“LOS
TESTIGOS ESTÁN AHÍ”
PRIMERA
LECTURA
EXODO
37-14
“Arrepiéntete
de la amenaza contra tu pueblo”
En aquellos días, el Señor dijo a
Moisés: "Anda, baja del monte, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú
sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado.
Se han hecho un novillo de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y
proclaman: "Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto.""
Y el
Señor añadió a Moisés: "Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz.
Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de
ti haré un gran pueblo." Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios:
"¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste
de Egipto, con gran poder y mano robusta? ¿Tendrán que decir los egipcios:
"Con mala intención los sacó, para hacerlos morir en las montañas y
exterminarlos de la superficie de la tierra"? Aleja el incendio de tu ira,
arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo. Acuérdate de tus siervos, Abrahán,
Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: "Multiplicaré
vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he
hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por
siempre."" Y el Señor se arrepintió de la amenaza que había
pronunciado contra su pueblo. Palabra
de Dios
REFLEXIÓN
Esta
lectura nos presenta una escena repetida
en el camino del pueblo por el desierto: el pueblo se aparta de Dios para
buscar ídolos. Esa es una tentación constante de los seres humanos, porque
necesitamos buscar amuletos, fórmulas, dioses y demás que nos sirvan inmediatamente
para solucionar la vida, eso es algo viejo pero actual. Porque nosotros
seguimos teniendo la misma tentación. Buscamos soluciones inmediatas a nuestros
problemas aunque sepamos que son ilógicas, efímeras, superfluas. Por más que
Dios esté mostrando su voluntad, su estadía con nosotros, su presencia
santificadora en nuestras vidas, por más que eso pase, seguimos buscando en
otras realidades lo que el Señor nos da en todo momento.
SALMO
RESPONSORIAL: 105
R./
Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
En Horeb
se hicieron un becerro,
adoraron
un ídolo de fundición;
cambiaron
su gloria por la imagen
de un
toro que come hierba. R.
Se
olvidaron de Dios, su salvador,
que había
hecho prodigios en Egipto,
maravillas
en el país de Cam,
portentos
junto al mar Rojo. R.
Dios
hablaba ya de aniquilarlos;
pero
Moisés, su elegido,
se puso
en la brecha frente a él,
para
apartar su cólera del exterminio. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este
salmo es una alabanza al amor de Dios y reconocimiento de los pecados del
pueblo desde el comienzo hasta una situación actual de miseria. Invocación a la
misericordia de Dios. Al proclamar el amor de Dios, debemos al mismo tiempo
reconocer nuestra miseria e infidelidad. Por eso en el “Padre Nuestro” pedimos
a diario perdón a Dios por nuestras faltas y que nos libre del mal.
LECTURA
DEL EVANGELIO
JUAN
5,31-47
“Hay uno
que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza”
En aquel tiempo, dijo Jesús a los
judíos: "Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es válido. Hay
otro que da testimonio de mí, y sé que es válido el testimonio que da de mí.
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No
es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que
vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros
quisisteis gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es
mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas
obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que
me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni
visto su semblante, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió
no le creéis.
Estudiáis
las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando
testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de
los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros.
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en
nombre propio, a ése sí lo recibiréis. ¿Cómo podréis creer vosotros, que
aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios?
No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés,
en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí,
porque de mí escribió él. Pero, si no dais fe a sus escritos, ¿cómo daréis fe a
mis palabras?" Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Este pasaje es continuación del de ayer. Jesús
habla del testimonio. Él no da testimonio de sí mismo, sino que es el Padre
quien da testimonio de él. Pero ¿qué es el testimonio? Testigo significa hablar
a favor de alguien, confirmar la veracidad de la otra persona; también tiene el
sentido de dar constancia, certificar la autenticidad o idoneidad de la
persona. En el relato de hoy es el Padre mismo quien da testimonio de Jesús. Es
decir, que el actuar de Jesús está plenamente autenticado y legitimado por el
Padre. Por tanto, todo lo que dice y hace Jesús está plenamente “autorizado”
por el Padre, de tal manera que Jesús es la plena transparencia del Padre. Los
fuertes cuestionamientos que Jesús hace contra el proceder de los escribas,
fariseos y sacerdotes proceden del mismo Dios. Esto no lo pueden soportar los
jefes de Israel; por eso buscan la manera de deshacerse de Jesús. Nosotros, cuerpo de Cristo Jesús, partícipes
de su pascua, también deberíamos ser transparencia del mismo Dios, de tal manera
que todo nuestro obrar esté impregnado de la presencia de Dios. Ése es el
trasfondo de la conversión cristiana. Oremos al Señor para que él sea quien
hable en nosotros y por nosotros.
ORACIÓN
Padre Bueno, todo nos habla de Ti, de tu bondad, de
tu misericordia. Todo cuanto existe tiene el sello inconfundible de tu Amor,
Buen Dios. Tú que abriste nuestros ojos a la verdad, haz que nuestra vida
entera refleje que en Ti, está puesta nuestra esperanza. Perdónanos Señor y
ayúdanos para que caminemos bajo tu voluntad. Amén
“Al
aceptar a Jesús y reconocerlo como Salvador, pedimos su gracia para ser
testimonio creíble de su bondad y santidad en todo lo que nos rodea.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Mensaje o Intercesión por: