domingo, 1 de octubre de 2023

Domingo 01 de Octubre de 2023

 

  

“ESCUCHAR Y PONERSE EN MOVIMIENTO”

 

PRIMERA LECTURA

EZEQUIEL 18,25-28

 

“Cuando el malvado se convierte de su maldad, salva su vida”

 

Así dice el Señor: "Comentáis: "No es justo el proceder del Señor." Escuchad, casa de Israel: ¿es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá." Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

La conversión de aquellos que el sistema religioso considera pecadores debería ser una señal profética con el poder de arrastrar a todos hacia el camino del bien. Sin embargo, esto no es lo que ocurre. Cada sistema religioso organiza sus valores en escalas jerárquicas en las que cuenta más la posición que la propia conciencia. El profeta Ezequiel y el evangelio se refieren a esta terrible realidad: los que se consideran a sí mismos salvados son incapaces de cambiar su manera de pensar para abrirse a la acción de Dios. Los más ilustres representantes de la religión (sacerdotes judíos, fariseos, escribas, etc.) incurren en el pecado de la falsa conciencia religiosa, es decir en la pretensión injustificada de considerarse salvados por sus propios méritos y no por la gracia de Dios.

El profeta Ezequiel llama la atención a su pueblo, envuelto en intrigas, enajenado por las permanentes conspiraciones contra el imperio babilonio. La situación era extremadamente precaria luego de la primera deportación en el año 597 a.c. Los líderes del pueblo habían sido obligados a marchar a tierras extranjeras y vivían en condiciones extremadamente precarias. La situación en Jerusalén era extremadamente volátil. La falta de discernimiento, la manipulación de los sentimientos patrióticos y el oportunismo de los nuevos líderes los dejaban a la merced de una nueva y devastadora intervención de Babilonia como efectivamente ocurrió en el año 587 a.c. En medio de tanta tensión, caos y confusión el profeta hace un llamado a la cordura y al buen juicio. La falsa consciencia religiosa estaba inflando los planes de las autoridades del Templo y de los altos funcionarios de la corte. Se consideraban a sí mismos propietarios de la salvación y personas más allá del ‘bien y del mal’. Ezequiel los llama a la humildad y la honestidad, al servicio al pueblo y a la justicia, pues, en nombre del bien de la patria no cesaban de cometer crímenes e injusticias que contradecían el fundamento jurídico y ético de la alianza de Yahvé con su pueblo. Considerarse a si mismo justo, mientras se comenten las peores atrocidades no es sino un engaño inútil. El bien consiste en el respeto del derecho y en la práctica de la justicia.

 

SALMO RESPONSORIAL: 24

R. /Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

 

Señor, enséñame tus caminos,

instrúyeme en tus sendas:

haz que camine con lealtad;

enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,

y todo el día te estoy esperando. R.

 

Recuerda, Señor, que tu ternura

 y tu misericordia son eternas;

no te acuerdes de los pecados

ni de las maldades de mi juventud

acuérdate de mí con misericordia

por tu bondad, Señor. R.

 

El Señor es bueno y es recto,

y enseña el camino a los pecadores;

hace caminar a los humildes con rectitud,

enseña su camino a los humildes. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este Salmo es un canto a la bondad y el amor de Dios y petición humilde de orientación y enseñanza. El cristiano(a) sabe que el amor de Dios se hizo presente de manera nueva e insuperable en la persona de Jesús. Él es el que debe guiarlo(a) y enseñarle la verdad que conduce a la vida.

 

SEGUNDA LECTURA

FILIPENSES 2,1-11

 

“Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús”

 

Hermanos: Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos guiar por la humildad y considerad siempre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todo el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.

Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

Pablo nos llama la atención sobre aquellos elementos de discernimiento que nos permiten evaluar nuestras prácticas cotidianas a la diáfana luz del amor misericordioso y del servicio solidario.

Pablo nos muestra la misma realidad, desde el interior de la comunidad cristiana. Los creyentes, por sus mismas buenas intenciones, están más expuestos a crearse una falsa conciencia religiosa que los lleve a considerarse superiores a los demás o definitivamente salvados. El único criterio para determinar la autenticidad de las prácticas cristianas es lo que él llama ‘entrañas de misericordia’, o sea, el amor incondicional por aquellas personas excluidas y víctimas de la opresión y la miseria. Para Pablo, los cristianos no se pueden examinar únicamente a la luz de criterios piadosos, sino a la luz de la práctica de Jesús que actuó siempre en el mundo con entrañas de misericordia.

