jueves, 1 de enero de 2015

Jueves, 15 de enero de 2015


“CUANDO JESÚS SANA, ES IMPOSIBLE QUEDARSE CALLADO(A)”

PRIMERA LECTURA
HEBREOS 3,7-14

¡Anímense los unos a los otros, mientras dure este "hoy"!

Hermanos: Como dice el Espíritu Santo en la Escritura: "Si hoy escuchan ustedes lo que Dios dice,
no endurezcan su corazón como aquellos que se rebelaron y pusieron a Dios a prueba en el desierto.
Allí me pusieron a prueba los antepasados de ustedes, aún cuando habían visto mis obras durante cuarenta años. Por eso me enojé con aquella generación, y dije: 'Andan siempre extraviados en su corazón, y no han querido conocer mis caminos.' Por eso juré en mi furor que no entrarían en mi reposo."
Hermanos, cuídense de que ninguno de ustedes tenga un corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios viviente. Al contrario, anímense unos a otros cada día, mientras dura ese "hoy" de que habla la Escritura, para que ninguno de ustedes sea engañado por el pecado y su corazón se vuelva rebelde. Porque nosotros tenemos parte con Cristo, con tal de que nos mantengamos firmes hasta el fin en la confianza que teníamos al principio. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La palabra que se nos da es un clamor de Dios “no endurezcan el corazón”. Esta frase tomada del salterio, nos recuerda una de las tentaciones más grandes de los seres humanos: endurecer el corazón a Dios y olvidarse de escucharlo hablándonos en nuestra vida. Necesitamos con urgencia abrir el corazón de par en par para que Dios pueda acontecer en ella. No nos hagamos como los que creen que ya no hay nada que cambiar, ni mejorar, que ya alcanzaron la perfección y la santidad, porque estaremos alejándonos de Dios. No nos convenzamos de que ya no es necesario hablar con Dios, que con un Padrenuestro de vez en cuando alcanza, porque estaremos perdiéndonos de vivir a la manera del Señor. Necesitamos todos tener claro que sólo en la medida en la que Dios tenga espacio en nuestra vida, podremos vencer en las adversidades con la fuerza de lo Alto.

SALMO RESPONSORIAL: 94
R./ Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: “No endurezcáis vuestro corazón”

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
 y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
 "No endurezcáis el corazón como en Meribá,
 como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras." R.

"Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Las dos partes que componen este Salmo corresponden a otros tantos momentos de una solemne acción litúrgica. La primera (vs. 1-7) es un canto procesional dirigido a la comunidad para invitarla a ingresar jubilosamente en la morada del Señor. En la segunda parte (vs. 8-11) se escucha un oráculo del Señor, que exhorta a Israel a no imitar la incredulidad y la rebeldía de sus antepasados en el desierto.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 1,40-45

"La lepra se le quitó y quedó limpio"

Un hombre enfermo de lepra se acercó a Jesús, y poniéndose de rodillas le dijo:
--Si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad.
Jesús tuvo compasión de él; lo tocó con la mano y dijo:
--Quiero. ¡Queda limpio!
Al momento se le quitó la lepra al enfermo, y quedó limpio. Jesús lo despidió en seguida, y le recomendó mucho:
--Mira, no se lo digas a nadie; solamente ve y preséntate al sacerdote, y lleva, por tu purificación, la ofrenda que ordenó Moisés,[n] para que conste ante los sacerdotes.
Pero el hombre se fue y comenzó a contar a todos lo que había pasado. Por eso Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, sino que se quedaba fuera, en lugares donde no había gente; pero de todas partes acudían a verlo. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN:
Jesús advierte al curado de la lepra que no comente con nadie esta acción, y que más bien se presente ante el sacerdote para que pueda nuevamente ser reintegrado y vinculado religiosa y socialmente a la comunidad. Esta exigencia de silencio tiene una significación importante dentro del evangelio de Marcos y se conoce como el “secreto mesiánico”; con ello se quiere expresar que la salvación anunciada por Jesús a la humanidad solo se puede comprender correctamente después de su muerte y resurrección; de lo contrario, los milagros pueden vincularse, erróneamente, a las expectativas mesiánicas latentes en su momento. Jesús no es un rey político, ni un mesías nacional que tenga como proyecto liberar al pueblo de Israel de las distintas estructuras que lo oprimen. Jesús es mesías porque con sus actitudes y comportamientos hace presente, de manera anticipada, la realidad del Reino de Dios, es mesías porque no se anuncia a sí mismo, sino que anuncia la misericordia y la bondad de Dios para con los pobres. Es importante, pues, para nuestra experiencia de fe comprender que en la solidaridad con el hermano vamos haciendo presente el Reino de Dios, de ello depende la eficacia de la misión de la Iglesia.

ORACIÓN
Señor, ayúdanos a descubrir en este tiempo los nuevos enfermos, leprosos que la sociedad excluye y desprecia. Que no caigamos  Señor en la trampa de juzgar apresuradamente y rechazar a los débiles. Que con nuestra oración diaria intercedamos por aquellos que sufren y día a día con nuestra vida y nuestras acciones, nos apoyemos mutuamente. Amén
“Debemos reintegrar a todas las personas en el proyecto de Dios, para que sean partícipes de su misericordia y transformación en amor”


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