“SANAR
EL CORAZÓN”
PRIMERA LECTURA
JOB 7,1-4.6-7
“Mis días se consumen sin
esperanza”
Habló
Job diciendo: "El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus
días son los de un jornalero. Como el esclavo, suspira por la sombra, como el
jornalero, aguarda el salario. Mi herencia son meses baldíos, me asignan noches
de fatiga; al acostarme pienso: ¿Cuándo me levantaré? Se alarga la noche y me
harto de dar vueltas hasta el alba. Mis días corren más que la lanzadera, y se
consumen sin esperanza. Recuerda que mi vida es un soplo, y que mis ojos no
verán más la dicha. Palabra de Dios
REFLEXIÓN
Hoy
el libro de Job nos presenta a su protagonista sumido en un gran
sufrimiento. Delante de sus amigos desnuda su corazón, su desilusión. Ellos,
que defienden una teología alejada de la vida, no pueden comprender la queja de
su amigo ni acompañarlo plenamente en su dolor. El grito de Job está presente
en la vida diaria de muchos hombres y mujeres en todos los rincones del
planeta, que enfrentan una vida de lucha y dificultad. Job compara su
existencia con la vida de un «mercenario»; mercenario es quien vende su lucha,
que libra por dinero causas que no son suyas y se fatiga por empresas que no
ama.
El
libro de Job, es una joya literaria
dentro de la Biblia hebrea, es una reflexión sapiencial sobre ese problema
irresoluble, o mejor, sobre ese misterio eterno que es «el mal». El misterio
del mal, su presencia injustificada en el mundo, ante la cual necesitamos
justificar a quienes podrían resultar implicados por la existencia del mal.
Lo
importante del libro de Job no son sus «datos históricos», ni las respuestas de
tipo explicativo que quisiera dar sobre el dolor humano, sino la sabiduría que encierra en sus
reflexiones. En realidad en el mundo no hemos avanzado mucho sobre aquella
sabiduría fundamental y divina adquirida hace ya tres mil años... Esa
constatación nos permite escuchar, leer
y aprender hoy del libro de Job.
SALMO RESPONSORIAL: 146
R. / Alabad al Señor, que sana los corazones
destrozados.
Alabad
al Señor, que la música es buena;
nuestro
Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne
a los deportados de Israel. R.
Él
sana los corazones destrozados,
venda
sus heridas.
Cuenta
el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre. R.
Nuestro
Señor es grande y poderoso,
su
sabiduría no tiene medida.
El
Señor sostiene a los humildes,
humilla
hasta el polvo a los malvados. R.
OREMOS
CON EL SALMO
Este salmo es un canto
de acción de gracias a Dios por la reconstrucción de Jerusalén y el regreso de
los desterrados, y de alabanza por la providencia con que gobierna el universo.
La restauración de Jerusalén es anticipo y símbolo de redención obrada por Dios
en Cristo. El sigue presente en medio de su pueblo y le ofrece diariamente
pruebas de su amor.
SEGUNDA LECTURA
1CORINTIOS 9,16-19.22-23
¡Ay
de mí si no anuncio el evangelio!
Hermanos:
El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y,
¡ay de mí si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso
mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este
oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio,
anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del
Evangelio. Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para
ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los
débiles, me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago
todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes. Palabra
del Señor
REFLEXIÓN
Pablo,
de manera parecida a Job, se encuentra en una discusión acalorada con sus
interlocutores, en la comunidad de Corinto, en la que grupos fracciones que
critican y cuestionan su autoridad (v. 3). Pablo responde haciendo una defensa
radical de su misión y declara su absoluta libertad frente a toda manipulación
o poder humano. No se declara miembro de un movimiento o representante de
alguna institución, sino como un hombre “obligado a cumplir una tarea”. En el
imperio Romano era común la práctica del clientelismo, en la cual el benefactor
se convertía en patrón de quien recibía sus beneficios. El apóstol desea dejar
en claro la pureza de su mensaje, que no está vendido a ningún “cliente”, ni
moldeado por ningún interés personal. Esta libertad en Cristo, le permite al
apóstol ser un servidor de los demás. No teme amoldarse a las condiciones de
vida de los destinatarios de su mensaje: judíos, seguidores de la ley o
rebeldes a ella, débiles. Pablo anuncia así el Evangelio de la libertad que no
se matricula con la rigidez, ni hace el juego a ningún interés particular o
sectario, sino que es capaz de entrar en diálogo con la diferencia y de llegar
a “todas” las realidades humanas, como una Buena Noticia del amor de Dios.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 1,29-39
“Curó a muchos enfermos de
diversos males”
En
aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago
y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre,
y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó
la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le
llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a
la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios;
y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al
descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al
encontrarlo, le dijeron. "Todo el mundo te busca." Él les respondió:
"Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí;
que para eso he salido." Así recorrió toda Galilea, predicando en las
sinagogas y expulsando los demonios. Palabra del Señor
REFLEXIÓN
¿Qué
misión nos muestra en el evangelio Marcos que hace Jesús? : entrar en la vida
de las personas, ser uno de ellos en su cotidianidad. El domingo pasado, lo
vimos sanando a un endemoniado. Hoy, lo acompañamos con Simón y Andrés a la
casa de Pedro. La casa, el lugar íntimo donde se comparte el techo, la mesa.
Allí se encuentra con una anciana enferma, la suegra de Pedro, Jesús se acerca,
la toma de la mano y la levanta. Un gesto tan simple como es el acercarse, y
tomar de la mano hace el milagro de recuperar a esta mujer, que no sólo
recupera su salud, sino su capacidad de servicio. Al atardecer muchos vinieron
a buscarlos, y relata el evangelista que Jesús continuó sanando. Era común en
la época de Jesús que los enfermos fueran tenidos por malditos o poseídos por
espíritus malos, de manera que eran alejados, excluidos y nadie se atrevía a
acercarse a ellos. Jesús, al contrario, se entrega con amor y dedicación a su
cuidado, siendo su servidor.
La
práctica de curación, la lucha contra el mal, es decir de la liberación del ser
humano... es la práctica habitual de Jesús. Tan importante como hacer el bien,
es evitar el mal, y luchar contra él: dar la vida en la tarea de procurar la
paz, la salud, el bienestar, la felicidad... a todos aquellos que la han
perdido. Ser cristiano es, entre otras muchas cosas, luchar contra el mal, no
quedarse de brazos cruzados o ensimismado en los propios asuntos, cuando
vivimos en un mundo con cifras
escalofriantes de pobreza y miseria.
ORACIÓN
Que maravilloso, Señor Jesús, es descubrirte
actuando en sinagogas, casas, lugares públicos y sitios de descanso. Tu vida
esta entregada de lleno al Evangelio. Con ella nos enseñas a ser testigos del
Reino en todos los lugares y en todas nuestras actividades. Libéranos hoy de
los demonios de la desesperación y la desesperanza que a veces nos acompañan.
Te ofrecemos y te consagramos todo lo que hagamos y vivamos en este día y nueva
semana que hoy iniciamos. Todo para ti y en la fuerza de tu Espíritu al
servicio de nuestros hermanos, porque somos discípulos misioneros de tu
proyecto de vida. Amén
“Solemos hablar mucho
de Dios, pero hablamos poco con Él”
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