Más allá de una interpretación limitada al contexto judío del momento de Jesús, esta palabra suya puede y debe elevarse a categoría universal y a principio teórico: el de la primacía del hacer sobre el decir, de la práctica sobre la teoría, como lo veremos en el evangelio de hoy,  Un hermano dijo que sí, muy dispuesto, pero sus hechos desmintieron sus palabras: su palabra verdadera, su palabra práctica, fue un no. El otro hermano pareció estar desde el principio fuera del camino de la salvación, por sus palabras negativas e inaceptables; pero a pesar de sus palabras, él de hecho fue a la viña, «hizo» la voluntad del Padre. Decir/hacer, teoría/práctica: el Evangelio está claramente decantado a un lado, sin vacilaciones, en estas disyuntivas.

 

LECTURA DEL  EVANGELIO

MATEO 21,28-32

 

“Recapacitó y fue”

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acerco al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?" Contestaron: "El primero." Jesús les dijo: "Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis." Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

La parábola que hoy nos propone Jesús, denuncia igualmente la falsa conciencia religiosa. La viña es la realidad del mundo, en la que el trabajo siempre es arduo y urgente. A esa viña el Padre envía a sus dos hijos. La respuesta de los dos es ambigua. Sin embargo, sólo el compromiso del que inicialmente se había negado al trabajo nos permite descubrir quién actúo coherentemente. De este modo Jesús denuncia a aquellos dirigentes y a todo el pueblo que públicamente se compromete a servir al Señor, pero que es incapaz de obrar de acuerdo con sus palabras. Actitud que contrasta con aquellos que aunque parecen negarse al servicio, terminan dando lo mejor de sí en la transformación de la viña.

Desde el tema de la justicia que también es el tema central de la liturgia de hoy, la palabra nos invita a reflexionar sobre un Dios que juzga al individuo respecto a sus acciones personales.  En cualquier caso, el Señor no quiere la muerte ni el castigo de sus hijos, sino la vida de todos los seres humanos, por eso desde la vida de su hijo Jesucristo nos invita a hacer una nueva alianza o pacto. Jesús en el evangelio invita a la comunidad a juzgar lo que va a proponerle “¿Qué os parece?”.  Los dos hijos de la parábola tipifican los dos grandes en que se dividía el pueblo de Israel: los justos y los pecadores, pero ambos son considerados como hijos y son objeto del amor del Padre, al tiempo que tienen también necesidad de perdón. La parábola describe dos actitudes contrarias. En primer lugar la que es considerado pecador: su respuesta cortante (“no quiero ir”), que muestra la desobediencia al deber más importante para con  los padres. La segunda actitud el segundo hijo caracteriza a aquellos que se creen justos, sería a aquellos que dicen y no hacen;  los que en el momento decisivo no obedecen. Toda la fuerza de esta parábola esta en el hacer o en el dejar de hacer, que es lo que en definitiva cuenta ante Dios. Son muchos los cristianos que terminan por instalarse cómodamente en su fe sin que su vida sea afectada en lo más mínimo por su relación de compromiso verdadero con Dios. Cuantas veces la vida de los cristianos queda cortada en dos, se organizan y viven como todos los demás a lo largo de los días y el domingo dedican un cierto tiempo a dirigirse a un Dios que está ausente de sus vidas el resto de la semana. Cristianos que se desdoblan y cambian de personalidad según se arrodillen para adorar a Dios o se entreguen a sus ocupaciones diarias, pero Dios no penetra en su vida familiar, en su trabajo, en sus relaciones sociales, en sus proyectos e intereses; en esto muchas veces nos podemos parecer al fariseo de la parábola de hoy. En cambio los publicanos, pecadores y prostitutas, considerados como personas, cuya conversión era dudosa y casi imposible a causa de su clase de vida, en muchos casos, como en el de la parábola, vienen a ser personas más honestas, sinceras y comprometidas en solidaridad con el dolor humano. Hoy debiéramos preguntarnos con sinceridad, ¿Qué significa Dios en nuestro diario vivir? Lo que se opone a la verdadera fe, no es, muchas veces, la incredulidad de muchos, sino la falta de vida y un verdadero testimonio  de los llamados creyentes.      

        

ORACIÓN

Señor, el camino del arrepentimiento cuesta, es más fácil decir sí y no cumplir evadir la tarea, ayúdanos  a ser dóciles a tu Palabra, a tu Espíritu, a tu amor de Padre misericordioso. Queremos ser capaces de salir de nosotros mismos, de las propias seguridades de los encierros en la comodidad, para atender a tu Palabra, para servir a los demás, para hacer vida la comunión, por favor haz que esto sea posible en la vida de cada persona que pase por este planeta. Amén 

 

 

“Dejemos atrás la persona vieja, salgamos de nuestras comodidades y desgastemos nuestra vida por el Reino”

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