domingo, 1 de octubre de 2023

Miércoles 04 de Octubre de 2023

 Fiesta de San Francisco de Asís

 

“ES EL TIEMPO DE TRABAJAR POR EL REINO”

 

PRIMERA LECTURA

NEHEMÍAS 2,1-8

 

“Si a su majestad le parece bien, déjeme ir a reconstruir la ciudad de mis padres”

 

Era el mes de Nisán del año veinte del rey Artajerjes. Tenía el vino delante, y yo tomé la copa y se la serví. En su presencia no debía tener cara triste. El rey me preguntó: "¿Qué te pasa, que tienes mala cara? Tú no estás enfermo, sino triste." Me llevé un susto, pero contesté al rey: "Viva su majestad eternamente. ¿Cómo no he de estar triste cuando la ciudad donde se hallan enterrados mis padres está en ruinas, y sus puertas consumidas por el fuego?" El rey me dijo: "¿Qué es lo que pretendes?" Me encomendé al Dios del cielo y respondí: "Si a su majestad le parece bien, y si está satisfecho de su siervo, déjeme ir a Judá a reconstruir la ciudad donde están enterrados mis padres." El rey y la reina, que estaba sentada a su lado, me preguntaron: "¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás?" Al rey le pareció bien la fecha que le indiqué y me dejó ir. Pero añadí: "Si a su majestad le parece bien, que me den cartas para los gobernadores de Transeufratina, a fin de que me faciliten el viaje hasta Judá. Y una carta dirigida a Asaf, superintendente de los bosques reales, para que me suministren tablones para las puertas de la ciudadela del templo, para el muro de la ciudad y para la casa donde me instalaré." Gracias a Dios, el rey me lo concedió todo. Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

El sencillo relato de la primera lectura de hoy nos permite asomarnos al alma generosa y noble de un hombre que, desde su condición laical, tuvo un papel no pequeño en las iniciativas de reconstrucción de Jerusalén después del destierro a Babilonia. Se llama Nehemías, y da nombre a uno de los libros de la Sagrada Escritura. Para apreciar qué riesgos y qué desprendimientos hubo de asumir el corazón de Nehemías, conviene recordar que la situación de los desterrados, si bien triste desde el punto de vista de la fe, no era ya desesperada en otros aspectos. Es bueno hablar de lo recursivos e ingeniosos que son los judíos, y ciertamente eso no les viene de ayer. Muchos de ellos habían establecido comunidades de mutua ayuda y pequeñas empresas de familia, y empezaban a prosperar, también económicamente, en los mercados más abiertos y nutridos del reino persa donde ahora se encontraban. De hecho, si luego, en los Hechos de los Apóstoles, vemos a Pablo visitar tantas sinagogas es sólo porque las sinagogas mismas fueron el fruto religioso más notable de la "diáspora", es decir, de la "dispersión" judía por las tierras del mediterráneo, que tuvo su episodio más fuerte precisamente con el destierro. Todo esto indica que Nehemías tenía muchas razones para quedarse tranquilo, máxime si pensamos que tenía un puesto sobresaliente en la corte del rey: era el "copero mayor", cargo que indica una extraordinaria confianza, en dos sentidos: el copero era el que mejor conocía los gustos del rey, y además, era el que protegía la vida del rey frente a envenenamientos siempre posibles.

Nehemías, pues, pone por encima su amor a las ruinas de Jerusalén. Nos hace recordar el drástico juramento de aquel salmo: "¡Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no te pongo, Jerusalén, por encima de mi propia alegría!" (Sal 137,6). ¡Eso fue lo que hizo Nehemías: puso a Jerusalén por encima de su propia alegría! Estaba triste, teniendo aparentemente todas las razones para sentirse feliz; estaba desolado... porque Jerusalén estaba asolada. Este género de amor, que llega hasta el dolor por el amado, tiene mucho que enseñarnos. Cuando las cosas nos van bien, nuestra Jerusalén, según enseña san Pablo, es libre y es del cielo (Gál 4,26). La prosperidad de que gozamos puede hacer que no nos haga falta el cielo y que hagamos de esta tierra un absoluto. Obrando al revés de lo que hizo para ejemplo nuestro Nehemías, nos quedamos sirviendo copas a los reyes y príncipes de esta tierra, y nos regodeamos en los placeres y éxitos que vamos logrando, y simplemente se nos olvida de dónde venimos.  Pidamos, pues, al Señor que nos regale la fidelidad y la audacia de Nehemías, para permanecer en la brecha, para no dar la espalda, para arriesgar algo y todo por la gloria del  Señor, "porque todos somos del mismo Padre: tanto los consagrados como el que los consagra”.

 

SALMO RESPONSORIAL: 136

R./ Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.

 

Junto a los canales de Babilonia

nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;

en los sauces de sus orillas

colgábamos nuestras cítaras. R.

 

Allí los que nos deportaron

nos invitaban a cantar;

nuestros opresores, a divertirlos:

"Cantadnos un cantar de Sión." R.

 

¡Cómo cantar un cántico del Señor

en tierra extranjera!

Si me olvido de ti, Jerusalén,

que se me paralice la mano derecha. R.

 

Que se me pegue la lengua al paladar

si no me acuerdo de ti,

si no pongo a Jerusalén

en la cumbre de mis alegrías. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este salmo es un recuerdo de los tiempos del destierro, después de la destrucción de Jerusalén, y súplica a Dios para que castigue a los opresores El amor a la iglesia, comunidad pueblo de Dios, debe hacernos solidarios(as) con sus alegrías y sus penas.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 9,57-62

 

“Te seguiré adonde vayas”

 

En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, le dijo uno: "Te seguiré adonde vayas." Jesús le respondió: "Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza." A otro le dijo: "Sígueme." Él respondió: "Déjame primero ir a enterrar a mi padre." Le contestó: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios." Otro le dijo: "Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia." Jesús le contestó: "El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios." Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

¡Alabado sea mi Señor por todo lo creado! Estas palabras de júbilo y alabanza brotaron de los labios de un joven caballero, rey de la juventud de Asís, que abandonó todo ostento y vanagloria por seguir a su enamorada la dama …pobreza… Efectivamente, Francisco, cuya fiesta celebramos hoy. Este hombre junto con otros jóvenes fue capaz de revolucionar el mundo de entonces, de plantear profundos cambios a una Iglesia que se derrumbaba por su pérdida de horizonte. A él sí que le vienen las palabras del evangelio de hoy: lo dejó todo, familia, riqueza, comodidad, fama, futuro promisorio por querer vivir el evangelio “sin glosas” sin acomodos ni domesticaciones. Qué desafío para nosotros hoy… cuando parece que hemos perdido la pasión por el Reino, el desprendimiento de ataduras que impiden vivir a plenitud el evangelio del Nazareno. Necesitamos un rostro de Iglesia renovado, rejuvenecido que le devuelva el sabor a la vida y la esperanza a los afligidos y empobrecidos. Oremos por nosotros, por todos los que quieren vivir en evangelio como Francisco. 

 

ORACIÓN

Señor nos llamas a dejarlo todo, a no mirar atrás, a ponerte en el primer lugar, que a la manera de Francisco de Asís te sigamos, ayúdanos a tomar  su ejemplo, que su testimonio impacte nuestras vidas; y que sea  tu Espíritu el que nos guíe y fortalezca para vivir a plenitud tu evangelio. Amén.

 

“Ayudemos a dar esperanza al que nada tiene y a mover el corazón de quien tiene mucho”

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