domingo, 1 de julio de 2012

Reflexión para el mes de julio

LA GRATITUD ATRAE LA BENDICIÓN


Uno de los síndromes más comunes entre las personas de este siglo es el de la pobre viejecita, de Rafael Pombo: “erase una viejecita sin nadita que comer, sino…. ”. Muchos son como esta pobre viejecita, se quejan que no tienen nada pero lo tienen todo. Personas que se acostumbraron solo a maldecir, pedir quejarse, llorar por lo que no tienen y, sobre todo, a andar envidiando a otros por lo poco que tienen;

muchos lloran porque no tienen un traje nuevo pero tienen doscientos en su closet hermosos y listos para ser usados. Quien sufre de este síndrome no puede ser feliz porque para serlo se necesita valorar, agradecer, aceptar y gozar de lo que se tiene y se es.

Me duele ver cómo muchos desperdician la vida quejándose, cuando tienen los talentos o dones que requieren para construir un proyecto solido que los satisfaga. No es posible que por estar viendo lo de los otros, dejemos que los nuestros se acaben y se destruyan; por estar mirando lo que me hace falta no me doy cuenta de todo lo que tengo. Tenemos que ser capaces de darle a cada situación el lugar y el tamaño que tienen, no podemos dejar que la vida siga pasando y se nos distorsione y que la carencia de algo nos haga creer que nada de lo que tenemos sirve.

Es necesario aprender a crecer en medio de las adversidades y carencias, ellas nos dan valor y nos enseñan a dimensionar cada una de las realidades de nuestra vida. Ojala todos podamos aprender a valorar la vida, no necesariamente desde lo material y desde lo útil sino desde lo que da sentido y es significativo para la vida misma.

Hoy no te quejes más, no te compares más con lo que tienen otros, no te lamentes por lo que pudo haber sido y no fue; más bien a partir de este momento, empieza a valorar y agradecer todo lo que tienes, las personas, las cosas, las situaciones por enfrentar en tu vida.

No dejemos que las quejas y la insatisfacción nos hagan vivir amargados y tristes.

Como me has escuchado quizás en muchas veces hoy te lo repito:

¡Atrévete a ser feliz desde ya con lo que eres, tienes y puedes!

No olvides que la gratitud engendra bendición.


Oro por ti y te bendigo en este nuevo mes.

Roberto Zamudio

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