viernes, 1 de noviembre de 2019

Martes 26 de Noviembre de 2019


“LA PALABRA DE DIOS SE REVELA EN LENGUAJE HUMANO”

PRIMERA LECTURA
DANIEL 2,31-45

“Dios suscitará un reino que nunca será destruido, sino que acabará con todos los demás reinos”

En aquellos días, dijo Daniel a Nabucodonosor: "Tú, rey, viste una visión: una estatua majestuosa, una imagen gigantesca y de un brillo extraordinario; su aspecto era impresionante. Tenía la cabeza de oro fino, el pecho y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, las piernas de hierro y los pies de hierro mezclado con barro. En tu visión, una piedra se desprendió sin intervención humana, chocó con los pies de hierro y barro de la estatua y la hizo pedazos. Del golpe, se hicieron pedazos el hierro y el barro, el bronce, la plata y el oro, triturados como tamo de una era en verano, que el viento arrebata y desaparece sin dejar rastro. Y la piedra que deshizo la estatua creció hasta convertirse en una montaña enorme que ocupaba toda la tierra.
Éste era el sueño; ahora explicaremos al rey su sentido. Tú, majestad, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha concedido el reino y el poder, el dominio y la gloria, a quien ha dado poder sobre los hombres, dondequiera que vivan, sobre las bestias del campo y las aves del cielo, para que reines sobre ellos, tú eres la cabeza de oro. Te sucederá un reino de plata, menos poderoso. Después un tercer reino, de bronce, que dominará a todo el orbe. Vendrá después un cuarto reino, fuerte como el hierro. Como el hierro destroza y machaca todo, así destrozará y triturará a todos. Los pies y los dedos que viste, de hierro mezclado con barro de alfarero, representan un reino dividido; conservará algo del vigor del hierro, porque viste hierro mezclado con arcilla. Los dedos de los pies, de hierro y barro, son un reino a la vez poderoso y débil. Como viste el hierro mezclado con la arcilla, así se mezclarán los linajes, pero no llegarán a fundirse, lo mismo que no se puede alear el hierro con el barro. Durante ese reinado, el Dios del cielo suscitará un reino que nunca será destruido ni su dominio pasará a otro, sino que destruirá y acabará con todos los demás reinos, y él durará por siempre; eso significa la piedra que viste desprendida del monte sin intervención humana y que destrozó el barro, el hierro, el bronce, la plata y el oro. Éste es el destino que el Dios poderoso comunica a su majestad. El sueño tiene sentido, la interpretación es cierta." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Nabucodonosor, rey de Babilonia, tuvo un sueño que no pudo ser interpretado por ninguno de los sabios de su corte. Entonces, cuando da la orden de que todos los sabios sean ejecutados, aparece en escena Daniel que, lleno de la sabiduría de Dios, adivina e interpreta el sueño del rey. Los materiales con que está hecha la estatua y la interpretación que se hace en ella está en relación con cuatro etapas de la historia antigua, en las que se sucedieron cuatro imperios poderosos. El oro, metal más valioso, representa el imperio babilónico más poderoso; a éste le seguirá uno de plata, el de los medos; luego otro de bronce, el de los persas; y finalmente, uno de hierro y otro de barro, que representan a Asiria y Egipto, donde se concentró el imperio griego. En este último se detiene más el autor del libro de Daniel, porque es el que están padeciendo los judíos cuando se escribe el libro, y está representado en el rey Antíoco Epífanes. Esta gran mole, sin embargo, es derribado por una simple esquirla desprendida de una gran roca, que representa el Reino de Dios.
Muchos imperios e ideologías se han ido sucediendo a lo largo de la historia. Así como nacen en algún momento caen, porque tienen pies de barro. Esto debería hacernos más humildes, evitando la tentación de poner demasiado entusiasmo en alguna institución o en algún ídolo. Y lo mismo habría que decir de nosotros mismos, que también tenemos pies de barro y somos frágiles: no podemos confiar demasiado en nuestras propias fuerzas. Todo es caduco, Cristo es el único que permanece: ayer, hoy y siempre.
INTERLECCIONAL: DANIEL 3,57-61
“Ensalzadlo con himnos por los siglos”.

Criaturas todas del Señor,
bendecid al Señor. R.

Ángeles del Señor: bendecid al Señor. R.

Cielos, bendecid al Señor. R.

Aguas del espacio, bendecid al Señor. R.

Ejércitos del Señor, bendecid al Señor. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
El salmo que tomamos hoy, también es del libro de Daniel, ésta oración nos trae una pregunta existencial: ¿Quién puede dejar de alabar el Santo Nombre de Dios?, es decir, que sólo alguien que no es capaz de ver, de percibir la realidad como es, de reconocer y valorar las bendiciones, sólo ese alguien con ceguera espiritual, podría en su dureza de corazón dejar de reconocer la acción maravillosa de Dios en la historia. El Señor lo creo todo para convertirlo en una continua alabanza de su Santo Nombre.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 21,5-11

“No quedará piedra sobre piedra”
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: "Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido." Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?" Él contestó: "Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida. Luego les dijo: "Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El Templo de Jerusalén era un lugar santo y motivo de orgullo para todos los judíos. Era un símbolo de tiempos mejores, en que Jerusalén era la ciudad sede del reino de Israel. La riqueza del recinto alimentaba los sueños mesiánicos del regreso a la monarquía, a la grandeza de la época del rey David. Ante el anuncio de destrucción, los discípulos no parecen asustarse y más bien preguntan: “¿cuándo?” Presuponen que ahora sí Dios intervendrá para cambiar la historia por obra del Mesías esperado. Jesús les advierte que no ha llegado la hora y que no crean en falsos mesías. Él es el único y verdadero Mesías. Pero Jesús no es un Salvador poderoso en armas para luchar contra los dominadores romanos, como muchos esperaban. Jesús es un Mesías diferente: Él es un servidor, al estilo del Siervo Sufriente anunciado por el profeta Isaías (Is 52,13-53,12) ¿Sabemos reconocer al verdadero Salvador? ¿Nos dejamos llevar por falsos predicadores que ofrecen una solución mágica para nuestros problemas? 


ORACIÓN
No sabemos cuando vuelvas Señor Jesús, no conocemos la fecha, ni el modo en que acontecerá tu llegada, nadie en este mundo puede señalar ese momento. Sin embargo te esperamos con ansias y anhelamos este momento en que nos dirás, vengan siervos y amigos fieles, pasen a disfrutar del banquete de su Señor. Permite que estemos preparados, Buen Señor hasta poder disfrutar contigo de ese hermoso día. Amén. 

“Estemos atentos(as) a los signos de los tiempos que acontecen en la historia”

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