sábado, 1 de diciembre de 2018

Martes 04 de Diciembre de 2018


“LA MISERICORDIA DE DIOS LLEGA CON JESÚS”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 11,1-10

“Sobre Él se posará el Espíritu del Señor”

Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre Él se posará el  Espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará en la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada.  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Jesé es el padre del rey David, cuyo reinado se convirtió en el gran punto de referencia y la medida propia de lo que significa reinar a la manera y al gusto de Dios. En David brilló la fuerza y riqueza interiores de ese "tronco" que es Jesé. El tronco de Jesé se prolongó luego en los hijos y los hijos de los hijos de David, es decir, aquella dinastía que fue anunciada por boca del profeta Natán: "Tu casa y tu reino permanecerán para siempre delante de mí; tu trono será establecido para siempre" (2 Sam 7,16). Este anuncio maravilloso era como la manifestación visible de la presencia de Dios y de su fidelidad inquebrantable. A pesar de las infidelidades de los sucesores al trono de David, Dios una y otra vez mostró que él permanecía y que defendía a su pueblo. Por ministerio de los profetas reprochaba y corregía, aunque siempre sobre la base de una estabilidad: siempre hay y siempre habrá un sucesor al trono. Pasara lo que pasara, el tronco de Jesé seguía mostrándose fuerte y nuevos brotes, es decir, nuevos reyes, presidían en nombre de Yahvé al pueblo de Judá.

El destierro a Babilonia, quizá el acontecimiento más triste y el punto más bajo de todo el Antiguo Testamento, vino a ser la gran contradicción de todo ese esquema. Un rey ultrajado y cautivo, que además muere sin dejar descendencia al trono, significaba simplemente que la profecía y promesa de Natán a David se desplomaban en el vacío. El pueblo siente: Dios ya no está, su palabra ha caído, su alianza se ha terminado, el tronco de Jesé ha quedado mutilado y seco para siempre...Con este contexto nos asomamos a la profecía valiente, que nos presenta Isaías hoy: "saldrá un brote del tronco de Jesé, un retoño brotará de sus raíces" (Is 11,1). Estas palabras muy probablemente fueron anteriores a la catástrofe del destierro, pero eso no las priva del eco impresionante con que debieron retumbar después de los acontecimientos del exilio. Un renuevo... un retoño... un brote... Algo pequeño, casi insignificante, y sin embargo: un anuncio de esperanza, un principio de futuro, un grito de rebeldía contra las fuerzas de la muerte, el desánimo y el fracaso.

SALMO RESPONSORIAL: 71
R. / Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R.

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.

Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol:
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es una oración por el rey de Israel, en la que se idealiza proféticamente su figura como gobernante que implanta la justicia y la paz. El éxito del rey asegura la prosperidad para todo el pueblo. Ya en el judaísmo este salmo fue interpretado mesiánicamente y lo mismo ha hecho la ceremonia cristiana. Cristo es el verdadero rey que establece la justicia y la paz, su Reino es universal.  
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 10,21-24

“Jesús, se lleno de la alegría del Espíritu Santo”

En aquel tiempo, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó Jesús: “Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.” Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: “¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.” Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Jesús exclama con gozo ante la elección hecha por el Padre para revelar a los humildes y sencillos los misterios del Reino. Pero, a su vez, declara que esos mismos misterios se les ha ocultado a los sabios y entendidos. Y Lucas, el evangelista del Espíritu Santo, señala que Jesús está lleno del Espíritu de Dios. Generalmente se suele confundir la sabiduría con la acumulación de conocimientos, que producen poder y prestigio. ¿Cómo es posible que Dios elija a lo débil del mundo para revelar su sabiduría? Comenzando por Jesús, cuyo origen humano procede de la marginalidad y la pequeñez. Sin embargo, él es quien revela o comunica la sabiduría de Dios a la humanidad.
Pero miremos desde la pequeñez, desde la insignificancia, llama la atención cuando los niños se admiran de cosas tan pequeñas que para los adultos no tiene ya valor. Ellos tienen la capacidad de admirarse de una flor, una puesta de sol, un riachuelo, una hormiga... Con el paso de los años nos vamos volviendo adultos y perdemos la capacidad de contemplar las maravillas de Dios manifiestas en pequeñas realidades. Jesús se admira de la revelación del Padre a los pequeños e “ignorantes”. Aquellos que no tienen poder, que no ostentan títulos, que no poseen viviendas, ni autos, ni aparatos lujosos y costosos. Ya lo dice Pablo, Dios se manifiesta en lo que este mundo tiene por basura. Aprendamos, como Jesús, a contemplar y valorar lo sencillo, lo pequeño, lo humilde e insignificante; aquello que tiene poco o ningún valor para esta cultura de la opulencia y el derroche. En este adviento, preguntémonos sinceramente por nuestra sensibilidad frente a lo pequeño que hay a nuestro alrededor. Ahí está lo esencial. ¿Cómo voy a celebrar esta navidad que me permita contemplar la pequeñez de un Dios misericordioso? 

ORACIÓN
Señor hoy oramos para que nos concedas la sabiduría del Espíritu para descubrir la presencia del Reino en lo sencillo y pequeño de este mundo y no en la opulencia, el poder y la riqueza, que no busquemos la sabiduría de este mundo sino tu sabiduría; abre nuestros ojos, nuestra mente, para ser como niños, renuévanos, llénanos de ti, tu amor, tu Espíritu de justicia, de misericordia, de servicio para todos los que  nos rodean, especialmente con los pobres y más necesitados. Amén


“Preparémonos mental y espiritualmente para recibir en nuestro corazón al Hijo de Dios”

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