jueves, 1 de marzo de 2018

Domingo 04 de Marzo de 2018


“MERCADERES DE LA FE”

PRIMERA LECTURA
ÉXODO 20,1-17

“La Ley se dio por medio de Moisés

En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: "Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen. Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos. No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso. Fíjate en el sábado para santificarlo.  Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, y el mar y lo que hay en ellos. Y el séptimo día descansó: por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él." Palabra de Dios
REFLEXIÓN

Hemos escuchado la proclamación de los mandamientos, pero lo más interesante es la razón que da Dios para que nosotros obedezcamos. Miremos el texto y descubramos por qué Dios pide obediencia: “Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud, esta es la razón: “Yo te he dado libertad”.  Los mandamientos, pues, son caminos de libertad, son la manera que tenemos de no recaer en la esclavitud. Dios nos ha dado los mandamientos para que sigamos siendo libres, para que conservemos la libertad, porque cada una de las cosas prohibida por los mandamientos, es una esclavitud; "no seas esclavo de las cosas, de tus pasiones, de los placeres, de la codicia, de la conveniencia", etc.
Ésta, es la primera enseñanza que nos dan las lecturas de hoy, los mandamientos han sido dados por Dios como un código que quiere preservar nuestra libertad, lo primero que afirma el Señor en esta proclamación de los mandamientos es: “No tendrás otros dioses frente a mí”, “no te harás ídolos”. El gran remedio de la sociedad es la obediencia a Dios, pero al parecer cuesta mucho trabajo que esto sea entendido y obedecido.

SALMO RESPONSORIAL: 18
R. /Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo hace la alabanza de la revelación de Dios, primero en las obras de la creación y luego en la ley, para terminar con una humilde oración. La revelación de Dios  tiene su punto culminante en Jesús, Palabra definitiva de Dios, camino, verdad y vida.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 

SEGUNDA LECTURA
1CORINTIOS  1,22-25

“Predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los hombres, pero, para los llamados, sabiduría de Dios
Hermanos: Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero, para los llamados -judíos o griegos-, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En este mensaje a la comunidad de Corinto, Pablo contrasta las reacciones que provoca el evangelio de Jesús entre griegos y judíos (necedad y escándalo) con los valores que suscitan los creyentes en  Cristo crucificado (fuerza y sabiduría de Dios). Indudablemente que el Evangelio de Jesús es causa de contradicción no solamente para esta comunidad de Corinto que en adelante para todo proyecto de vida eclesial; Jesús muerto y resucitado, pone en cuestión la ley y las tradiciones sobre las que se sostiene la religión judía. Rompe esquemas, desestabiliza estructuras, inaugura novedades inéditas en la forma de relacionarse con  Dios y con los demás.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 2,13-25

“Destruid este templo, y en tres días lo levantaré
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre." Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: "El celo de tu casa me devora." Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: "¿Qué signos nos muestras para obrar así?" Jesús contestó: "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré." Los judíos replicaron: "Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?" Pero hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN

El Evangelio de hoy, nos dice que antes de la Pascua, Jesús sube a Jerusalén y, al ingresar al templo encuentra una serie de situaciones que desdecían e irrespetaban la identidad de la Casa de Dios. Por eso los expulsó a todos, les exhorta:  “¡No sigan haciendo de la Casa de mi Padre un mercado!”El templo se había convertido en “casa del mercado”, donde primaba el dios dinero.

El templo de Jerusalén era  el centro de las instituciones y símbolo de la gloria y el poder de la nación judía, pero había perdido su sentido, se había convertido en un mercado donde se comerciaban animales  para los sacrificios, se depositaban tesoros, era un banco de tributos. Jesús estaba atacando directamente el tributo al templo y, con él, al sistema económico religioso dominante. El templo es para Jesús una empresa que explota económicamente al pueblo. De hecho, el culto proporcionaba enormes riquezas a la ciudad y a los comerciantes, sostenía a la nobleza sacerdotal, al clero y a los empleados.
Al echar a todos afuera del templo con sus ovejas y sus bueyes, Jesús  confronta a las autoridades con el templo, declara la invalidez del culto de los potentados, del que los sacrificios constituían el momento cumbre. Jesús no denuncia solamente,  «el culto que encubre la injusticia», sino que declara infame «el culto que es en sí mismo una injusticia», por ser medio de explotación, pero sobre todo «por ser legitimación religiosa de la injusticia y del crimen». No propone una reforma del culto, sino su abolición. Al expulsar  los bueyes, expulsa la  sociedad tributaria-monárquica ya que el dios Baal de los agricultores cananeos se representaba con un buey. Los latifundistas fueron aliados importantes de Herodes para la consolidación de su poder, y él, como retribución, mantuvo en forma opulenta al templo, por lo que el  templo estaba lleno de bueyes.  La expulsión de las ovejas del templo tiene también un sentido simbólico. Las ovejas son figura del pueblo, encerrado en el recinto donde está condenado al sacrificio. Los dirigentes explotan y asesinan al pueblo, sacrifican y destruyen al rebaño, a cuya costa viven. Jesús no se propone reformar aquella institución religiosa, sino rescatar al pueblo de ella. La acción contra los vendedores de palomas es igualmente de enorme impacto ideológico. Las palomas eran animales  de sacrificio  de menor importancia, pues con ellas los pobres ofrecían sus cultos a Dios; sin embargo el hecho de que sus vendedores hayan sido los únicos a quienes Jesús se dirige y a los que hace responsables de la corrupción del templo, quiere hacer ver la enorme preocupación de Dios por la suerte de los pobres y su enojo por quienes hacen negocio con su pobreza, explotan a los pobres por medio del culto, del impuesto, y del fraude de lo sagrado.
Jesús nos enseña que en el Reino de Dios no se requiere templos sino cuerpos vivos. Éstos son los santuarios de Dios, donde brilla su presencia y su amor, si viven dignamente. Jesús no viene a continuar la línea religiosa tradicional. Vino a proponer una humanidad restaurada a partir del principio de la  vida,  de una vida  con dignidad. Nos recuerda y nos reitera que sobre esta base es posible soñar y construir otra manera de vivir y otra manera de creer.

ORACIÓN
Señor Jesús, ven hoy a nuestra realidad, queremos que  vivas y reines plenamente en nuestra vida, queremos  amarte y glorificarte, queremos seguir construyendo tu obra de gracia y establecer en Ti y los cercanos tu Reino de amor, justicia y paz. Enséñanos a descubrirte  como el verdadero templo, y a hacer de nuestra vida un templo de bendición para los demás. Amén.

“Dios no puede ser el protector de quienes desde la religión tejen intereses y egoísmos”


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