Simón y Judas, apóstoles
“COLABORADORES DEL SEÑOR”
Hoy, en este día en que celebramos a los apóstoles Simón y Judas, los
textos nos invitan conocer y a reflexionar sobre nuestro llamado de servidores
en el nombre de Cristo.
PRIMERA LECTURA
EFESIOS 2,19-22
“Están ustedes edificados sobre el cimiento de los apóstoles”
Por eso, ustedes ya no son extranjeros, ya no están fuera de su tierra,
sino que ahora comparten con el pueblo santo los mismos derechos, y son
miembros de la familia de Dios. Ustedes son como un edificio levantado sobre
los fundamentos que son los apóstoles y los profetas, y Jesucristo mismo es la
piedra principal. En Cristo, todo el edificio va levantándose en todas y cada
una de sus partes, hasta llegar a ser, en el Señor, un templo santo. En él
también ustedes se unen todos entre sí para llegar a ser un templo en el cual
Dios vive por medio de su Espíritu. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
San Pablo está como haciendo unas reflexiones en voz alta sobre lo que
ha sucedido con sus hermanos de raza, es decir, con el pueblo judío. Los datos
son sencillos: son el pueblo elegido. Sin embargo, la mayor parte de ellos no
acepta a Jesús como el Mesías esperado. Jesús es ante todo el cumplimiento de
las promesas de Dios a su pueblo, pero su pueblo lo rechaza. ¿Qué decir? En
esto tiene que haber pecado, pero ¿ese pecado detiene el plan de Dios, o lo
arruina?
El apóstol sigue meditando sin desprenderse de los datos reales y
concretos: la negación de los judíos a creer es en sí misma un hecho lamentable
y triste; eso es innegable. Pero esa negación sirvió para que la predicación se
abriera a los pueblos no judíos, a los paganos. Y lo mismo que verificamos la
triste noticia de la no aceptación de los judíos también tenemos que verificar
que ello fue ocasión de que se manifestara la compasión sobreabundante de Dios
para con los pueblos paganos.
Lo que se observa entonces es que de algo malo salió algo bueno.
Entonces lo malo no significa que Dios ya no es Dios; no significa que Dios no
reine, sino que su modo de reinar se manifestará de otra manera o por otro
camino.
SALMO RESPONSORIAL:
18
R./ A toda la tierra alcanza su pregón.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este salmo hace la alabanza de la revelación de Dios, primero en las
obras de la creación y luego en la ley, para terminar con una humilde oración.
La revelación de Dios tiene su punto culminante en Jesús, Palabra
definitiva de Dios, camino, verdad y vida.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 6,12-19
“Escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles”
En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando
a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos
y los nombró apóstoles: Simón, al que se puso de nombre Pedro, y Andrés, su
hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo,
Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el
traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de
discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de
Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los
atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de
tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos. Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN
El evangelio nos revela tres elementos principales en la misión de
Jesús: la oración, la elección de los doce apóstoles y la sanación de la
multitud enferma. Lucas destaca el tiempo de Jesús para la oración antes de
elegir a sus colaboradores más inmediatos. Jesús es, por excelencia, el
misionero del Padre. Él ha venido a realizar el plan de salvación de Dios para
la humanidad. Pero esa misión no se puede realizar si no hay una relación
profunda e íntima con el Padre. Y es la oración la garantía de esa unidad
indisoluble. Es en este contexto de oración, de comunión con el Padre bueno,
que Jesús elige y llama a sus discípulos (las); de tal manera que el
llamamiento a la misión no es deseo de Jesús sino voluntad del Padre. Enseguida
el texto nos dice que sanó enfermos y liberó a muchos oprimidos por el mal.
Oremos al Señor con plena confianza para que siga llamando a muchos hombres y
mujeres a participar en la misión, mediante una vida de intensa oración y
compromiso evangelizador sin desfallecer.
ORACIÓN
Gracias, Señor Jesús, porque a nosotros también nos has llamado por
nuestro propio nombre para hacernos discípulos(as) y misioneros(as) de tu
evangelio. Ayúdanos a realizar bien la tarea que nos has recomendado. Pon hoy
en nuestros labios tus palabras de vida, pon en nuestro corazón tu amor
misericordioso, pon en nuestra mente la sabiduría de tu Espíritu, pon en
nosotros actuar con la valentía y decisión de tu Espíritu para que
podamos anunciarte a todos. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de
Jaime
Hurtado en su cumpleaños. Amén.
“Que en el
silencio de nuestro corazón escuchemos la voz de Dios que nos llama y acoge
para trabajar por su Reino”
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