miércoles, 1 de octubre de 2014

Martes 28 de Octubre de 2014


Santos Simón y Judas Tadeo

“ELEGIDOS PARA SER REPRESENTANTES”

PRIMERA LECTURA
EFESIOS 2,19-22

“Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles”

Hermanos: Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se ha levantado hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Simón y Judas son los Apóstoles menos conocidos, menos mencionados, de los que menos datos tenemos.  En las listas de los doce aparecen siempre en los mismos lugares, por allá en el décimo o undécimo lugar, sin embargo, sabemos que son tan apóstoles como aquellos que aparecen con más frecuencia o con más claridad; tan apóstoles como Pedro, Juan, Mateo, Pablo.
Hoy la primera lectura nos invita a reflexionar el lugar que tienen los apóstoles como grupo, como  elegidos de Cristo, el lugar que ellos tienen en nuestra fe cristiana.  Cuando pensamos que los apóstoles fueron elegidos por Jesús, pensamos en que él tuvo un propósito, un paraqué. Pero ¿cuál fue su propósito?, el evangelio de Juan en el capítulo 15, nos da una respuesta:  “Yo os he elegido y os he enviado para que den fruto y un fruto que permanece”; ¿pero de qué  manera van a dar fruto,  cuáles van a ser sus recursos, sus estrategias?. Pues  fundamentalmente lo van a hacer a través de la predicación,  como dice el apóstol Pablo en su carta a los Romanos en el capítulo 10, la fe viene de la predicación, esto quiere  decir  que el fruto que van a dar los apóstoles  lo van a dar,  sembrando la semilla de la palabra,  de la predicación, y  a través de su testimonio. Esa palabra que comunican es una Palabra completamente única, es completamente nueva, y la vida que ellos van a comunicar  es de una Vida nueva.  Por eso Jesús decía a Nicodemo es necesario nacer de nuevo, en agua y en espíritu, el que no nace de nuevo no va a ver el Reino de Dios. De lo que se trata es de nacer de nuevo,  porque esta es una  semilla nueva, una semilla  que el mundo no conocía, una palabra que nosotros no podíamos darnos a nosotros mismos. Santo Tomas de Aquino nos dice que además de el ejercicio de la razón  humana es necesaria una palabra distinta una palabra de  revelación. Sin el don de la semilla nueva que traen los apóstoles no podría haber un genuino conocimiento de Dios. Nosotros todos dependemos de esa semilla, nos lo dice hoy el apóstol Pablo en la primera lectura, estamos cimentados sobre el cimiento de los apóstoles, necesitamos de ellos, sin ellos no subsiste nuestra fe, nuestra Iglesia, nuestra fe, no es un resultado de voluntades humanas, de voluntades compartidas, sino que nosotros  dependemos todos  del testimonio de los apóstoles de esa semilla nueva, quiere decir, que no está en nosotros modificar la palabra que recibimos, ni modificar esta iglesia que llega a nosotros como regalo,  la realidad misma de estos hombres elegidos nos muestra que la iglesia es don, que  la iglesia es regalo que únicamente recibiendo y solo  acogiendo a este regalo podemos ser verdaderamente  fieles a Él y podemos  responder al Señor   Es una enseñanza de humildad, también de alegría y gratitud que grande lo que hemos recibido pero que responsabilidad también,  pero no está en nosotros cambiarlo sino agradecerlo y transmitirlo.  

SALMO RESPONSORIAL: 18
R./A toda la tierra alcanza su pregón.

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUéMONOS A SU CONTEXTO
Este salmo hace la alabanza de la revelación de Dios, primero en las obras  de la creación y luego en la Ley, para terminar con una humilde oración. La revelación de Dios tiene su punto culminante en Jesús, Palabra definitiva de Dios, camino, verdad y vida.   

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 6,12-19

“Escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles”

En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que se puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

REFLEXIÓN
Celebramos hoy la festividad de los apóstoles Simón y Judas los cuales son mencionados en el pasaje del evangelio que escuchamos; de ellos no tenemos muchas referencias; sin embargo, lo que cuenta no es qué tanto el Nuevo Testamento se refiere a ellos, sino el hecho de conocer las circunstancias en las cuales son elegidos y la misión para la cual fueron elegidos. Si miramos con atención, nos damos cuenta de que Lucas menciona la elección de los doce casi inmediatamente después del anuncio oficial del proyecto de vida de Jesús en la sinagoga de Nazaret (Lc 4,18-21), y esta elección la hace después de una noche de oración; como quien dice: Jesús es plenamente consciente de que su proyecto evangelizador lo debe hacer en y desde una comunidad, y en segundo lugar, lo hace en plena comunión con su Padre.
El otro detalle que queda bien ilustrado en el pasaje vocacional es el para qué de la elección: si todos los que vienen desde lejos a ver y a escuchar a Jesús, quedan transformados, ante el seguidor de Jesús, también los signos de muerte deben ser transformados en vida; para eso son llamados los apóstoles y para eso fuimos llamados también nosotros desde el día de nuestro bautismo. 

ORACIÓN

Gracias Buen Señor, porque has pronunciado nuestro nombre. Hoy estuvimos en tus labios y en tu corazón. Gracias porque nos has elegido como siervos(as) amigos(as) tuyos(as). Nos ponemos en camino para vivir en tu presencia, con la certeza de que tu Espíritu nos acompaña. Creemos en tu promesa, por eso queremos permanecer fieles a Ti para que nada nos haga temer. Tú eres nuestro amado y nosotros tus pequeños amigos que confían y esperan en Tí. Gracias por llamarnos e invitarnos  a trabajar en tu Reino. Amén

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