jueves, 1 de enero de 2015

Lunes, 05 de Enero de 2015


“DESARROLLEMOS EL AMOR QUE NOS HACE VERDADEROS HIJOS DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
PRIMERA DE JUAN 3,22-4,6

"Guiados por el Espíritu de Dios"

Queridos hermanos: Cuanto  pidamos lo recibimos de él, porque obedecemos y guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y su mandamiento es que creamos en su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros como él nos mandó. Los que obedecen sus mandamientos viven en él, y él vive en ellos. Y en esto sabemos que él vive en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.
Queridos hermanos, no crean ustedes a todos los que dicen estar inspirados por Dios, sino pónganlos a prueba, a ver si el espíritu que hay en ellos es de Dios o no. Porque el mundo está lleno de falsos profetas. De esta manera pueden ustedes saber quién tiene el Espíritu de Dios: todo el que reconoce que Jesucristo vino como hombre verdadero, tiene el Espíritu de Dios. El que no reconoce así a Jesús, no tiene el Espíritu de Dios; al contrario, tiene el espíritu del Anticristo. Ustedes han oído que ese espíritu ha de venir; pues bien, ya está en el mundo.
Hijitos, ustedes son de Dios y han vencido a esos mentirosos, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan de las cosas del mundo, y los que son del mundo los escuchan. En cambio, nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios nos escucha, pero el que no es de Dios no nos escucha. En esto, pues, podemos conocer quién tiene el espíritu de la verdad y quién tiene el espíritu del engaño. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Juan nos exhorta al discernimiento, algo que es extraordinariamente actual, porque siempre necesitamos estar despiertos para no dejarnos confundir, y porque el tipo de engaños que él denuncia están hoy muy vivos, sino pensemos en esa difusa religiosidad que se denomina "Nueva Era".
Los anticristos, los grandes enemigos que denuncia Juan, hablarán de él como de un maestro (uno entre muchos); dirán que es puro, bello, majestuoso, luminoso, pero callarán el misterio que da su sentido más hondo a todos esos elogios: él es de nuestra naturaleza; ha cargado sobre sí nuestros delitos, lo que somos; nos conoce por dentro; ha vencido desde dentro con nuestros conflictos, con nuestros enemigos interiores y ahora nos ofrece no sólo su ejemplo sino su preciosa gracia, sin la cual es imposible vencer.
Es sumamente valiosa por esto la síntesis que nos ofrece este capítulo tercero de la primera carta de Juan: "éste es su mandamiento: que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a los otros" (1 Jn. 3,23). Esta es la vida cristiana: creer y amar.

SALMO RESPONSORIAL: 2
R./ Te daré en herencia las naciones.

Voy a proclamar el decreto del Señor;
el me ha dicho:
"Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.
Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra." R.

Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
La dinastía davídica es para Israel manifestación de una especial providencia de Dios. El escogió a David y a sus descendientes y les prometió bienestar y perpetuidad. Después de la catástrofe nacional (año 587 a. C.), las miradas se volvieron al futuro y se concentraron en la esperanza mesiánica. El nuevo testamento aplica este salmo a Cristo (Hch. 4, 25-26): ve en su persona y en su obra salvadora la plena y perfecta realización de las promesas hechas a David.    

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 4,12-17,23-25

“Vuélvanse a Dios, porque está cerca el reino de los cielos”

Cuando Jesús oyó que habían metido a Juan en la cárcel, se dirigió a Galilea. Pero no se quedó en Nazaret, sino que se fue a vivir a Cafarnaúm, a orillas del lago, en la región de las tribus de Zabulón y Neftalí. Esto sucedió para que se cumpliera lo que había escrito el profeta Isaías: "Tierra de Zabulón y de Neftalí, al otro lado del Jordán, a la orilla del mar: Galilea, donde viven los paganos. El pueblo que andaba en la oscuridad vio una gran luz; una luz ha brillado para los que vivían en sombras de muerte."
Desde entonces Jesús comenzó a proclamar: "Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos está cerca."
Jesús recorría toda Galilea, enseñando en la sinagoga de cada lugar. Anunciaba la buena noticia del reino y curaba a la gente de todas sus enfermedades y dolencias. Se hablaba de Jesús en toda la región de Siria, y le traían a cuantos sufrían de diferentes males, enfermedades y dolores, y a los endemoniados, a los epilépticos y a los paralíticos. Y Jesús los sanaba.
Mucha gente de Galilea, de los pueblos de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la región al oriente del Jordán seguía a Jesús. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN:
El evangelio que leemos hoy nos muestra, de manera sintética, el contenido fundamental del mensaje anunciado por Jesús: Vuélvanse a Dios, arrepiéntanse que está cerca el reino de los cielos; donde los signos más elocuentes de esa cercanía son la sanación de los enfermos y la enseñanza de la Buena Nueva en las sinagogas. Este texto de Mateo, afirma el inicio de la predicación de Jesús haciendo un llamado a la conversión que es la entrega de todo corazón a Dios, especialmente del pueblo escogido, pero sin quedarse en sus limitaciones. Es un mensaje liberador y sanador de carácter universal (no es sólo para Israel, es también para los paganos), por ello se habla de manera simbólica del retiro de Jesús a Galilea, lugar despreciado por los judíos por la presencia de paganos. Y es también del anuncio de la cercanía del reino, el reino que anuncia Jesús se distancia de la concepción judía, en la que se esperaba la venida definitiva y triunfante de Dios y, con él, la transformación total de la realidad temporal del pueblo de Israel; Jesús entiende el reino como la intervención definitiva de Dios en la historia, donde Dios será soberano al final de los tiempos. Sin embargo, para Jesús el reino se hace ya presente en la historia humana, específicamente en su cercanía con los pobres y pecadores y en el anuncio de la Buena Noticia. Todos estamos llamados a ser signos vivos de la presencia de Dios en nuestras comunidades, a través de la solidaridad y del amor fraterno. Seguirlo, como las multitudes de Galilea, Jerusalén, Judea, es la condición primaria para recibir sus dones y participar de su promesa que es vida abundante.

ORACIÓN
Señor, tu presencia todo lo hace grande y maravilloso. Tú que nos conoces acércanos cada día más a ti. Fortalece nuestra fe en tiempos de dificultad y haznos sensibles a tu presencia que libera y transforma. Queremos ser uno contigo, así  como el Padre y Tú son uno en amor, para aprender a  compartir y servir a los que estén o pasen por nuestro lado. Amén


“Que nuestras expectativas nos lleven a buscar algo más allá, que nos ayude a colocar en perspectiva los conflictos del más acá”

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