sábado, 1 de julio de 2017

Lunes 03 de Julio de 2017

Santo Tomás Apóstol

“DUDAS Y CERTEZAS”

PRIMERA LECTURA
EFESIOS 2,19-22

“Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles”

Hermanos: Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Celebramos en este día la memoria y el discipulado del apóstol Tomás, figura destacada especialmente en el Evangelio de Juan. En esta primera lectura Pablo a la Comunidad de Éfeso, manifiesta la íntima conexión que existe entre el misterio de Cristo y el de la comunidad (iglesia).En Cristo, todos, tanto los lejanos (paganos) como los cercanos (judíos), encuentran el camino de la reconciliación y desde la diversidad construyen la unidad. Ahora, todos son un solo pueblo, unidos por el amor  fraterno y solidario. Gracias al Padre Dios, que bendice a los suyos en la persona y proyecto de su Hijo Jesucristo.
La iglesia-comunidad constituye el edificio sagrado, la verdadera morada de Dios, cuyos cimientos son los discípulos(as) misioneros(as), apóstoles(as) y profetas. Ahora bien, como a sus apóstoles también a nosotros nos llama hoy el Señor a que volvamos a la Casa Paterna; es decir a aceptar el camino y la propuesta de su Hijo Jesús, que es un proyecto de casa abierta, de amor misericordioso y servicio. A esa invitación de amor ojalá podamos darle la mejor de las respuestas. Optando por la vida damos culto de verdadera adoración al verdadero templo que Dios ha construido, que es la vida humana. 

SALMO RESPONSORIAL: 116
R. / Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo todos los pueblos. R.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R.

OREMOS CON EL SALMO

Este Salmo es un canto esencial de alabanza. Estas pocas palabras de oración son significativas y profundas para exaltar la alianza entre el Señor y su pueblo, dentro de una perspectiva universal. A esta luz, el apóstol san Pablo utiliza el primer versículo del salmo para invitar a todos los pueblos del mundo a glorificar a Dios (Rm 15,9.11).

LECTURA DE EVANGELIO
JUAN 20,24-29

¡Señor mío y Dios mío!

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor." Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo."

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: "Paz a vosotros." Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente." Contestó Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!" Jesús le dijo: "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El dicho popular “hay que ver para creer” expresa de modo positivo lo que dice el apóstol y sintetiza lo que sentimos ante los anuncios de algo inusitado. ¿Podemos constatar falta de fe en las palabras de Tomás? Sí. Y esto es lo que Jesús le reprocha. Vislumbramos también cierta desazón por no haber experimentado la presencia del Resucitado con su comunidad. Tomás redobla su apuesta por el disgusto que le provoca semejante noticia. Cuesta pensar sólo y únicamente en su falta de fe tratándose de un discípulo dispuesto a entregar la vida con coraje junto a Jesús y los suyos en Betania (Jn 11,16). Tomás es el mismo discípulo que le pregunta a Jesús sobre su destino final y manifiesta desconcierto por no saber cuál es el camino que lo conduce hacia él (Jn 14,5). La confesión con la cual sella su experiencia de fe se convierte para nosotros en bienaventuranza. La dicha que, por él, nos viene de creer en Jesús Resucitado.

ORACIÓN
A muchas y muchos de nosotros,  a quienes te nos has revelado, nos nace del corazón sentirnos necesitados de ti, de un Dios bueno y misericordioso, sin embargo, Señor, perdona esos momentos en que las dificultades, tal vez  nos llevan a olvidar que no hay que ver para creer, porque Tú eres real y nos has dado muchas muestras de tu ser camino, verdad y vida en nuestra existencia. Amén


“Con fe viva, actitud activa, y corazón abierto luchamos por un mundo mejor”

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