jueves, 1 de enero de 2015

Domingo 18 de enero de 2015


“SEGUIR A JESÚS, UNA AVENTURA QUE TRANSFORMA LA VIDA”

La semana pasada, la liturgia nos presentó a Jesús el Amado y el Elegido de Dios, como aquel que se sumerge plenamente en su Padre para iniciar un ministerio de salvación. Hoy nos invita a entrar en su seguimiento como discípulos en su Escuela de santidad. Reflexionemos  con las lecturas de hoy en cuáles son los pasos para este proceso. Palabra de Dios.
PRIMERA LECTURA
1SAMUEL 3,3B-10.19

“Habla Señor, que tu siervo escucha”
En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió: "Aquí estoy." Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: "Aquí estoy; vengo porque me has llamado." Respondió Elí: "No te he llamado; vuelve a acostarte." Samuel volvió a acostarse. Volvió a llamar el Señor a Samuel. Él se levantó y fue donde estaba Elí y le dijo: "Aquí estoy; vengo porque me has llamado." Respondió Elí: "No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte." Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor.
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel, y él se fue donde estaba Elí y le dijo: "Aquí estoy; vengo porque me has llamado." Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho, y dijo a Samuel: "Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: "Habla, Señor, que tu siervo te escucha."" Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y le llamó como antes: "¡Samuel, Samuel!" Él respondió: "Habla que tu siervo te escucha." Samuel crecía, y el Señor estaba con él; ninguna de sus palabras dejó de cumplirse. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El libro de Samuel nos presenta la infancia del joven Samuel en el templo al cual fue consagrado por su madre en virtud de una promesa. El niño duerme, pero una voz lo llama. Creyendo que es la voz de su maestro Elí, con ingenua obediencia se levanta el niño tres veces en la noche acudiendo a su llamado. Samuel no conoce aún a Yahvé, pero sabe de la constancia en la obediencia, y sabe acudir al llamado, una vez más, aun cuando en las primeras ocasiones le parecía haberse despertado en vano. Elí comprendió que era Yahvé quien llamaba al niño y le enseñó entonces a crear la actitud de escucha: “Habla señor, que tu siervo escucha”.
Vemos en esta lectura el primer paso del proceso de seguimiento, es saber escuchar la voz de Dios que habla en lo interior y llama a seguirle. Samuel no conocía al Señor, pero Dios comenzó a llamarlo por su propio nombre porque quería hacerlo suyo y entregarle una misión a favor del pueblo.
La vida actual está llena de ruido, palabras que van y vienen, mensajes que se cruzan y con frecuencia los seres humanos perdemos la capacidad del silencio, la capacidad de escuchar en nuestra interioridad la voz de Dios que nos habita. Dios puede continuar siendo aquel desconocido de quien hablamos o a quien afirmamos, creer pero con quien pocas veces nos encontramos en la intimidad del corazón, para escuchar contemplativamente.
Este texto sobre Samuel niño se ha aplicado muchas veces al tema de la “vocación”,  la voz del Señor se hace llamada y vocación en nuestra  vida y Samuel nos enseña a estar atentos, disponibles, con un corazón generoso y unos oídos abiertos, porque somos siervos del Señor. Pero el Señor sigue hablando hoy, en su Palabra, por sus signos, por los acontecimientos de la historia, por los hermanos…..Preguntémonos hoy : ¿Qué capacidad de escucha tengo yo ahora? ¿He encontrado mi verdadera vocación, he encontrado  la verdadera  razón de mi propia vida, he encontrado  el amor de mi vida?, ¿La Causa por la que  vibro y vivo? (que siempre es, a la vez, una causa por la que incluso merece la pena morir?).
SALMO RESPONSORIAL: 39
R./Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio. R.

Entonces yo digo: "Aquí estoy como está escrito en mi libro
para hacer tu voluntad."
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R.

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios;
Señor, tú lo sabes. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
La primera parte de este salmo es un canto de alabanza a Dios por haber experimentado su ayuda, lo que obliga al creyente a proclamar lo que Dios ha hecho con él. La según parte es la petición de ayuda de un justo perseguido. La carta a los Hebreos (10, 5-7) aplica los versos 6,7, y 8 a Cristo, su obediencia es el sacrificio perfecto que supera los antiguos sacrificios. Él nos muestra la fidelidad y el poder salvador de Dios. 

