Vigilia
Pascual en la Noche Santa
Esta
es la noche más santa, la Pascua, la del paso de lo viejo a lo nuevo, a la
tierra nueva y al cielo nuevo, la de la creación en Cristo. El cosmos entero se
configura a Cristo, su principio. Cristo muerto y resucitado. Por eso la
liturgia nos inunda de luz, agua, aceite santo, cánticos y aclamaciones, porque
cielo y tierra aclaman la victoria más portentosa de Dios: la victoria sobre la
muerte. ¡Cristo ha resucitado! Esta vigilia es exultante y exuberante de vida
nueva. La victoria de Cristo es también nuestra, desde que decidimos unir
nuestra muerte a la suya para surgir de las aguas bautismales resucitados. Su
vida nueva es nuestra. La vida del Resucitado es la que anima todos los
momentos del creyente. Atrás quedaron sepultados miedos y tristezas:
revistámonos de Cristo. Demos lugar al azoro de la sorpresa, pasmémonos ante lo
inesperado, dejemos que el Creador nos renueve completamente, para ir a
Galilea. Allá será la reunión con todos los discípulos. ¿Dónde queremos que la
palabra creadora de Dios resuene? ¿Qué signos de vida nueva asoman en nuestra
realidad?
Veamos
como las lecturas de hoy nos conducen desde la experiencia de la creación hasta
la tumba vacía, porque Resurrección es agradecer los hermosos dones gratuitos
de Dios que rodean nuestra existencia. Es vivir como el pueblo de Israel, la
experiencia de la salida de la esclavitud a la libertad, una experiencia que
pasa por el contacto con el agua del Mar Rojo y para nosotros por la de las
aguas bautismales; un camino guiado por la columna de fuego y por la nube que
conduce a Israel de la experiencia de muerte a la de la vida.
La
Bendición del fuego nuevo
En
medio de las tinieblas del pecado y de la muerte, la bendición del fuego nuevo
tiene como finalidad proporcionar la llama para encender el cirio pascual, que
representa a Cristo Resucitado. A medida que el cirio avanza se va iluminando
el templo, y de la llama del cirio se van encendiendo las velas de los
presentes en el templo; se disipan las tinieblas cuando se propaga la salvación
a partir del Resucitado. El Cirio Pascual permanecerá todo el año en el templo,
como símbolo memorial de la celebración pascual.
“SE
INAUGURA UN NUEVO DÍA”
PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 1,1-2,2
“Vio
Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno”
REFLEXIÓN
Toda la creación es la obra del
amor de Dios Padre que quiso preparar para el hombre un lugar hermoso y
adaptado a su dignidad de imagen de Dios. Al ser humano le corresponde el
compromiso de continuar y conservar esta creación.
Nos recuerda que toda realidad
humana, todo el mundo como habitación humana es una buena obra de Dios. El
cristianismo no condena aquello que es
humano, ni mira con suspicacia la realidad del mundo. Porque es obra de Dios y Él
vio que “todo era muy bueno”, especialmente el hombre hecho a imagen suya. La pascua no es condenación de la realidad
humana, no es un esperar otro mundo despreciando este, sino un redescubrir la
voluntad de Dios –a menudo estropeada por el hombre. El paso a la mayor vida
que ofrece la Resurrección de Jesús no es negación de lo que llamamos lo
“natural” sino valoración para ir más allá.
SALMO RESPONSORIAL: 103.
R. / Envía tu espíritu, Señor, y
repuebla la faz de la tierra.
Bendice, alma mía, al Señor; ¡
Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.
R.
Asentaste la tierra sobre sus
cimientos,
y no vacilará jamás;
la cubriste con el manto del
océano,
y las aguas se posaron sobre las
montañas. R.
De los manantiales sacas los
ríos,
para que fluyan entre los montes;
junto a ellos habitan las aves
del cielo,
y entre las frondas se oye su
canto. R.
Desde tu morada riegas los
montes,
y la tierra se sacia de tu acción
fecunda;
haces brotar hierba para los ganados,
y forraje para los que sirven al
hombre. R.
Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con
sabiduría;
la tierra está llena de tus
criaturas.
¡Bendice, alma mía, al Señor! R.
OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es un canto de
alabanza a Dios por las maravillas de su acción en la creación, desde el
comienzo y en cada momento. Reconocer la belleza de la creación es reconocer la
sabiduría del Creador. La grandeza de la acción creadora de Dios se perfecciona
en la nueva creación realizada en Cristo y llegará a su término en los nuevos
cielos y la nueva tierra que esperamos.
