“MIEMBROS DE LA FAMILIA DE DIOS”
PRIMERA LECTURA
EFESIOS 1, 11-14
“Ya esperábamos en Cristo, y también vosotros habéis
sido marcados con el Espíritu Santo”
Hermanos: Por medio de Cristo hemos heredado también
nosotros, los israelitas. A esto estábamos destinados por decisión del que hace
todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo,
seremos alabanza de su gloria.
Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra
de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en que creísteis, habéis sido
marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de
nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La lectura de hoy muestra cómo Dios acabó la
distancia que había entre un "nosotros" y un "ustedes." Los
del "nosotros" eran los judíos, herederos de las promesas a los
patriarcas y profetas; los del "ustedes" somos los demás, los venidos
del paganismo. Pablo habla como judío y se ubica en el grupo de los que podían
decir ese "nosotros." La novedad es que ese nosotros se ha ampliado
porque los que antes no cabíamos ahí, es decir, los que venimos de razas y
pueblos paganos, ahora sí cabemos. De eso trata la primera lectura.
¿Qué es lo que tenemos en común los que antes
estábamos separados? Antes existía un pueblo elegido y muchos pueblos, los
paganos, que parecíamos excluidos. ¿Cómo pudo cambiarse este estado de cosas?
Ha sido cambiado porque todos hemos sido sellados con el mismo Espíritu Santo.
Ello ha podido suceder porque una misma fe nos ha reunido en la confesión de un
mismo Señor y Salvador, Jesucristo.
La maravilla que Pablo no se cansa de contemplar,
meditar y predicar en su Carta a los Efesios es que Dios tenía un plan
maravilloso que podía, por una parte, colmar las esperanzas del pueblo de la
antigua alianza, y por otra, llamar a salvación, por sola misericordia a los
que no teníamos ni siquiera una esperanza. ¡Grande es el amor de Dios!
SALMO RESPONSORIAL: 32
R. / Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como
heredad.
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R.
Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres. R.
OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Este es un canto de alabanza a Dios por su poder
manifestado en la creación, en el gobierno de las naciones, en la ayuda
concedida a su pueblo. El nuevo pueblo de Dios es más extenso que el solo
Israel y tiene motivos más amplios aún para cantar su alabanza, con la humilde
confianza de ser objeto del amor de Dios .
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 12, 1-7
“Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados”
En aquel tiempo, miles y miles de personas se
agolpaban hasta pisarse unos a otros. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose
primero a sus discípulos: "Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea,
con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay
escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digáis de noche se repetirá
a pleno día, y lo que digáis al oído en el sótano se pregonará desde la azotea.
A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a
los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Os voy a decir a quién
tenéis que temer: temed al que tiene poder para matar y después echar al
infierno. A éste tenéis que temer, os lo digo yo. ¿No se venden cinco gorriones
por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de vuestra
cabeza están contados. Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación entre
vosotros y los gorriones." Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN
La enseñanza de Jesús insiste en tres temas.
Primero, frente a los fariseos que sobrevaloran su propia doctrina y desprecian
incluso lo bueno de otros grupos religiosos, Jesús destaca que es mejor ser que
parecer. No es suficiente con aparecer como justo, sino actuar en coherencia
con las exigencias de la justicia. Segundo, el temor de Dios no es en la Biblia
un miedo hacia él, sino un reconocimiento de su poder para afirmar la vida, en
particular cuando está amenazada por la violencia humana. El cristiano debe ser
consciente de la presencia del mal en el mundo y del poder del maligno para
destruir no sólo el cuerpo, sino también el alma. Y tercero, el cristiano debe
tener presente que la memoria de Dios restaura lo que la historia humana sume
en el anonimato. El conjunto de las enseñanzas nos ayudan a entender cómo se
contraponen los valores del Reino con los de la cultura vigente. Mientras el
mundo actual valora la imagen pública, el evangelio exalta la coherencia
íntima; mientras el pensamiento común minimiza la injusticia, el evangelio
advierte sobre el alcance real de la maldad en el mundo. – ¿Cómo podemos, desde
nuestra identidad cristiana, transformar los anti-valores que gobiernan la vida
social?
ORACIÓN
Amado Padre, fortaleza nuestra ayúdanos a enfrentar
los inconvenientes que podamos encontrar en el camino. No queremos temer,
dudar, ni desfallecer. Que en nuestra vida sintamos que nos proteges y cuidas
como miembros de tu familia. Abre nuestros ojos, oídos, mente y corazón, para
estar atentos (as) y vigilantes a aquello que nos pueda apartar de Ti. Que tu
Palabra se convierta en lámpara y alumbre nuestro caminar. Amén.
“Vayamos
con seguridad por los caminos del mundo, sabiendo que todo está bajo la mirada
de Dios”
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