jueves, 1 de marzo de 2018

Miércoles 28 de Marzo de 2018

“¿NADIE ESTA LIBRE DE CULPA?”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 50, 4-9

“No oculté el rostro  a insultos y salivazos”

En aquellos días dijo Isaías: Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor Dios me ha abierto el oído y yo no me he rebelado ni me he echado atrás. Ofrecí la espalda a los que golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. No oculté el rostro a insultos y salivazos. Mi Señor me ayudaba, por eso no me quedaba confundido, por eso ofrecí el rostro como pedernal, y sé que no quedaré avergonzado. Tengo cerca a mi abogado, ¿quién pleiteará contra mí? Vamos a enfrentarnos: ¿Quién es mi rival? Que se acerque. Mirad, mi Señor me ayuda: ¿quién probará que soy culpable?  Palabra de Dios
REFLEXIÓN
Nos toca el tercer canto del Siervo. Observemos en el texto que sigue la descripción poética de la misión del Siervo, y eso sí, cada vez más cargada de oposición y contradicciones. La misión que le encomienda Dios es saber decir una palabra de aliento al abatido. Pero antes de hablar, antes de usar esa lengua de iniciado, Dios le “espabila el oído para que escuche”.  También en este tercer canto   triunfa la confianza en la ayuda de Dios.
El Siervo de Dios ha sido formado por Dios. Tiene lengua de experto (o de "iniciado"). Sabe oír. Percibe el murmullo divino debajo del ruido y las maniobras del mundo. Es valiente y perseverante, no  se acobarda, no se amilana, sabe quién es su Señor porque sabe de quién es siervo.

SALMO RESPONSORIAL: 68
R. /  Señor, que tu bondad me escuche en el día de tu favor.

Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre;
porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R

La afrenta me destroza el corazón,
y desfallezco.
Espero compasión, y no la  hay,
consoladores, y no los encuentro.
En mi comida me echaron hiel,
para mi sed me dieron vinagre.R
.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias.
 Miradlo, los humildes, y alegráos,
buscad al Señor, y vivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es una lamentación de profunda emotividad de alguien que sufre diversas aflicciones y clama a Dios para que lo socorra a él personalmente y a todo el pueblo. Salmo frecuentemente citado en el Nuevo Testamento que lo entiende como referido a Cristo, el justo sufriente por excelencia, que confía plenamente en Dios. 


LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 26, 14-25

“Les aseguro que uno de ustedes me entregará”
En aquel tiempo, uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego? Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua? El contesto: Id a casa de Fulano y decidle: "El Maestro dice: mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos". Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los doce. Mientras comían, dijo: Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar. Ellos consternados se pusieron a preguntarle uno tras otro: ¿Soy yo acaso, Señor? El respondió: El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo el Hombre se va como está escrito de él; pero ¡ay del que va a entregar al Hijo del Hombre!, más le valdría no haber nacido. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: ¡Soy yo acaso, Maestro? El respondió: Así es.  Palabra del Señor

REFLEXIÓN
Continúa la narración de la traición y la entrega de Jesús por parte de Judas. El poder religioso y político se vale de la fragilidad y la ambición humana para alcanzar sus objetivos. La codicia y el deseo de poder encienden el corazón humano y los valores y principios ético-morales más profundos quedan vulnerados. Más allá de la visión fatalista que se le ha dado a la traición de Judas, tenemos que mirarnos en ese espejo para confrontar nuestra vida. ¡Cuántas veces vendemos nuestros principios por un puesto, una prebenda, un ascenso o una condecoración! ¡Cuántas personas, hermanas y hermanos nuestros, han abandonado sus compromisos con los empobrecidos y excluidos, para evitarse conflictos, persecuciones o pérdida de prestigio! Ser coherentes, llegar, de verdad, hasta las últimas consecuencias, no es fácil. Se necesita la gracia de Dios y la fuerza fraterna de la comunidad para no claudicar o desfallecer y no vender los principios a cualquier postor. También al interior de la iglesia se da este fenómeno de ambición de poder y de prestigio. Incluso se llega a sacrificar personas con tal de salvaguardar intereses particulares. Se sacrifica la justicia y la verdad por la conveniencia y la seguridad.
ORACIÓN
Amado Dios cuando se cae en la ambición se pierde el norte y no se puede ver con los ojos del amor y la amistad que comparte la vida. Toma por favor nuestras debilidades y flaquezas y en ese amor que tú nos tienes sanas las heridas de nuestra fragilidad y haznos  discípulos(as) libres, fieles y que busquen siempre enmendar sus errores para ser verdaderos(as) seguidores(as) de tu Evangelio. Amén.

“Nosotros “escuchamos” la Palabra de Dios y “compartimos” su pan, sin embargo, no cambiamos ciertos comportamientos que traicionan la esencia del ser humano”
Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti. Jesús le contesto: ¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces. Palabra del Señor

REFLEXIÓN
Jesús anuncia la traición de Judas y la negación de Pedro. Y también podríamos añadir el abandono de sus discípulos. Estos acontecimientos se dan en el contexto de una cena pascual, fraternal, conmemorativa de la liberación de Israel. Pero más allá de la historia de los hechos, vamos a mirar el significado existencial de los mismos. La actitud de Judas revela una actitud de ambición de riqueza y de poder. Algunos estudiosos dicen que Judas estaría buscando la toma del poder y estaría convencido de que, entregando a Jesús, las masas se iban a alzar en rebelión, y los romanos y sus cómplices serían expulsados. Pero nada de eso pasó, pues las fuerzas ideológicas y represivas actuaron con mayor sagacidad. La actitud de Pedro revela el entusiasmo inicial del seguidor de Jesús que está dispuesto a todo, pero que, a la hora de afrontar las duras consecuencias del seguimiento, se confunde y retrocede.  Todos, de alguna manera, nos sentimos retratados en Judas o en Pedro. A veces somos capaces como Judas de vender hasta las personas, por alcanzar objetivos particulares; o, como Pedro, retroceder ante las dificultades cuando habíamos decidido llegar hasta las últimas consecuencias. Lo cierto es que la fidelidad y la radicalidad son valores muy costosos en el seguimiento de Jesús.

ORACIÓN
Nos sentimos  bendecidos(as) por tu gracia Señor al encontrarnos de nuevo, a través de tu Palabra, cuestionados(as) ante la fragilidad humana que no nos hace santos sino en camino a ser mejores discípulos(as) tuyos(as). Haz amado Padre que siempre estemos atentos(as) a las enseñanzas de tu Hijo  para no caer en la traición y negación de tu proyecto de amor.  Amén.


“Si somos conscientes de que Dios conoce todos nuestros pecados, y aún así promete darnos el perdón, deberíamos tener un corazón lleno de agradecimiento y cercano a Él”

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