jueves, 1 de febrero de 2018

FEBRERO 2018


“AÑO NUEVO, CAMBIOS NUEVOS”

Por estos días todavía algunos nos estamos preguntando ¿Qué clase de año será este 2018?, ¿Será mejor que el anterior?, ¿Será lo mismo o peor que el pasado?. Por todos lados siempre se habla de cambios, queremos cambios, anhelamos y soñamos con ellos; cambia la moda, cambian las culturas y tradiciones, hay cambios en el arte, en el deporte, cambios en la farándula, en la política, etc. Por  estos y los próximos días en nuestro país, las campañas políticas utilizan la palabra cambio, evocando el deseo de un país mejor. Todos de una u otra manera queremos cambiar para bien, para mejorar. Pero muchas veces el deseo de cambio se queda en eso, un simple pensamiento o deseo pero no una decisión. Todo cambio de lógica va a producir temor o miedo a fracasar; por eso muchas veces es mejor mantener las cosas como están; nos sentimos más seguros con lo ya conocido y no aventurarnos a las cosas nuevas que puede traer lo desconocido. Además todo cambio es difícil. Todos tenemos cosas que en nuestra vida quisiéramos que fueran diferentes y tal vez hemos tratado de cambiarlas pero no hemos podido y nos hemos rendido porque quisiéramos que esto fuera ya, queremos cambios mágicos e instantáneos,  y esto nunca se va a lograr, porque todo cambio verdadero tiene un  proceso, implica tiempo y  paciencia. Si queremos y decidimos cambiar necesitamos ver claramente: ¿Porqué necesitamos cambiar? Tenemos que descubrir los beneficios del cambio, ¿Por qué  y para qué cambiar?. Le escuche a alguien decir esta afirmación: “Si no está roto no lo arregle”. Sin embargo la mayoría de nosotros(as) sabemos muy bien que hay cosas rotas en nuestra vida, tal vez algunos de nuestros buenos hábitos, costumbres y disciplinas que tuvimos en el pasado, quizás algunas relaciones se están volviendo más dolorosas que placenteras. Es cierto que los demás contribuyen a acrecentar nuestros problemas. Pero excusarnos y quejarnos siempre echándole la culpa a los demás, no nos ayuda para la solución de conflictos en la vida.
En qué momento poder  empezar a pensar en que necesitamos cambios:
Cuando empezamos a vivir situaciones de desencanto, vaciedad, sin sentido a lo que somos y a lo que hacemos, cuando empiezan a surgir preguntas, dudas y palabras negativas como: Estoy cansado de intentar algo diferente, esto ya no me motiva para nada, etc. Hay que ponerle atención a esos vacíos, pérdida de sentido de la vida, porque no solamente nos puede estar acercando a un estado de depresión sino que puede ser la oportunidad para hacer un alto en el camino, reconociendo que no vamos bien así como estamos y que urgentemente necesitamos de un cambio.     
En el evangelio Jesús denominó a ese cambio, NACER DE NUEVO (Juan 3,3-6).
- Nacer de nuevo hace referencia a una nueva relación o vínculo con Dios, conmigo mismo y con los demás.
- Nacer de nuevo es una transformación espiritual, tener una nueva ilusión, un nuevo anhelo y ardor.
- Nacer de nuevo es vivir en una permanente Navidad, que significaría: Una nueva pasión o ardor por la vida, por lo que soy, por lo que tengo, por lo que me rodea.
-  Nacer de nuevo es una nueva manera de sentir, hablar y construir este mundo para que sea mejor.
- Nacer de nuevo es volver a enamorarse o regresar al primer amor. (Apocalipsis 2,4).
Busquemos pidiendo en la oración que el Buen Dios por el nombre de su Hijo Jesús nos habite una y otra vez con la acción de su Espíritu Santo que es por excelencia el motor que genera todo cambio verdadero en la vida.
Bendiciones para este nuevo mes,
Roberto Zamudio   

PROMESA BÍBLICA DEL MES
Es necesario nacer de nuevo para entrar en el  Reino de los Cielos. Juan 3,5

EVANGELIZACIÓN FUNDAMENTAL

PRIMER ANUNCIO (KERIGMA)

