domingo, 1 de mayo de 2022

Miércoles 11 de Mayo de 2022

 

“JESÚS ENVIADO DEL PADRE”

 

PRIMERA LECTURA

HECHOS DE APOSTOLES 12,24-13,5

 

“Apartadme a Bernabé y a Saulo”

 

En aquellos días, la palabra de Dios cundía y se propagaba. Cuando cumplieron su misión, Bernabé y Saulo se volvieron de Jerusalén, llevándose con ellos a Marcos. En la Iglesia de Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el Moreno, Lucio el Cireneo, Manahén, hermano de leche del virrey Herodes, y Saulo. Un día que ayunaban y daban culto al Señor, dijo el Espíritu Santo: "Apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado." Volvieron a ayunar y a orar, les impusieron las manos y los despidieron. Con esta misión del Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí zarparon para Chipre. Llegados a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos, llevando como asistente a Juan. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

Hechos de los Apóstoles relata el inicio de los grandes viajes misioneros que condujeron a Pablo de las periferias hacia la ciudad de Roma, el corazón del imperio romano. Fueron viajes difíciles, largos, peligrosos; sin embargo, nadie podía detener la difusión de la Buena Noticia del Evangelio porque se trataba de palabras de vida y esperanza, junto a la promesa de Salvación. El Espíritu Santo es quien elige a Bernabé y Saulo para esta primera misión, de modo que cuentan con su fuerza y asistencia, así como Jesús se los había prometido. Actualmente muchos de los mensajes que escuchamos en las predicaciones no parecen tan inspirados, especialmente cuando no nos invitan al compromiso transformador y liberador de la realidad. En cambio, los profetas del Antiguo Testamento se transforman en “boca” de Dios que denuncia las injusticias con valentía. Necesitamos ser verdaderos oyentes y servidores de la Palabra que iluminen con el ejemplo, la vida del mundo. ¿Cómo nos preparamos o disponemos para escuchar la voz de Dios?

 

SALMO RESPONSORIAL: 66

R. / Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

 

El Señor tenga piedad y nos bendiga

ilumine su rostro sobre nosotros;

 conozca la tierra tus caminos,

 todos los pueblos tu salvación. R

.

Que canten de alegría las naciones,

 porque riges el mundo con justicia,

riges los pueblos con rectitud

y gobiernas las naciones de la tierra. R.

 

Oh Dios, que te alaben los pueblos,

que todos los pueblos te alaben.

 Que Dios nos bendiga; que le teman

 hasta los confines del orbe. R.

 

LECTURA DEL EVAMGELIO

JUAN 12,44-50

 

“Yo he venido al mundo como luz”

 

En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando: "El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las cumpla yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, ésa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo lo hablo como me ha encargado el Padre." Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Fiel a su estilo, el evangelista condensa enseñanzas de Jesús. Acentúa la estrechísima relación que existe entre él y el Padre, la que describe como de “identidad total” de manera que, creer en Jesús es creer en el Padre y verle es ver al Padre. Jesús ha vivido de una manera tan radical su condición filial que se identifica con el Padre plenamente. Como portador de su vida, tiene por misión hacer resplandecer esa vida en aquellos que crean en él. Palabra y vida se identifican en Jesús de manera que su Palabra es su vida y viceversa. Por encargo del Padre, ha recibido esa Palabra para darla a conocer y que sea creída. Los que quieran seguirle han de escucharla y ponerla en práctica; lo contrario es auto-excluirse de la vida de la que es portadora. En la acogida o rechazo de su Palabra está en juego la misma vida de Dios de la que es portador y facilitador, de manera que quien le acoge posee esa vida, y quien le rechaza la desprecia. Su misión es comunicarnos la misma vida del Padre, aunque eso no suprime la libertad humana por la que se le puede rechazar. ¿Vivimos nuestra condición con el Padre con la misma convicción con que Jesús vivió la suya?

 ORACIÓN

Señor que en nuestra vida, en nuestro caminar diario, tengamos presente que la vida cristiana sin oración primero y acción después no tiene sentido. Ayúdanos a ser hombres y mujeres orantes, cercanos a ti, a tu voz, a tu corazón, a tu voluntad; y prepáranos para luego salir a construir tu Reino, sobre todo entre los más débiles y necesitados.  Amén

 

“La luz de Cristo cambia nuestra manera de ver las cosas”

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