SEGUNDA LECTURA
ÉXODO 14, 15-15, 1
“Los israelitas en medio del mar
a pie enjuto”
REFLEXIÓN
Los israelitas eran esclavos en
Egipto, eran un pueblo sometido a otro pueblo. Pero Dios vio la miseria y las
penalidades del pueblo, escuchó sus clamores y le abre un camino de salvación
al pueblo esclavo y salva a Israel del poder del faraón. Nos presenta la salida
de Egipto con el paso del Mar Rojo, este texto se describe con un género literario propio, que
caracteriza las narraciones de los orígenes todos los pueblos. Sin el Éxodo posiblemente
Israel, como pueblo, habría desaparecido de la historia.
TERCERA LECTURA
ISAÍAS 54, 5-14
“Con misericordia eterna te
quiere el Señor, tu redentor”
REFLEXIÓN
Este texto canta la fecundidad de
la nueva Jerusalén. Nos muestra al pueblo de Israel que, en el exilio, se
encuentra en una situación como la de una esposa abandonada, el abandono en que
Dios tiene a su pueblo no es más que aparente y “por un instante”, porque Él
mismo va a recobrar a su pueblo “con gran cariño”, ya que le ama con
“misericordia eterna· de la que jamás se echará atrás.
CARTA A LOS ROMANOS
ROMANOS 6, 3-11
“Cristo,
una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más”
Hermanos:
Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su
muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así
como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en una vida nueva. Porque, si nuestra existencia está
unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección
como la suya. Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con
Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres
de la esclavitud al pecado; porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él;
pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere
más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al
pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo
vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. Palabra
del Señor
REFLEXIÓN
El apóstol Pablo nos enseña que
por el bautismo también el cristiano pasa de la muerte a la vida. Ese misterio
pascual de Jesús, misterio de muerte y resurrección es nuestro propio misterio,
porque el cristiano, mediante el bautismo, está muerto al pecado y vivo para
Dios. En Cristo Jesús el cristiano vive el misterio de Cristo muerto y
resucitado cada día en los momentos de tristeza y gozo, de enfermedad y salud,
cuando pecamos y sentimos que Dios Padre nos acoge con misericordia. Lo vivimos
especialmente en los sacramentos. Cada sacramento que recibimos es una
reactualización del misterio Pascual, y esto lo vemos muy clara en el texto de
Romanos que acabamos de escuchar.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 16,1-7
“Jesús Nazareno, el
crucificado, ha resucitado”
Pasado
el sábado, María Magdalena, María la de Santiago, y Salomé compraron aromas
para ir a embalsamar a Jesús. Y muy temprano, el primer día de la semana, al
salir el sol, fueron al sepulcro. Y se decían unas a otras: "¿Quién nos
correrá la piedra de la entrada del sepulcro?" Al mirar, vieron que la
piedra estaba corrida, y eso que era muy grande. Entraron en el sepulcro y
vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de blanco. Y se asustaron. Él
les dijo: "No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado?
No está aquí. Ha resucitado. Mirad el sitio donde lo pusieron. Ahora id a decir
a sus discípulos y a Pedro: Él va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis,
como os dijo." Palabra del Señor
REFLEXIÓN
La
escena del evangelio nos pone ante una realidad teológica completamente
nueva. Algo nuevo ha comenzado. Ha
pasado el día de reposo de los judíos, el día en que Jesús ha reposado, muerto,
en el sepulcro. El primer día de la
semana empieza a despuntar. Las dos mujeres que se habían quedado sentadas ante
el sepulcro ahora vuelven a ir, para ver el lugar donde reposa aquel a quien
habían seguido. De repente, todo cambia,
Dios interviene. El terremoto, el ángel del Señor resplandeciente
extraordinariamente, la piedra gira, los guardias quedan como muertos. Dios
interviene, nadie ve su acción, pero el ángel del Señor, aquel que habla en
nombre de Dios, explica a las mujeres lo que ha pasado. No es en el sepulcro donde
encontrarán a Jesús, el crucificado. La muerte en cruz no ha sido la última
palabra sobre Jesús, su vida, su mensaje. ¡Ha resucitado! Ha empezado algo
nuevo. Jesús continúa siendo el camino a seguir: “Va por delante de vosotros a
Galilea”.
ORACIÓN
Aunque
en la época, muchos seguidores tuyos creyeron que tu vida que iluminaba a cada
paso a quienes más lo necesitaba, se había apagado y tus enemigos cantaban
victorias porque creyeron vencerte, muchos otros mantenían el amor y la
esperanza que les había irradiado tu compartir en el amor y la amistad. Que en
esos momentos de oscuridad y sin salida, nosotros también sigamos creyendo en
ti, no perdamos la esperanza y encontremos la certeza de tu plan de bendición para nuestra
vida, para así vivir plenamente tu Resurrección. Amén.
“La dignidad humana
dañada por habernos separado de Dios, ha sido reconstruida con la fuerza del
amor”
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