SEGUNDA LECTURA
1CORINTIOS 6,13C-15A.17-20

“Vuestros cuerpos son miembros de Cristo”
Hermanos: El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor, para el cuerpo. Dios con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros.
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor es un espíritu con él. Huid de la fornicación. Cualquier pecado que cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca en su propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios. No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo! Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Pablo, en su carta a los corintios, nos recuerda que el cuerpo es templo, y que toda nuestra vida está llamada a unirse a Cristo, por lo que es necesario discernir en todo momento, qué nos aleja y qué nos acerca al plan de Dios. Porque la relación con Dios, no hace referencia solamente a nuestra experiencia espiritual sino a toda la vida: el trabajo, las relaciones humanas, la política, el cuidado del cuerpo, la sexualidad... En todo momento en cualquier situación debemos preguntarnos si estamos actuando en unidad con Dios y en fidelidad a su plan de amor para con todo el mundo.

Aquí saltamos al tercer paso del seguimiento que es acoger a Jesús en nuestra vida, en nuestro corazón y en nuestro cuerpo y persona y hacerlo santuario vivo donde el Señor  habite,  donde dirija nuestras acciones, tome posesión plena y comprometa nuestra vida.  

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 1,35-42

“Vieron dónde vivía y se quedaron con él”
En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: "Éste es el Cordero de Dios." Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: "¿Qué buscáis?" Ellos le contestaron: "Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?" Él les dijo: "Venid y lo veréis." Entonces fueron, y vivieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: "Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)." Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)." Palabra de Dios.
REFLEXIÒN
En el evangelio de hoy, Juan nos relata el encuentro de Jesús con los primeros discípulos que elige. Dos discípulos de Juan escuchan a su maestro expresarse sobre Jesús como el “cordero de Dios”, y sin preguntas ni vacilaciones, con la misma ingenuidad que el joven Samuel que hemos contemplado en la primera lectura, «siguen» a Jesús, es decir, se disponen a ser sus discípulos, lo que conllevará un cambio importante para sus vidas. El diálogo que se entabla entre ellos y Jesús es corto pero lleno de significado: “¿Qué buscan?”, “¿Maestro donde vives?”, ”Vengan y lo verán”. Estos buscadores desean entrar en la vida del Maestro, estar con él, formar parte de su grupo de vida. Y Jesús no se protege guardando las distancias, sino que los acoge sin trabas y los invita nada menos que a venir a su morada y quedarse con él.
Es aquí donde vemos el segundo paso del seguimiento que consiste en ir tras Jesús y aceptarlo como Maestro de vida. Los dos discípulos de Juan el Bautista escuchan el testimonio que Juan les da sobre Jesús y van tras él. Pero Jesús clarifica la opción (la búsqueda) e invita a un encuentro transformante con él, el ir tras de Jesús, supone una salida de sí, un éxodo, un dejar comodidades, esquemas, costumbres y estilos de vida. El ver a  Jesús y su forma de vivir propone toda una experiencia, un sumergirse en Él, en su palabra, en su amor, en su misericordia. La experiencia de Jesús implica esfuerzo y sacrificio, pero es, ante todo, un regalo maravilloso de Dios. Los discípulos “fueron, vieron” y se quedaron con Él, el encuentro vivo con Jesús fascina, conquista, convence y compromete.  Para que nuestra experiencia sea madura y transformante hay que saber permanecer en él, perseverar con esfuerzo, en medio de las luchas, tentaciones y problemas de la vida.
El cuarto paso  es dar testimonio fuerte de Jesús a los demás, como lo hizo Andrés, (Jn 1,40-42), impactado por la experiencia con Jesús, no puede quedarse callado, viviéndolo en su intimidad, por el contrario, va a buscar  su hermano Simón, le comparte la vivencia y lo lleva hasta Jesús. El sabe bien que, así como fue tocado por la palabra y la vida de Jesús, así su hermano será transformado por el Maestro. De hecho, Jesús miró a Simón le llamo por su nombre, le transformó su vida y su misión, lo hizo “piedra” y soporte de la comunidad. Celebremos conscientemente este Domingo asumiendo durante la semana la vivencia de estos cuatro pasos del seguimiento y enseñemos a otros a vivirlos.

ORACIÓN
Señor te pedimos que nos ayudes en nuestro proceso de seguimiento, a recibir,  entender y escuchar  tu  llamado; a  hacer y buscar  tu voluntad y no la nuestra. Ayúdanos a ser verdaderos testigos tuyos, siendo signos de luz y esperanza transformadora para los demás. Amén.


”Permite que Jesús entre en tu mundo, asuma tu historia y abra tu corazón para que puedas conocerlo y seguir sus huellas”

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