La evangelización constituye la misión esencial de la iglesia, su vocación propia, su identidad más profunda.  La Iglesia existe para evangelizar. La gran preocupación pastoral de estos tiempos se dirige con urgencia, a aquellos  y aquellas, que aun habiendo nacido en un continente o país cristiano no han tenido una experiencia profunda de la fe que dicen profesar, ni un encuentro personal con un Dios vivo que transforme sus vidas. Por esto es importante volver a trabajar la evangelización fundamental dentro de la iglesia. Esta debe ser una de las grandes prioridades dentro de la pastoral de la iglesia: recobrar la importancia de la “Evangelización kerigmática o primer anuncio del evangelio”. Esta iniciación cristiana será el punto de partida de nuestras reflexiones de este año. Hay que tener en cuenta que el estilo de evangelización kerigmático no es la puerta de entrada a ninguna asociación o movimiento, simplemente es el camino para llegar a ser cristianos. De esta manera se convierte en la raíz del árbol anterior a todas las espiritualidades que, vendrán después como la ramificaciones de crecimiento posibles de este mismo árbol, que suponen primero la raíz y el tronco para fundamentar el ser cristiano y el ser iglesia antes de pertenecer a alguna rama, asociación, movimiento, congregación o alguna espiritualidad en particular.
Comúnmente a esta clase de iniciaciones kerigmáticas  se le suele llamar seminarios o retiros de iniciación o de vida en el Espíritu. Con este método han sido evangelizados cientos de miles de personas; laicos, religiosas, sacerdotes y obispos. El seminario de vida en el Espíritu es una experiencia plena de evangelización. En el se proclama el amor de Dios, se anuncia de modo claro a Jesús como único Señor y Salvador y se invita a los cristianos a reconocerlo, aceptarle y recibirle en su vida, para así nacer a una vida nueva dinamizada por la acción del Espíritu Santo. El Papa Juan Pablo II hablaba de una “Nueva evangelización”; nueva en su ardor en sus métodos y en su expresión. Este seminario de iniciación responde a esas exigencias de novedad que la iglesia plantea.

OBJETIVOS DE ESTE PRIMER ANUNCIO O KERIGMA    

1.      El descubrimiento progresivo de Dios.
2.      La aceptación personal de Jesucristo.
3.      La apertura a la acción carismática del Espíritu.
4.      El compromiso del cristiano con el hombre y con el mundo.
5.      La formación de la comunidad cristiana.
6.      El convertirme en discípulo misionero del Reino de Dios.
7.      La renovación de los sacramentos de iniciación (Bautismo, Confirmación y Eucaristía)

Precisamente desde este último punto o renovación de los sacramentos continuaremos en el próximo mes el camino de nuestra iniciación cristiana.

ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Una vez más, Señor, estoy aquí delante de ti, para decirte que te amo, darte gracias, alabarte y bendecirte por todo lo generoso y maravilloso que has sido conmigo. Pero también quiero decirte que te necesito, necesito de tu ayuda, de tu bendición. Necesito de tu amor Señor Jesús, para no seguir mendigando cariño y afecto a nadie. Necesito de la fuerza de tu Espíritu para no seguir andando con muletas existenciales que me esclavizan y me hacen dependiente y me manipulan. Necesito de tu perdón para no sentirme culpable y quedar paralizado ante las decisiones que debo tomar. Necesito de tu impulso para superar todas las barreras que la vida pone a mi paso. Necesito de tu compañía para sentir que no estoy solo. Necesito de sanación  para que toda herida y enfermedad  no sean obstáculos para seguir adelante. Gracias porque me haces pensar de nuevo en todo lo bueno que hay en mi ser. Gracias porque me siento con muchas nuevas posibilidades, con esperanzas, con sueños y sobre todo, con la certeza que contigo en mi vida, Señor Jesús podré ser feliz en medio de todas las adversidades y dificultades que la vida pone en mi camino.
Hoy quiero ver el mundo con ojos de amor; quiero ser paciente, misericordioso, humilde, comprensivo y bondadoso. Quiero con la ayuda de tu Espíritu ver detrás de toda apariencia a mis hermanos como tú mismo los ves. Guarda mi lengua de toda palabra que haga daño a los demás que solo los pensamientos que bendigan o edifiquen permanezcan en mí. Revísteme de tu bondad, Buen Señor, y has que durante este día se refleje en bendición para los demás. Amén.

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

Padre Bueno, me acerco de nuevo a ti, para darte gracias, alabarte y bendecirte, por todo cuanto he vivido a lo largo de este día, gracias Señor por tu bondad para conmigo y los míos en esta jornada. Nada más importante que tener a esta hora un encuentro restaurador contigo, recibir de tu amor que lo es todo para mí. Perdona los errores que cometí a lo largo de este día, perdona el mal que hice,  pero también perdona el bien que pude hacer y no hice. Cómo necesito a esta hora ya de la noche  la llenura de tu Espíritu en mi vida, lléname de tu presencia, Señor Jesús; que no haya ningún espacio de mi ser que no sea empapado de tu bendito amor, restaurador, sanador, liberador y misericordioso. Te pido mi Buen Señor, que me hagas capaz de recuperar la paz que pierdo por los errores y equivocaciones de los demás, hazme más paciente y tolerante con ellos.
Coloco mi vida en tus manos, te ofrezco mis sueños y todos los momentos de esta noche, y te pido me conserves en tu bendición y paz. Te amo y en tu presencia siempre quiero reposar. Amén                


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