Nueva a todas las naciones.
En la primera lectura Pablo también recuerda cómo la fe cubre ya tres generaciones: a la abuela, la mamá y a Timoteo mismo. Es maravilloso que así se extienda el don de Dios. Pero le recuerda también que él mismo debe cuidar el don recibido, particularmente ese don especial que le fue conferido al tener un encuentro con el Señor e imponerle las manos.

SALMO RESPONSORIAL: 95
R/ Anuncien las maravillas del Señor a todas las naciones.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R.

Decid a los pueblos: "El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente." R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
La proclamación de la realeza del Señor es asociada en este himno a dos acontecimientos decisivos de su obra salvífica: la creación y el juicio (v. 10). La primera establece en la naturaleza el orden querido por Dios (Gn. 1. 31); el segundo restablece en la historia el orden quebrantado por la injusticia. Por eso, no sólo los seres humanos (vs. 1-10), sino todos los seres creados (vs. 11-12) son invitados a celebrar jubilosamente la llegada del Señor, que viene a instaurar definitivamente su justicia (v. 13).  Este poema litúrgico pertenece al grupo de los “Himnos a la realeza del Señor” y presenta numerosas analogías con Is 40 - 66.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 10, 1-9

“Y los envió por delante de dos en dos”
Después de esto, el Señor escogió también a otros setenta y dos, y los mandó de dos en dos delante de él, a todos los pueblos y lugares a donde tenía que ir.
Les dijo: "Ciertamente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Por eso, pidan ustedes al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla. Vayan ustedes; miren que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven dinero ni provisiones ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie en el camino. Cuando entren en una casa, saluden primero, diciendo: 'Paz a esta casa.' Y si allí hay gente de paz, su deseo de paz se cumplirá; pero si no, ustedes nada  perderán. Quédense en la misma casa, y coman y beban de lo que ellos tengan, pues el trabajador tiene derecho a su paga. No anden de casa en casa. Al llegar a un pueblo donde los reciban, coman lo que les sirvan; sanen a los enfermos que haya allí, y díganles: 'El reino de Dios ya está cerca de ustedes.' Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Las características del envío misionero que Jesús hace a sus discípulos son muy particulares, y las describe en este texto.  Implica ir “ligeros de equipaje”. Se trata de despojarse de todo lo que sobra e impide que el mensaje evangélico sea creíble. La misión implica sencillez. No sólo hay que despojarse de las cosas materiales sino, sobre todo, de las estructuras mentales, los apegos afectivos, las dependencias emocionales que se generan cuando se entra en relación con la gente sencilla. Jesús quiere discípulos misioneros que puedan moverse libremente en todos los espacios, sin anquilosarse en métodos, costumbres, lugares, personas e instituciones. – ¡Qué bella pauta nos da este pasaje para revisar críticamente nuestra manera de anunciar el evangelio hoy. ¿Somos realmente libres y desprendidos para dejarnos llevar dócilmente por la fuerza del Espíritu, que nos envía a donde menos pensamos? ¿Estamos dispuestos a renunciar a aquellas posesiones y posiciones que nos impiden anunciar en total libertad a Jesucristo?

ORACIÓN
Al encontrarnos contigo día a día, nuestra oración es para darte gracias. De nuevo sabemos que tu nos dices hoy: “La cosecha es abundante pero los obreros son pocos”, por eso ayúdanos a entender  que nos necesitas hoy para ser parte de esos obreros que van a trabajar en tu siembra. Señor haznos siempre ligeros de equipaje, desprendidos y dispuestos a ir a donde tú nos mandes. Amén.


“Hay que tener siempre el valor y  la alegría de proponer, con respeto, el encuentro con Jesús y hacernos heraldos de su Evangelio”.

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