San
Esteban
“DARÁN TESTIMONIO DE MÍ”
PRIMERA LECTURA
HECHOS 6,8-10;7,54-60
“Veo
el cielo abierto”
En aquellos días, Esteban, lleno
de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo.
Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene,
Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban
hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Oyendo estas
palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban,
lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a
Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: "Veo el cielo abierto y al Hijo
del hombre de pie a la derecha de Dios." Dando un grito estentóreo, se
taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo
empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando
sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear
a Esteban, que repetía esta invocación: "Señor Jesús, recibe mi
espíritu." Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: "Señor, no les
tengas en cuenta este pecado." Y, con estas palabras, expiró. Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN
Entre el día de ayer y el de hoy se dan inmensos contrastes. Ayer
celebrábamos un nacimiento; hoy recordamos una muerte. Ayer se proclama la paz
en cánticos del cielo; hoy un alud de insultos y pedradas que ejercen violencia en la tierra. Ayer nos
hemos gozado viendo el triunfo del amor; hoy parecieran imponer su lenguaje la
intransigencia y el odio.Más hay también nexos profundos entre ambas celebraciones.
La muerte de Esteban no es otra cosa que un nacimiento, un nacer para el cielo,
y lo dice Estebán: “veo los cielos abiertos”. "nació Cristo en la tierra
para que Esteban pudiera nacer para el cielo".
Además, la paz de la Navidad, según comentábamos en otra ocasión, no
es ausencia de problemas sino superación interior del poder tiránico que los
problemas quieren tener sobre nosotros. De acuerdo con ello, no están distantes
la paz de la Navidad, en medio de tantos sinsabores, y la paz del martirio de
Esteban, en medio de tantos insultos y piedras. Finalmente, es un mismo amor el
que vence los obstáculos para que Cristo venga al mundo y el que vence las
agresiones que pretenden impedir su reinado en nuestros corazones. El amor hizo
la Navidad; el amor hizo al primer mártir.
SALMO RESPONSORIAL:
30
R. / A tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
Sé la roca de mi
refugio,
un baluarte donde
me salve,
tú que eres mi roca
y mi baluarte;
por tu nombre
dirígeme y guíame. R.
A tus manos
encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal,
me librarás.
Tu misericordia sea
mi gozo y mi alegría.
Te has fijado en mi
aflicción. R.
Líbrame de los
enemigos que me persiguen;
haz brillar tu
rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu
misericordia. R.
OREMOS
CON EL SALMO
En
este salmo hay elementos de petición de ayuda que hace alguien injustamente
perseguido, combinados con la acción de gracias por la liberación concedida. Se
expresa un profundo sentimiento de confianza en el poder y amor de Dios. Las
últimas palabras de Cristo en la Cruz son una cita del v. 6. En Él se cumple
perfectamente la confianza absoluta en el amor de Dios, y en su resurrección se
realiza con plenitud la liberación de la muerte y del mal, prenda y garantía de
nuestra liberación definitiva.
LECTURA DEL
EVANGELIO
MATEO 10,17-22
“No seréis vosotros
los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
apóstoles: "No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los
tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante
gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los
gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo
lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis
vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los
hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os
odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará." Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN
Ayer
gozábamos celebrando la natividad del Señor. Hoy despertamos con la memoria del
primer testigo de sangre del Señor: el protomártir Esteban. Llama la atención
que desde el principio se señale cuál es el destino del discípulo de Jesús. Si
se es coherente, fiel y radical en el seguimiento, el premio es el martirio. En
los Hechos de los Apóstoles se coloca un paralelo entre la muerte de Jesús y el
martirio de Esteban indicando que el discípulo pasa por la misma experiencia
del Maestro. Por supuesto que Mateo subraya las consecuencias de seguir a Jesús
coherentemente. El último versículo es significativo “el que resista hasta el
final participará del plan de salvación”. A lo largo de la historia han sido
muchos hombres y mujeres que han sellado con su sangre su experiencia de fe. En
la historia de América Latina hay rostros que corroboran este don del martirio.
Entre ellos sobresale Monseñor Arnulfo Romero quien dio su vida por la
justicia, la paz y la verdad para su Pueblo Salvadoreño. ¿Reflexionemos, qué nos
dice el testimonio de los mártires en nuestra
vida de fe?
ORACIÓN
Señor como
quisiéramos tener el gran don de darlo todo por tu causa. Ser mujeres y hombres
llenos de gracia del Espíritu y sabiduría, para anunciar y denunciar, como lo
hacían los profetas, lo hiciste Tú, lo hicieron tus apóstoles y hoy lo siguen
haciendo muchos(as) discípulos(as).
Ayúdanos, a quienes aún nos falta tanto el vivir en tu Espíritu, para dar
testimonio aunque nos cueste rechazo, crítica e incluso la vida. Amén
“Que el Espíritu
Santo nos ayude a ser valientes defensores(as) de la verdad”
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